BARCELONA. Así lo han explicado hoy los médicos de este hospital al presentar el caso del pequeño Lucas, nacido el pasado mes de julio, y de su madre, Mercedes, una paciente que ingresó en el centro en 2001 porque tenía un tumor en uno de los ovarios, que le extirparon.
En una revisión posterior, un mes después, los médicos descubrieron un nuevo tumor en el otro ovario, que también le extirparon, pero salvando una parte del tejido ovárico, que congelaron.
"El objetivo de esta congelación y del programa en general es preservar la fertilidad de las pacientes oncológicas", ha manifestado el doctor Justo Callejo, responsable de este caso, uno de los primeros en España, y que en diciembre de 2011 informó sobre el embarazo de su paciente tras el autotrasplante.
Callejo ha explicado que la operación consistió en hacer una pequeña incisión a cada lado del útero y en un lugar cercano a la ubicación natural de los ovarios y colocar el tejido ovárico descongelado en la paciente.
Cuatro meses después del autotrasplante, en octubre de 2011, la mujer presentó de manera espontánea señales de actividad ovárica, como tensión mamaria o flujo vaginal y al mes siguiente tuvo la primera menstruación espontánea en 10 años.
"Comenzamos entonces un proceso de estimulación ovárica y actuamos de una forma similar a la que se sigue en el caso de las fecundaciones in vitro", ha dicho Callejo.
En el primer intento, se obtuvo un embrión que los profesionales transfirieron a la cavidad uterina y a las dos semanas la ecografía confirmó el embarazo de la mujer.
En el mes de julio de 2012, a las 30 semanas de gestación, la mujer dio a luz a su hijo, Lucas, de 5,5 kilos. El niño nació mediante cesárea por un problema con el cordón umbilical.
El responsable médico del Hospital Sant Joan de Déu, Rubén Díaz, ha asegurado que "este es un caso significativo por lo que representa para un colectivo de personas, mujeres, que por un proceso de enfermedad pierden la capacidad ovárica" y ha subrayado que "la operación nos ha permitido dar a las mujeres oncológicas la posibilidad de ser fértiles y poder procrear".
Mercedes, presente en la rueda de prensa, ha subrayado que su caso "puede dejar la puerta abierta y la esperanza a algunas mujeres de poder quedarse embarazada".
"Si en mi caso se ha podido, aunque lo que se conservó fue un poquito de tejido ovárico, en otros casos, en los que hay más material, puede ser más fácil", ha indicado.
La paciente ha asegurado que actualmente no se plantea repetir maternidad, aunque ha añadido: "es posible que dentro de un año largo nos lo volvamos a plantear y lo podemos hacer porque todavía queda un embrión congelado".
Mercedes ha asegurado que ha vivido el proceso con normalidad y con esperanza.
"Con 20 años no me planteaba en absoluto ser madre pero fui la primera en acceder a congelar el tejido ovárico para el futuro", ha explicado.
Por su parte, el responsable del servicio de oncología de Sant Joan de Déu, Jaume Mora, ha destacado que "la técnica es muy importante para todas las mujeres oncológicas, no solo para las que tengan cáncer de ovario porque hay otros tipos de cáncer que, debido al tratamiento, pueden hacer que se pierda la función ovárica".
Según Mora, la mayor parte de los padres a los que informan de la posibilidad de conservar tejido ovárico de sus hijas aceptan. Más de 200 mujeres de entre 6 y 38 años se han adherido a este programa de preservación de la fertilidad.
El pasado año, un equipo médico del Instituto Universitario Dexeus de Barcelona anunció a su vez haber logrado el nacimiento de un bebé fruto de la vitrificación de ovocitos de una mujer con un cáncer de ovarios que ponía en riesgo su capacidad reproductiva.