Bilbao. El escritor y filósofo vasco y miembro de la Comisión de Ética Pública del Gobierno vasco, Daniel Innerarity, afirmó ayer que este organismo podrá hacer recomendaciones que pueden acabar con la dimisión de alguien que haya abusado de su cargo político, por ejemplo, aceptando regalos, puede llevar directamente el caso a la Fiscalía o puede recomendar el cese "de determinada persona".
En declaraciones a Radio Euskadi, Innerarity, Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2013, aseguró que los miembros de la Comisión de Ética Pública se encargarán de impulsar, atender a las consultas y supervisar el Código Ético y de Conducta puesto en marcha por el Gobierno Urkullu el 28 de mayo. "Ahora mismo, el Gobierno Vasco acaba de poner en marcha el proyecto de la comisión ética y seguramente ahí se plantearán cosas que antes eran impensables", señaló.
En este sentido, aseguró que debe ser "la propia sociedad la que ponga en marcha preguntas e incluso acusaciones, para que esa comisión tenga función", sin "depender tanto de quienes forman parte de ella". "Lo que será lo normal es que elaboraremos un código cada vez más depurado y más detallado con criterios nuevos acerca de situaciones que, probablemente, no están bien calibradas. No sabemos cómo se mide la eficacia en el trabajo de un político. Eso no es fácil", añadió.
A su juicio, "más importante que pensar en la sanción o en el castigo, que lo que puede haber, sugerido por la comisión", apuntó que se deben hacer, como sociedad vasca, "unos criterios éticos conformes a la gravedad del momento económico y a la seriedad de los cambios políticos que está sufriendo la sociedad". Aunque la comisión todavía no tiene ningún caso sobre la mesa, señaló que a partir de septiembre "se empezará a trabajar".
Por otra parte, Innerarity manifestó que "no es una buena estrategia" que se "eche la culpa en exclusiva a los políticos de cosas que están mal repartidas en la sociedad". En este sentido, señaló que el 90% de los políticos son "gente que pierde tiempo, no gana nada, se somete a las sospecha de que es un futuro ladrón, total para gestionar, a lo mejor, un presupuesto pequeño en un pueblo muy pequeño, y a veces, incomprendido".
Innerarity destacó que esta "corrupción vieja" no es "generalizada ni total", es una manera de proceder "clientelista, de peaje, de falta de transparencia, de falta de igualdad de oportunidades real". "Todo ese magma ha sido corregido por algunos partidos políticos, en algunos ámbitos profesionales, y la política y algunos políticos no se han enterado de esto. Y, claro, los jueces han seguido haciendo su trabajo, la Policía también, y sobre todo, el nivel de tolerancia de la opinión pública, es casi cero en unos momentos en los que se están haciendo sacrificios, algunos que llegan casi hasta lo insoportable", apostilló.