vitoria. Comunicación sí, pero interconexión menos -al menos por ahora-, a la luz de las valoraciones que ayer hacían los grupos de la oposición tras reunirse con el lehendakari y trasladando al encuentro en Lehendakaritza los términos de la controvertida demanda de PSE y Bildu sobre el acceso a los datos fiscales entre las haciendas vascas, ayer también sobre la mesa. Uno de los presentes en la reunión hablaba tras el maratoniano encuentro de haber vivido un "bucle melancólico" en esas tres horas y cuarto de conversaciones, aunque en las valoraciones posteriores se vislumbraron detalles que invitan a pensar que la reunión de ayer movió algo en el tablero político vasco. Pero algo de ese bucle sí hubo en una reedición -según reconoció la debutante presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga- de los debates que se han vivido en el Parlamento Vasco tras la consumación de la prórroga presupuestaria en torno a la minoría parlamentaria del Gobierno Vasco, sus problemas para lograr apoyos y las acusaciones de inacción, que ayer se repitieron desde la oposición en bloque. "Es difícil llegar a acuerdos cuando no hay nada sobre lo que acordar", advertía contundente la portavoz de EH Bildu, Laura Mintegi.
Toda la oposición admitió compartir con el Ejecutivo el diagnóstico sobre la gravedad de la situación económica, incluso los pilares sobre los que es necesario adoptar decisiones -reforma fiscal y lucha contra el fraude, reactivación económica y generación de empleo, sostenimiento del sector público y revisión del modelo institucional-, pero hasta ahí llegaron las coincidencias. "No ha supuesto ningún avance", sentenció el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, quizá el más duro en su valoración junto al PP. Más templado, el secretario general del PSE-EE, Patxi López, dijo estar "satisfecho" por la coincidencia de esa agenda "con lo que el PSE viene reclamando desde hace años, bienvenidos".
lÓPEZ, MODERACIÓN Un tono más moderado del que ha sido azote del Gobierno Vasco en este arranque de legislatura y del que está llamado, según apunta la propia acción del Ejecutivo, a ser un socio en el futuro que ciertamente llamó la atención. Lo que no impidió que López criticara la "falta de concreción" de los planteamientos de lehendakari y la "insuficiencia" de las propuestas esbozadas por el PNV - "es sorprendente que solo conozcamos la propuesta fiscal del PNV, no sabemos qué piensa el Gobierno"-. "Insuficiencia" que denunció precisamente respecto a su antigua demanda sobre interconexión de los datos fiscales de las tres diputaciones o al plan de reactivación económica.
En cualquier caso, no pasó desapercibido que el líder de los socialistas vascos admitiera calificar -aunque fuera sin mucho entusiasmo- la reunión como un "avance", cuando ahora se prevé iniciar contactos bilaterales y sigue pendiente de retomarse la vía que jeltzales y socialistas abrieron en torno a la reforma fiscal hace meses. López puso de algún modo en valor esos contactos bilaterales, recordando implícitamente esa exigencia que lanzó en su día al lehendakari sobre la necesidad de elegir con quién quiere pactar y la imposibilidad de compatibilizar acuerdos con formaciones con modelos económico-sociales distanciados, entre los que citó al PP.
falta de concreción Ahora bien, pocas alegrías parece que la oposición va a permitir al Gobierno Vasco. Tanto UPyD, como PP y PSE avanzaron su intención de seguir llevando sus iniciativas económicas al Parlamento Vasco, donde el gabinete Urkullu ya ha cosechado algún revés, aunque sea más simbólico que efectivo, como el que se produjo en torno al papel de la Cámara vasca en la definición de la política fiscal, al margen de la mencionada prórroga presupuestaria -por cierto, otro de los mensajes repetidos ayer de uno u otro modo por toda la oposición al Ejecutivo fue, precisamente, que defina con quién quiere pactar-.
De hecho, Maneiro y Quiroga interpretaron casi en clave de gobierno desde la oposición esta intención declarada de llevar sus propuestas al Parlamento, en la medida en que el grueso de sus críticas fue dedicado "a un Gobierno que no tiene política económica o no se atreve a aplicarla", según la presidenta de los populares vascos. "Tiene que decir qué quiere hacer y buscar apoyos", sentenció Maneiro. No menos contundente se manifestó Laura Mintegi, que habló de "un Gobierno sin rumbo": "Tiene que optar de una vez. No decidir es en sí misma una decisión".
Críticas compartidas por toda la oposición a la falta de concreción que, a su juicio, exhibió el lehendakari al plantear sus propuestas. Especialmente severa se mostró Quiroga -una dureza que contrasta también con la sintonía que han manifestado PNV y PP en materia fiscal en los últimos tiempos o en su disposición a la negociación presupuestaria-, acusando al lehendakari de intentar ganar tiempo con el calendario de trabajo planteado a los grupos parlamentarios, y de "inacción": "Quiere que le traslademos nuestras propuestas, él hace un max-mix y nos lo plantea, en ningún momento sabemos cuál es su propuesta".