londres. El Reino Unido estudia "seriamente" tomar "acciones legales" contra España por la persistencia de los controles en la frontera con Gibraltar, indicó ayer un portavoz de Downing Street. "Estamos considerando qué acciones legales son posibles", dijo el portavoz, que reconoció que se trataría de "un paso sin precedentes" y por ello hay que estudiarlo "con cuidado".

Londres se plantea optar por la vía legal después de que el Gobierno español no levantara este fin de semana los controles fronterizos adicionales que impone a los vehículos que entran y salen en la frontera del Peñón, según el Gobierno británico. A causa de esos controles realizados por las autoridades de España se llegaron registrar retrasos de hasta dos horas el pasado fin de semana, según indicaba ayer la cadena británica BBC. "Claramente, el primer ministro se siente decepcionado porque España no haya retirado los controles fronterizos adicionales este fin de semana", dijo el portavoz británico. Sobre todo tras la petición expresa que le hizo en este sentido Cameron al presidente español, Mariano Rajoy, en su última conversación telefónica. El primer ministro británico telefoneó la semana pasada a Rajoy para trasladarle su "seria preocupación" por los incidentes en Gibraltar. Tras la conversación, un portavoz de Downing Street informó de que el presidente del Gobierno español se había comprometido a "rebajar" los controles en la Verja, un extremo que no confirmó Moncloa.

Downing Street no precisó qué tipo de acción legal se estaría planteando adoptar si bien confirmó que, de hacerlo, lo tramitaría a través de Europa.

"presionar" a la ue Según Londres, las acciones llevadas a cabo por España tienen "una motivación política" y son "totalmente desproporcionadas" y, por lo tanto, ilegales en virtud de la legislación británica. "Si elegimos esta ruta (la legal), con seguridad presionaremos a la UE para que se ocupe de este caso como asunto de urgencia", agregó el portavoz oficial.

Londres y Madrid están enzarzados en un conflicto diplomático por los retrasos en la frontera con el Peñón, que comenzaron después del vertido de 70 bloques de hormigón en las aguas que rodean la colonia británica por parte de las autoridades gibraltareñas. En plena tensión diplomática, Londres aseguró este domingo que su posición respecto a Gibraltar "no ha cambiado" y que es "consistente" con su "política en otros territorios de ultramar".

Una portavoz del ministerio británico de Exteriores hizo esas declaraciones después de que se publicase que Madrid estudia llevar el conflicto de Gibraltar ante la ONU y otros foros internacionales.

Mientras, un buque de guerra británico partirá hoy hacia Gibraltar desde el puerto de Portsmouth (sureste de Inglaterra) como parte de un despliegue militar que el Reino Unido califica de rutinario y anual. La fragata HMS Westminster zarpará después de que ayer partiesen otros tres buques de esa misma flota desde Portsmouth que tiene previstas maniobras en el Mediterráneo.

Por su parte, el Ministerio español de Asuntos Exteriores insistía ayer en que los controles en la frontera con Gibraltar son "irrenunciables" porque son una "obligación" ya que Gibraltar no forma parte del espacio Schengen. Tras esta advertencia, el Ministerio insistió en que los registros que realizan las fuerzas de seguridad son "legales, proporcionales y aleatorios", que están "obligados" a hacerlos.