Madrid. Movido por la necesidad de sortear una moción de censura que hubiera proyectado una imagen de inestabilidad a nivel internacional y ante los mercados, Mariano Rajoy se ha prestado a comparecer en las Cortes estatales para ofrecer su visión sobre el caso Bárcenas. Sin embargo, los partidos han denunciado que lo haga el jueves, en plena operación salida -en la que cabe suponer que la atención ciudadana no alcanzará su cota máxima-, y que pretenda diluir sus explicaciones en una intervención más amplia sobre la situación económica en la que, además, podría sacar pecho por los últimos datos de la EPA, que ha registrado la caída del desempleo más notoria desde que arrancara la crisis. Pero el extesorero del PP podría desbaratar sus previsiones. Varios medios y agencias de comunicación filtraron ayer las supuestas declaraciones de Bárcenas ante el juez Ruz que, con independencia de que relaten o no hechos reales, a buen seguro aumentarán la presión sobre el presidente español. Además, el acusado, repudiado por el PP y en prisión, se habría dedicado a disparar con nombres y apellidos contra varios miembros del partido, y no solo contra el inquilino de La Moncloa.

Por una parte, que el extesorero descargue acusaciones sobre varios dirigentes, insinuando incluso la implicación de José María Aznar, podría aliviar a Rajoy porque no alimentaría maniobras internas para relevarlo en un momento en que el sector más inmovilista, precisamente, aboga por reflexionar sobre un cambio de caras con el pretexto del caso Bárcenas. Insinuó que el expresidente español pudo recibir sobresueldos, que Javier Arenas fue obsequiado con un maletín sufragado con dinero B, que el PP también pagó en negro a algunas víctimas de ETA, que varios trajes de Rajoy se abonaron de la misma forma, y volvió a poner en la picota a María Dolores de Cospedal tras haber extendido en las últimas jornadas la sombra de la sospecha sobre el PP de la CAV. Por otra parte, sin embargo, no parece un gran consuelo para Rajoy que el acusado proyecte la imagen de que las supuestas prácticas eventualmente irregulares pudieran estar extendidas por todo el partido o a distintos niveles. Aun así, el presidente sigue siendo el más señalado.

la imagen de rajoy En su declaración del día 15 en la Audiencia Nacional, y según Europa Press, Bárcenas habría reconocido que, con la caja B del partido, se pagaron trajes, corbatas y gafas para Mariano Rajoy antes de acceder a Moncloa. El extesorero argumentó que se utilizara dinero del partido para afrontar esos pagos en que no parecía de recibo que, si Rajoy debía cambiar de imagen por orden del PP, tuviera que costearlo de su bolsillo. También sustentó que no se pagara con la contabilidad oficial en que "no hubiese quedado estéticamente muy bien presentar al Tribunal de Cuentas una factura del sastre comprando unos trajes". Se da la circunstancia de que, según la declaración filtrada por Europa Press, el primer sastre que confeccionó trajes para Rajoy fue precisamente el de Bárcenas, mientras el segundo fue el del exministro Juan Costa, hermano a su vez de Ricardo Costa, absuelto en su día por el caso de los trajes de Gürtel. Costa fue exonerado junto al entonces president valenciano, Francisco Camps, del delito de cohecho pasivo impropio que se les imputaba por aceptar trajes de empresas de la presunta trama corrupta.

Al parecer, el extesorero habría declarado que el PP trataba de cambiar la imagen de Rajoy. "Si se le estaba exigiendo, por la parte que llevaba los temas de imagen, que tenía que cambiar completamente el vestuario porque las chaquetas le quedaban así, los colores que llevaba de las corbatas no eran los que tenían que ser, pues iba a ser muy gravoso para él que tuviera que pagarlo de su bolsillo cuando era una obligación que le estaba imponiendo el departamento de comunicación del partido [...]. Llevaba unas gafas. No, esas gafas no van bien en televisión. Entonces se decidió que se le hacía el vestuario, y el vestuario lo pagaba el partido, pero en lugar de pagarlo oficialmente, lo pagamos extraoficialmente, pero yo creo que estaba justificado", sostuvo.

Pero Bárcenas no dejó ahí sus alusiones a Rajoy. También habría relatado que, cuando estalló el caso Gürtel y fue necesario liquidar la caja de las presuntas donaciones y sobresueldos y poner fin a esa supuesta práctica, repartió 40.000 euros a partes iguales entre el entonces líder del PP y la secretaria general María Dolores de Cospedal. A pesar del reparto, aún quedaban 4.900 euros en la caja de las donaciones en marzo de 2010, cuando el acusado debía dejar su despacho y su puesto de senador. Para buscar una salida a ese dinero, Bárcenas habría llamado a la puerta de Javier Arenas, quien le habría aconsejado que metiera el dinero en un sobre y se lo entregara a Rajoy porque él sabría qué hacer. "Y eso fue lo que hice. Los metí en un sobre, se los dejé, subí una copia del listado, una fotocopia que él destruyó luego en la destructora de papeles, y le dejé el sobre en el despacho", relató ante el juez.

Bárcenas vuelve a implicar a Arenas en la recepción de un regalo pagado con dinero negro -un maletín por haber colaborado en la campaña electoral de Zaragoza-, y en una segunda escena clave. Según el extesorero, cuando dejó el partido por el caso Gürtel, llegó a un acuerdo con Rajoy en una reunión en la que estuvo presente el propio Arenas, y en la que se apostó por que dejara su despacho, pero no para hacer las maletas y despedirse de sus compañeros, sino para que se mudara a una oficina en la tercera planta conservando a su secretaria, manteniendo el coche con chófer y cobrando su sueldo "sine die", según la expresión literal empleada por el extesorero. Sí negó, no obstante, haber llegado a un acuerdo sobre su situación procesal. En cualquier caso, las declaraciones de Bárcenas contradicen la versión del PP, según la cual el acusado dejó de tener relación contractual con la formación en 2010. Desde entonces, se habría limitado a recibir una indemnización prorrateada, y no un salario.

sobresueldos Tampoco descartó que el expresidente español José María Aznar recibiera sobresueldos. El juez le preguntó si "unas entregas reiteradas a J.M." a principios de 1990 se referían a Aznar, o bien al exministro Jaime Mayor Oreja. En ese punto, se tornó especialmente ambiguo. "Podría ser Jaime Mayor, podría ser... a ver, abril del 90... podría ser José María Aznar también, pero no puedo afirmarlo", dijo.

El extesorero señaló, asimismo, a su antecesor Álvaro Lapuerta -habría recibido 1.400 euros como regalo de despedida-, y a Cospedal, al asegurar que Sacyr donó dinero para su campaña en Castilla-La Mancha después de que una de las filiales se hiciera con el servicio de limpieza de Toledo. El grupo Vocento, además, publicó ayer en su edición digital que, según las declaración de Bárcenas, el PP habría pagado en negro las hipotecas o las deudas que dejaron algunas víctimas de ETA a sus familias tras su fallecimiento.