EL exlehendakari y secretario general del PSE, Patxi López, se mueve. La versión oficial es que ni aspira ni deja de aspirar a liderar el PSOE. Que el sillón principal de Ferraz ya tiene dueño, Alfredo Pérez Rubalcaba, y que esa carrera no está lanzada hasta que el exvicepresidente español lo decida. Si es que lo decide. López lo ha repetido por activa y por pasiva cada vez que se le ha preguntado. La última, hace diez días: "De momento, fantasean" quienes le ven como sucesor de Rubalcaba. Con esta posición pública contrastan, sin embargo, los más de diez viajes públicos que el secretario general de los socialistas vascos ha protagonizado desde que dejó Ajuria Enea en diciembre de 2012.
Una agenda que se ha intensificado sobremanera en los tres meses previos a las vacaciones, tras un abril muy prolijo en declaraciones sobre el futuro del PSOE y donde irrumpió la opción de la candidatura del actual secretario general del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados, Eduardo Madina. Extremadura, Aragón, Murcia, Castilla y León, Madrid, Andalucía, Illes Balears y Canarias son ocho de las comunidades autónomas en las que López ha protagonizado actos, gran parte de ellos desde mayo.
Invitado por agrupaciones socialistas -su equipo asegura que recibe otras muchas peticiones-, por cursos de verano o por otro tipo de instituciones, el exlehendakari ha empezado a asistir a más citas públicas de las que aceptó en el primer trimestre de 2013, marcado por el arranque de la legislatura vasca, la prórroga presupuestaria del Gobierno Vasco y la reelección de López al frente del PSE en febrero.
Viajes desde abril
Madrid, Valladolid, Mérida...
López, que ya solía aceptar invitaciones cuando dirigía el Ejecutivo vasco -recuerdan fuentes del PSE-, reanudó esas visitas la semana siguiente a dejar Ajuria Enea. Tras la de Soria en diciembre de 2012, el secretario general del PSE ha realizado once viajes públicos que registran la hemeroteca y la agenda de su propia web.
Castilla y León (en dos ocasiones), Extremadura (dos veces), Madrid (otro par), La Rioja, Aragón, Murcia, Illes Balears y Canarias completan unas localizaciones en las que López ha lanzado mensajes diversos, tanto en clave española -sobre el Gobierno español y Luis Bárcenas; el modelo de Estado; la financiación de las autonomías y el Cupo...- como en clave interna del PSOE.
Movimientos y discursos que la opinión pública ha interpretado en clave de sucesión. En estos meses, en cambio, no ha habido oportunidad para una visita al PSC -cuyo primer secretario, Pere Navarro, se reunió con López en Bilbao a comienzos de julio- ni al PSOE-Andalucía.
Ambas son (con 101 y 234 delegados respectivamente en el 38º Congreso Federal, el de Sevilla) las que más poder acumulan. Sin ellas, cualquier candidato tendrá casi imposible conquistar Ferraz.
El caso andaluz, dividido casi por la mitad entre el sector oficial liderado por José Antonio Griñán y los críticos -donde se encuentran Manuel Chaves o Gaspar Zarrías- es paradigmático. López llegó a tener en agenda varios actos a finales de mayo, pero la próxima presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, los suspendió in extremis.
El secretario general del PSE se ha dejado ver por este territorio en un acto organizado por El Ideal de Granada sobre Twitter y política, y en la reunión del consejo territorial del PSOE que tuvo lugar dos semanas después en la misma ciudad, pero declinó asistir a otra cita, como fue la entrega del premio Emilio Castelar a la Defensa de las Libertades, entregado en La Rinconada (Sevilla) a comienzos de mayo. Excusó su ausencia "por motivos de agenda" y agradeció el premio mediante vídeo.
Ninguna cita más, pese a que los críticos andaluces se hayan planteado invitar a López a algún acto. El secretario general del PSE fue quien, tras el batacazo de las municipales y autonómicas de 2011, lanzó un órdago en la partida que desde entonces juega el PSOE y aseguró que las primarias que prometió José Luis Rodríguez Zapatero para elegir al candidato de los socialistas para las generales de 2012 no eran suficientes. Un movimiento que molestó en la candidatura de Carme Chacón -y sus apoyos en el PSOE andaluz- y que derivó en el arduo Congreso que celebró el PSOE en Sevilla en febrero de 2012.
El PSOE-A se decantó por la exministra y perdió, pese a que llegó a apostar por Eduardo Madina como tercera vía entre los dos exministros que optaban a liderar el PSOE. Madina dijo entonces no. Algo que no hace de manera tajante desde abril de este año. Los socialistas se encuentran este año inmersos en diversas conferencias sectoriales que concluirán con la Conferencia Política prevista para octubre -que coordina Ramón Jáuregui- y que aclarará cómo se abordará la sucesión de Alfredo Pérez Rubalcaba al frente de Ferraz. Si es que hay cambio a corto plazo.
La incógnita de Rubalcaba
En octubre... o después
El secretario general del PSOE aseguró, cuestionado en El País a mediados de julio por si volverá a ser el candidato de los socialistas en las próximas generales, que "en este momento solo pienso en mi partido. Si soy útil a mi partido, intentaré".
Fuentes socialistas aseguran que quien pretenda liderar el PSOE, tras unas primarias o con estas elecciones más un congreso, deberá contar con el apoyo del exterior de la formación, de los posibles votantes -algo en lo que el exlehendakari estaría bien situado-; pero, al mismo tiempo, la comprensión del partido, algo que López no lograría en el caso de que Rubalcaba decidiera continuar. El exlehendakari, resumen las mismas fuentes gráficamente, "no se puede quedar sin el hipotético apoyo de los alfredistas, por lo que no se enfrentaría a Rubalcaba como Madina tampoco se enfrentaría a López".
Ambos protagonizaron el mes de abril del PSOE. Por méritos de Rajoy, su Gobierno y el caso Bárcenas, las noticias de la carrera sucesoria en Ferraz han pasado a tercer plano. No así en abril, cuando unos, otros, Rubalcaba y Griñán -proclamó que "hay más nombres que Madina, López y Chacón", en posible referencia a un candidato andaluz a las primarias-, salieron al paso de rumores y cábalas.
Algunos medios empezaron a especular ya con la hipótesis de que Patxi López habría comenzado a sopesar en privado la idea de liderar el PSOE, al tiempo que Madina tampoco descartaba esa opción para sí como lo hacía antes: "Se acerca la gente y les escucho, pienso. Absolutamente nada más".
El 22 de abril los dos aspirantes vascos acudieron a una reunión de la ejecutiva federal en Ferraz como a otras, pero además celebraron un almuerzo que Madina calificó como una "comida privada entre amigos". Los rumores se dispararon y salió al aire el ticket López-Madina que, antes de lanzarse la carrera, obtendría un teórico gran respaldo.
Esa misma semana, la número dos del PSOE, Elena Valenciano, trató de cortar un debate que se disparaba en las semanas de mayor zozobra para el PSOE como la del escándalo de Ponferrada, en marzo, o esa de abril: "Ni Madina ni Patxi López han dicho que quieren ser candidatos". Y habló Rubalcaba: "El PSOE no está en eso".
Una entrevista en Telecinco en la que ya planteó la incógnita sobre su propio futuro -y del de la formación- que repetiría en El País: "El problema del PSOE es que se ha quedado sin proyecto. Voy a acabar ese proyecto, y luego veré. Si soy útil y la gente quiere que siga, seguiré. Si no, con enorme alegría, me iré".
Todo depende de Rubalcaba. Se trata de un escenario en el que los candidatos se mueven con sigilo pero ninguno quiere dar el primer paso porque puede ser el último. Tampoco Patxi López, aunque su agenda -que incluye la actividad parlamentaria- esté cargada de actos por media España, incluida su capital, cuya federación, liderada por Tomás Gómez, ve con buenos ojos al exlehendakari.
López juega esa carrera con la ventaja de ser el primer lehendakari no nacionalista y que plantó cara a Rajoy, factores muy valorados por los militantes del PSOE. Cuestionados sobre los tiempos, hay socialistas que creen que al secretario general del PSE no le convendría una sucesión inmediata -que ayudaría a visibilizar en López la oposición al Gobierno de Rajoy y aprovecharse de la caída popular-, puesto que no tendría arena parlamentaria desde la que plantar cara al presidente español.
La misma plataforma que utiliza ahora para amagar mociones de censura un Pérez Rubalcaba que conducirá al PSOE al menos hasta la Conferencia Política de octubre. Entonces, renovado el proyecto del partido, decidirá desde la propia decisión de seguir o no al frente del PSOE hasta los tiempos y las formas. Mientras tanto, sus posibles sucesores solo se mueven.