madrid. Evo Morales pasó 13 horas en el aeropuerto de Viena. Hasta ahí el hecho. Y a partir de ahí, versiones contradictorias de los gobiernos de Bolivia y España que hacen temer una crisis diplomática entre los dos países. El presidente boliviano aseguró ayer, poco antes de despegar finalmente, que España fue uno de los países europeos, junto a Francia, Italia y Portugal, que denegaron el martes a su avión la autorización para entrar en sus espacios aéreos ante la sospecha de que llevaba consigo al informante estadounidense Edward Snowden.

En la rueda de prensa que dio poco antes de despegar de Viena, Morales explicó que, tras verse obligado a aterrizar allí, durante la madrugada recibió autorización para sobrevolar los espacios aéreos primero de Francia, después de Portugal y luego de Italia. "Pero España no nos ha dado permiso hasta las 9:00 de la mañana", indicó. Además, sugirió que la autorización española llegó por la relevancia que el caso fue adquiriendo en los medios de comunicación. "El canciller de España dijo algo a mi canciller: 'La prensa está molestando mucho, ya tiene autorización para salir".

El presidente de Bolivia acusó a España de haber querido "controlar" su avión para verificar que no estaba Snowden. El embajador español en Viena, Alberto Carnero, le pidió que le invitara a un café en el aparato "para ver y revisar el avión", dijo. "Por supuesto que yo no puedo hacer eso. Todos tenemos dignidad. Nadie nos va a obligar a imponer formas de control al presidente", dijo. "Yo no soy ningún delincuente para que controle el avión".

España, sin embargo, rechaza de forma categórica que impusiera el registro del avión de Morales en la capital austriaca como condición para permitir su escala técnica en Las Palmas. "No es verdad que España pidiese permiso para registrar el avión", aseguró el ministro García-Margallo. El registro del avión presidencial boliviano es otra de las cosas que no quedan claras. En la mañana de hoy, el ministro de Exteriores de Austria, Michael Spindelegger, informó de que Morales había permitido que su avión fuera inspeccionado por la policía austriaca. Un portavoz de su Ministerio dijo además a dpa que el resultado de esa inspección fue compartido con España. Pero el mandatario boliviano sugirió que su avión no llegó a ser inspeccionado. "No ha habido ninguna visita, por supuesto. Yo no he visto, yo me he bajado", dijo. Morales acusó a España, como a Francia, Italia y Portugal, de estar "subordinados al gobierno de Estados Unidos". Lo que llevó al jefe de la diplomacia española a realizar una defensa de su política exterior. "Cuando hemos coincidido con Estados Unidos, y procuramos coincidir porque somos socios y aliados desde hace mucho tiempo, coincidimos y cuando ha habido que discrepar discrepamos", dijo. También en las consecuencias que puede tener esta crisis diplomática difieren los gobiernos de Bolivia y de España.

acciones legales contra españa Morales amenazó en Viena con acciones legales contra España y los otros tres países que según su gobierno le impidieron sobrevolar sus espacios aéreos al sospechar que podía llevar consigo a Snowden. "Nosotros también vamos a ver jurídicamente una vez retornando allá qué acciones tenemos que tomar para que haya más respeto a los derechos", anunció. "Vamos a estudiar jurídicamente, constitucionalmente y basándonos en las normas internacionales". Y mientras Morales volaba ya, el embajador boliviano ante la ONU, Sacha Llorenti, anunciaba que Bolivia denunciará formalmente ante esa organización el "secuestro diplomático" de su presidente.

En Madrid, sin embargo, García-Margallo no temía "consecuencias" de este episodio en las relaciones diplomáticas. Y en Berlín, de visita para participar en una cumbre sobre empleo juvenil, el jefe del gobierno español hacía su propia interpretación del asunto. "Lo importante es que Snowden no va en ese avión", dijo Rajoy.