vitoria. Que el lehendakari inicie la réplica a la bancada socialista con el desacuerdo sobre los vaivenes de las cifras de turismo y que no haga uso de su segundo turno es un claro ejemplo de la diluida tensión que se vivió ayer en el Parlamento Vasco. El pacto fiscal presagiaba un giro en la nueva relación del jefe del Ejecutivo autonómico y su predecesor, pero esta ausencia de enfrentamientos a los que parecía abonado el Legislativo autonómico abarcó al conjunto de las bancadas y tuvo como resultado el pleno de política general más sosegado de los últimos años.

El guante tendido y el rechazo retirado a "mirar atrás" marcaron el turno de réplica de Iñigo Urkullu, que se prolongó durante más de una hora. Eso sí, ante las andanadas de Patxi López sobre la soledad y las denuncias por la "inacción" del Gobierno Vasco durante los nueve meses previos a la firma del pacto fiscal, el lehendakari echó en cara al secretario general del PSE su falta de disposición a acordar con el PNV durante el tramo final de su mandato, meses en los que López estuvo privado del apoyo de los populares que le llevaron hasta Ajuria Enea y que le habían permitido sacar adelante sus propuestas en la Cámara vasca.

Urkullu quiso zanjar estas desavenencias con un mensaje conciliador al líder socialista y le trasladó que la firma del pacto no tiene como objetivo "valorar el pasado, sino construir juntos el futuro". Este ofrecimiento no se limita a los socialistas y entre los destinatarios figuran la totalidad de bancadas del Parlamento, como reiteró el lehendakari.

Así lo expuso ante las críticas en políticas socioeconómicas que centraron la intervención de la portavoz de EH Bildu, Laura Mintegi, y en la réplica a la presidenta popular, Arantza Quiroga. En ambos casos reiteró "su puerta abierta al diálogo" para dos formaciones "con responsabilidades de gobierno" en Gipuzkoa y Álava.

Ante las críticas del portavoz de UPyD, Gorka Maneiro, el lehendakari valoró que "lo que molesta" a este aforado es que si no participa en el acuerdo conjunto contra la crisis su único voto "pierde el valor que ha tenido en estos nueve meses".