MADRID. Tras más de cuatro horas de debate, 25 de los 39 miembros de la junta directiva han votado en contra de la continuidad de Reixa -quien no ha votado- al frente de la entidad, mientras que otros 12 han expresado su apoyo al presidente y otro se ha abstenido.
"Soy una víctima del fuego cruzado de una red organizada y de algo que en la vida política se llama transfugismo", ha señalado Reixa a los periodistas antes de abandonar la sede de la SGAE, donde la junta directiva, de la que seguirá formando parte, tenía previsto continuar con el debate del resto de los puntos del orden del día.
Reixa ha confesado haber sentido "la sombra del pasado" en estos últimos días, en referencia a la era liderada por Eduardo Bautista, imputado por la Audiencia Nacional, "en la lucha de intereses entre los nostálgicos del pasado y los ambiciosos de la actualidad".
El ya expresidente de la Sociedad General de Autores y Editores ha achacado su cese a la denuncia que hizo de la práctica conocida como "la rueda de las televisiones", que ha considerado un problema estructural de la entidad que "podría llevarse por delante" en pocos años la gestión de los derechos de autor.
Reixa se refería así a una carta que escribió a lo socios de la SGAE en la que denunciaba que once autores podrían haber recaudado, en cinco años más de 25 millones de euros mediante esta práctica.
Se trata de falsear autorías de música de tal forma que los verdaderos autores, que pueden ceder un máximo del 50 por ciento de sus derechos, renuncian en realidad a otro 20 ó 30 por ciento en favor de productores intermediarios que aparecen como coautores de las piezas musicales, que se emitían en programas nocturnos de televisión.
Según Reixa, hay un conflicto de intereses dentro de la junta sobre esta práctica que, ha advertido, de continuar podría acabar con la gestión colectiva del derecho de autor en un plazo de tres a cinco años.
"No me arrepiento de haberle metido mano a la rueda de las televisiones, sinceramente no, creo que es un problema estructural de la gestión de derechos de autores que se había llevado a una situación insostenible, con un término de reparto nada ecuánime entre los socios de la SGAE", ha indicado.
"He tratado de reconstruir la coherencia porque la unidad era imposible, pero le deseo lo mejor a la SGAE y al presidente que continua", ha dicho.
El expresidente ha confiado en que a pesar de la situación actual, la SGAE salga adelante gracias a su "base social homogénea": los socios autores "que no están en este edificio de Fernando VI" (en referencia a la sede de la entidad).
Un edificio que, ha bromeado, es "un mecanismo diabólico que vampiriza a muchos y que nos vuelve endogámicos", ha indicado Reixa, quien ha considerado que la responsabilidad de la directiva es que la SGAE "tenga unos órganos de gobierno que representen a esta base social" de creadores.
Reixa ha dicho sentirse aliviado porque su cese supondrá que acaba su "única frustración personal" durante los 15 meses de presidencia, en los que no ha podido seguir con su "profesión autoral y de empresario cultural".
Pero también se ha mostrado preocupado porque no se haya solucionado el problema "homicida del Gobierno de España que quiere acabar con el derecho de autor y la gestión colectiva", en referencia a la Ley de Propiedad Intelectual.
Y ha expresado su agradecimiento a los socios de la SGAE, una "máquina" que le gustaría "que no dejase de funcionar" y fuera combativa contra la citada ley.