Santiago. El maquinista del tren siniestrado hace una semana en Santiago de Compostela estaba hablando por teléfono en el momento del accidente con personal de Renfe y circulaba a 192 kilómetros por hora instantes antes del impacto, según informó ayer el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
Estos son algunos de los datos que ayer por la mañana se pudieron recuperar de las cajas negras del tren Alvia, que son provisionales y están a espera del informe de la Policía Judicial. De acuerdo con esta información, segundos antes del siniestro, que ha provocado 79 muertes y más de 150 heridos, se activó un freno del tren, por lo que se estima que en el momento de la salida de vía circulaba a 153 kilómetros por hora.
Según la información recuperada ayer, en los minutos previos al descarrilamiento, el conductor recibió una llamada en su teléfono profesional para indicarle el camino que tenía que seguir al llegar a Ferrol y, por el contenido de la conversación y por el ruido de fondo, "parece que el maquinista consulta un plano o algún documento similar en papel", señala el Tribunal Superior en un comunicado.
Por otro lado, el portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), José María Benito, afirmó que en el teléfono personal del conductor del tren Alvia "no hay ninguna llamada ni ningún mensaje" antes o durante el accidente.
investigación El vaciado de datos de las cajas negras del tren accidentado concluyó tras cinco horas de trabajo, un proceso que se desarrolló con un ligero retraso por la práctica de una nueva diligencia. Y es que el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Compostela, Luis Aláez, ordenó la realización de copias de seguridad del contenido de las cajas y para ello se contactó "por prevención" con el fabricante que remitió las instrucciones por escrito y en varios idiomas, según fuentes próximas a la investigación.
Ayer se extrajeron tanto datos técnicos como de voz, y se hizo una transcripción de las conversaciones en tiempo real. Los técnicos llegaron unos minutos antes de las diez de la mañana a la sede del juzgado de instrucción número tres de Santiago, que es el encargado de la investigación del accidente y abandonaron estas instalaciones sobre las tres de la tarde.
En un primer momento el juez se reunió con personal de la Policía Científica para definir los pasos a seguir para el volcado de la información de las cajas negras. A continuación, el titular del juzgado número tres, la secretaria judicial y el fiscal se reunieron con policía científica, judicial, técnicos de Renfe, Adif y técnicos de la Comisión de Investigación del Ministerio de Fomento para analizar la forma en que se iba a acceder a la información y comprobar que todas las partes estaban de acuerdo.
Una vez recibidas las especificaciones técnicas de las cajas negras y de realizar una prueba se procedió al volcado de información de manera que quedase totalmente garantizada la integridad y fiabilidad del contenido.
Para ello, los datos fueron extraídos en un lápiz de memoria aportado por el juzgado y posteriormente se hicieron copias autentificadas con firma digital. La información obtenida está encriptada y se pasa por un programa informático para proceder a su desencriptación, de modo que se pueda acceder a los datos.
los restos El juez decidió, además, autorizar a los técnicos de la Comisión de Investigación de Fomento a realizar mediciones de las ruedas de los vagones, siempre acompañados por policía judicial. Los vagones y las máquinas se encuentran custodiados por la policía en una nave semidescubierta a unos veinte kilómetros de Santiago, en Padrón (A Coruña).
Los vagones no se moverán hasta que se completen las inspecciones oculares y todavía está pendiente el acceso a pequeñas zonas cerradas por hierros que hay que cortar, apuntó el Tribunal Superior, que señala que existe "la posibilidad de que se trasladen perros para realizar una última inspección de los restos". También está previsto realizar un estudio de la máquina y, por el momento, no ha sido citado para declarar ningún testigo.
Por otra parte, el responsable de las infraestructuras ferroviarias, Adif, está procediendo a revisar los protocolos y normativas de seguridad de toda la red, principalmente la de aquellos tramos de vía ferroviaria que suponen un tránsito desde la Alta Velocidad y el ancho convencional, similares al trazado próximo a Santiago de Compostela donde se produjo el descarrilamiento.
Con esta supervisión, los técnicos del ente público buscan "evaluar la situación y la posible implantación de mejoras".
El análisis incluye a todos los sistemas y protocolos de seguridad, con especial énfasis en los tramos que suponen un tránsito entre los sistemas de seguridad ERTMS (European Rail Traffic Management System), instalado en la mayor parte de la red de Alta Velocidad, y el ASFA (Anuncio de Señales y Frenado Automático) implantado en el grupo de las líneas convencionales.
Fuentes oficiales de Renfe indicaron que la operadora está a la espera de que la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) establezca las causas y, en su caso, realice recomendaciones.
La compañía confirmó que los trenes Alvia como el siniestrado que actualmente cubren el trayecto entre Madrid y Galicia tienen instalado a bordo el sistema de seguridad correspondiente al AVE, el ERTMS, aunque en el tramo de vía del accidente el sistema instalado es el ASFA.