Bilbao. "Me siento increíblemente afortunado, tanto que me cuesta creer que haya estado dentro de ese tren". Sergio Prego es uno de los tres pasajeros vascos que viajaban en el Alvia accidentado. Y es el único que ha sobrevivido al faltal accidente. Cuenta que tiene la clavícula rota y abrasiones en un costado "pero estoy bastante bien".
Guipuzcoano afincado en Bilbao, Sergio Prego es un artista -Premio Gure Artea 2012- que viajaba a Galicia para recoger a su hija y pasar unos días de vacaciones. "Ahora me voy a quedar un poco más, hasta que pueda relajarme, por lo menos", dice tras reconocer que en el momento del descarrilamiento "reaccioné muy serenamente y aunque estoy tranquilo en general, me dan momentos en los que me pongo a llorar".
Sergio Prego afirma que fue "inmediatamente" consciente de la dimensión del accidente. "El tren iba a mucha velocidad aunque no se percibía porque iba en línea recta. Pero en cuanto cogió la curva y noté la fuerza centrífuga me dio una cosa [...] Todos notamos una fuerza hacia un lateral que no era normal. En ese momento me asusté muchísimo y después vi que el vagón se estaba inclinando. Ese es el último recuerdo que tengo. A partir de ahí se me ha borrado todo. Vi que el tren estaba descarrilando y que nos íbamos a meter una leche impresionante. En ese momento ya me hacía a la idea de que me podía morir. Lo siguiente que recuerdo es que estoy ahí en medio de todos los escombros y que estoy prácticamente ileso".
Afortunado por haber sido uno de los pocos pasajeros que salió por su propio pie, Sergio explica que nunca se había visto directamente involucrado en un accidente -"me jactaba de que nunca he necesitado un punto ni me había roto un hueso en toda mi vida"-, sin embargo esta es la segunda catástrofe que le toca de cerca. "Lo que he vivido me parece un poco irreal. Cuando pasó lo del 11-S también tuve esta sensación de haber estado al lado de una gran tragedia y ver que no te ha pasado nada. Esto es un poco lo mismo, la sensación de tener una suerte que casi no te la puedes creer", cuenta el artista vasco.
En el 11-s Añade que "cuando el fue el 11-S vivía en Nueva York, estaba justo allí con mi familia y vimos en directo la caída de las Torres Gemelas. Aquella fue una experiencia fuerte para mí y esta de ahora todavía no sé exactamente cómo la voy a encajar, porque ahora tengo una sensación un poco irreal. No me puedo creer que haya estado allí y que esté ileso. Me imagino que si recordara esa parte intermedia que se me ha borrado estaría mucho más afectado, porque supongo que habré visto todo dando bandazos, volando de un lado a otro del tren y la conmoción sería más fuerte, pero no lo recuerdo...".
Sin embargo, lo que llega a recordar ya es suficientemente traumático. "Estaba allí, en el tren parado, había silencio. Tardé un poco en salir, al principio pensé en esperar a que me sacaran, pero luego vi que lo mejor era salir cuanto antes. Salí del tren, trepé por un terraplén y llegué al puente donde había vecinos de alrededor y en ese momento estaban llegando los bomberos y las ambulancias", dice sobre su abandono del vagón volcado. Respecto a lo que encontró al salir del tren, Sergio Prego rememora el humo que empezaba a asomar, un incendio que le pareció "muy preocupante" porque "estaba ardiendo una parte del tren y apenas habían empezado a sacar a la gente".
Él viajaba en el primer vagón, en el número 9, justo detrás de la máquina y el generador. Dice que había "dos chicos que estaban prácticamente ilesos, que no tenían más que algún rasguño, estaban mejor que yo. Había otro chico, un ciclista, y luego dos extranjeros que estaban en la misma fila que yo pero en el lado contrario. Creo que estaban bien, pero el chico no reaccionaba. Yo le hablaba en inglés y no respondía y su novia tampoco reaccionaba muy bien. El resto creo que estaban muy mal y eso que creo que mi vagón era donde la gente estaba mejor. Aún así la gente estaba en muy malas condiciones".
Dos vascas fallecidas Karmele Sanz Manrique, de 53 años y natural de Andoain, y María de los Ángeles Moreno, de 46 años y de Gasteiz pero residente en Salamanca, también viajaban en el tren siniestrado. No tuvieron tanta suerte como Sergio. Ambas fallecieron en el impacto.
Según informa Marco Rodrigo, por la mañana la localidad de Andoain recibió la noticia de que Karmele Sanz era una de las víctimas del accidente ferroviario de Galicia. Y, durante la comida y la sobremesa, el asunto estuvo en boca de todos, pese a que la víctima no era muy conocida en el pueblo. Así lo aseguran los pocos vecinos que, en su primera salida vespertina, se sorprenden con la presencia de reporteros gráficos frente a la peluquería sita en el número 10, regentada por Gurutze Sanz, la hermana de la víctima. "Cerrado por asunto familiar", reza un cartel en la entrada del establecimiento, ante lo que los andoaindarras comienzan a hacerse una composición de lugar. "¿Tienen algo que ver con la mujer que ha muerto en el tren?", preguntan. Al recibir respuesta, todos muestran su consternación. "¡Qué pena!", reflexionan.
Karmele Sanz, nacida hace 53 años en la localidad residía desde hace 25 años en Santiago de Compostela. Por motivos laborales se desplazaba de forma habitual a Madrid. Precisamente, el largo tiempo que llevaba residiendo lejos de Andoain provocó que ayer que muchos vecinos de la localidad aseguraran no conocerla. "Si lleva 25 años fuera, es normal", aseguraba un vecino frente a la peluquería de su hermana, un local céntrico.
Los restos mortales de Karmele se encuentran desde la tarde de ayer en tierras guipuzcoanas. Su cuerpo está siendo velado por su familia en el tanatorio de Donostialdea. El funeral se oficiará a las 19.30 horas de hoy en la Parroquia de Santa Cruz de Andoain.