Gasteiz. El lehendakari afrontará hoy a partir de las 09.30 horas su primer gran examen en el Parlamento Vasco en un pleno de política general donde la recuperación económica será el principal eje del debate. Iñigo Urkullu llega con los deberes hechos. El acuerdo rubricado con el PSE esta misma semana allana el debate fiscal y permite al líder jeltzale encarar con garantías su balance desde el atril y, sobre todo, dibujar la senda a seguir a partir de 2014 con un nuevo presupuesto en vigor.
Estos puntos vertebrarán el grueso del discurso que el lehendakari podrá exponer durante un máximo de dos horas, tal y como contempla el reglamento del Legislativo autonómico. Durante este periodo, el jefe del Ejecutivo autonómico también abordará el nuevo estatus y la pacificación, dos vertientes en las que se prevé que alumbren las principales aristas con las bancadas de la oposición.
A la espera de que cada grupo exprima los ases en la manga en esta mediática sesión -ETB retransmitirá en directo la totalidad del pleno-, todos admiten que el pacto alcanzado entre jeltzales y socialistas formará parte de los lugares comunes en los discursos que se escuchen desde la tribuna. Para el PSE es el "instrumento" que permitirá alcanzar la mayor parte de los objetivos que Patxi López enumerará en su intervención.
El mantenimiento de los servicios públicos o el fin de duplicidades que lastran el sistema vasco son dos de los asuntos por los que transitará verbalmente el secretario general del PSE en su regreso a la oposición en un debate de esta índole. Y lo hará poniendo en valor el consenso de "un nuevo tiempo" frente a la "soledad" que el PNV ha padecido en el primer año de legislatura sin apoyos que permitieran quebrar su situación minoritaria en la Cámara vasca. En esta línea, fuentes socialistas destacan que su líder hará hincapié en que este acuerdo supone, de facto, el "arranque de la legislatura".
López se presentará como vigilante del cumplimiento de la entente rubricada por su partido y, al igual que lo hará el lehendakari y el PNV, insistirá en el carácter abierto para que PP y EH Bildu puedan sumarse.
La coalición soberanista no tiene intención de hacerlo y así lo expondrá Laura Mintegi. La dirigente abertzale llevará el debate, según se desprende de la rueda de prensa que ofrecieron ayer en el Parlamento Vasco miembros de su grupo, al terreno identitario y abogará por la propuesta bautizada por su bancada como la vía vasca para acumular fuerzas políticas y hacer frente a las "imposiciones" del Estado español.
La parlamentaria Marian Beitialarrangoitia ofreció y solicitó colaboración en las áreas de euskera, educación y política socioeconómica para avanzar en estos propósitos vinculados a la soberanía vasca. En este mismo ámbito, la aforada negó su apoyo a la propuesta de nuevo estatus del lehendakari si el propósito es buscar "encaje" en el marco actual y no la "soberanía plena" del pueblo vasco.
Al igual que EH Bildu, el PP también defenderá su posición al margen del acuerdo de jeltzales y socialistas, pero con matices muy diferentes. Los populares se siguen dejando querer ante el llamamiento de los firmantes, aunque Arantza Quiroga también llevará al atril su propia receta ante la crisis.
La expresidenta del Parlamento Vasco pondrá de nuevo sobre la mesa un pacto global para toda la legislatura en el que no están invitados ni EH Bildu ni UPyD y que desde el PP consideran la mejor vía para afrontar la salida a la crisis.
En cuanto a la pacificación y las reivindicaciones identitarias, la única lectura posible en la bancada popular es la "oportunidad" de emprender esta nueva etapa sin violencia con el mayor consenso posible. "Mano tendida", según apuntan fuentes del PP, pese a que este partido se negó desde un principio a tomar parte en la Ponencia de Paz y Convivencia que ahora atraviesa sus horas más bajas tras la salida de los socialistas.
Los jeltzales por su parte, confiarán su intervención a su portavoz en la Cámara, Joseba Egibar, que acudirá al atril "sin papeles" y a la expectativa de los mensajes de las demás bancadas al ser el último portavoz en intervenir.