GASTEIZ. La Diputación de Gipuzkoa se ha reenganchado al acuerdo por la reactivación económica propuesto por el Gobierno Vasco. Tras haber amagado con lo contrario, la responsable foral de Hacienda, Helena Franco, acudió ayer al encuentro con sus homólogos en Bizkaia, Araba y el Ejecutivo y, lejos de asistir a título meramente testimonial, dejó ver su interés en estudiar la propuesta de Lakua. Según fuentes del Gobierno consultadas por DNA, se comprometió a asistir a la reunión prevista para la próxima semana, donde las diputaciones podrían debatir con el Ejecutivo de Urkullu a qué planes podrían destinarse los fondos extra procedentes de la flexibilización del déficit.
Horas antes, y tras haber sembrado la duda sobre su asistencia, la Diputación amagó con acudir a la reunión únicamente para tener acceso a esos fondos, y no para pactar con Lakua las actuaciones que podrían implementarse con ellos, ya que esa decisión habría de tomarse, a su juicio, en las Juntas Generales. Con ese planteamiento, Gipuzkoa asumiría las ventajas del pacto -los ingresos- y no los inconvenientes -figurar en un acuerdo con el PNV pactando el destino de esos fondos-.
Ayer, sin embargo, y tras el encuentro en Lakua, Helena Franco no rechazó expresamente el diálogo con el Gobierno, y llegó a apreciar un "avance" en la decisión del Ejecutivo de entregarle un documento con su propuesta, de modo que ahora ya habría un texto sobre el que poder trabajar. La diputada justificó su viraje en la existencia de ese documento, y rebajó así varios grados la tensión surgida entre el Gobierno y Gipuzkoa en las últimas jornadas. Además, la Diputación hizo saber al Ejecutivo que asistiría a la reunión de ayer antes de anunciarlo en rueda de prensa.
El Gobierno ofreció el pasado miércoles a las diputaciones la posibilidad de compartir con ellas los fondos extra procedentes de la relajación del límite de déficit impuesto a la CAV. Ese colchón permitiría a las instituciones forales incurrir en un mayor endeudamiento e invertirlo en proyectos estratégicos para sus territorios. Aunque lamentó que la cita no sirviera para debatir sobre fiscalidad, el representante de Gipuzkoa Martin Garitano no llegó a rechazar el pacto, que parecía ventajoso para las diputaciones, y llegó a mostrarse proactivo a puerta cerrada, según los asistentes. De hecho, habría aceptado el reparto de ingresos y dado por sentado que acudiría a los futuros encuentros. Fue después cuando el dirigente de Sortu Joseba Permach elevó el tono contra el acuerdo, y la portavoz foral Larraitz Ugarte llegaba a dejar en el aire la asistencia a la cita de ayer y acusaba al Gobierno Vasco de airear interpretaciones interesadas sobre un acuerdo inexistente.
El PNV interpretó que Bildu trataba de huir de la fotografía conjunta con los jeltzales, y llegó a asegurar que Garitano había sido desautorizado por Sortu. Según esa versión, la Diputación se debatiría entre rechazar el pacto y quedar al margen del reparto de fondos, o bien aceptarlo y fotografiarse con el PNV. En las últimas horas había amagado con optar por la calle de enmedio, aceptando los ingresos pero decidiendo por su cuenta, en las Juntas Generales, a qué dedicarlo. En este sentido, Franco había asegurado a la mañana que acudiría a la cita "por responsabilidad", pero avisó de que no plantearía proyectos concretos a los que destinar los fondos porque los Presupuestos debían debatirse en las Juntas. Tras la reunión, sin embargo, se mostró más imprecisa.
El plan La explicación podría hallarse en el diseño del plan de Lakua, muy hilvanado y de responsabilidades encadenadas y compartidas que, por ello, no permitiría que una de las partes se sumara únicamente para acceder a los fondos, y no para pactar sobre políticas concretas. Fuentes de Lehendakaritza explicaron a este periódico que el plan, de 245 millones, se divide en cuatro segmentos. La parte más sustanciosa del proyecto, de 180 millones, se debatió ayer mismo en el encuentro entre el consejero de Hacienda, Ricardo Gatzagaetxebarria, y sus homólogos en las diputaciones, José María Iruarrizaga, Helena Franco y Aitor Uribesalgo. Esos 180 millones se destinarían a un plan de reactivación, nutrido esencialmente de inversiones en infraestructuras, e inyectaría el 50,2% de sus fondos -90 millones- en Bizkaia, el 33,3% en Gipuzkoa -60 millones-, y el 16,5% en Araba -30 millones-. Sin embargo, ese monto destinado a cada territorio sería abonado en un 70% por el Gobierno y en un 30% por la Diputación correspondiente, de modo que ambas partes deberán ponerse al corriente de las políticas que pondrán en marcha con ese dinero. "Hay que pactarlo. Ellos su 30%, y nosotros el 70%. Es un plan conjunto", zanjaron esas mismas fuentes.
El Ejecutivo no prevé poner trabas a los planteamientos de las instituciones forales, siempre y cuando no violen las condiciones técnicas del pacto, que pasan por destinar los fondos del déficit al endeudamiento para activar inversiones y no para cubrir gasto corriente. Además de ese pacto de reactivación con proyectos de inversión para los tres territorios, Lakua prevé habilitar otras medidas consultándolas con las diputaciones. En concreto, propone dedicar 20 de los 245 millones de endeudamiento a proyectos de I+D+i; 40 a fondos comarcales de empleo, a planes renove de vivienda y al programa Lehen Urratsa, para buscar una primera oportunidad laboral a jóvenes sin empleo; y 5 a un fondo de emprendizaje.
Las diputaciones dispondrán de una semana para analizar la propuesta, y volverán a verse las caras en un tercer encuentro para el que aún no se ha fijado fecha alguna. Helena Franco precisó ayer que "en unos temas la proximidad es mayor y, en otros, menor", si bien apeló a la semana disponible para trabajar en la propuesta. Gatzagaetxebarria, por su parte, descartó que Gipuzkoa vaya a "quedar al margen de la estabilidad presupuestaria".
Mesa de partidos Independientemente de la mesa institucional, el Gobierno prepara un segundo encuentro con todos los partidos con representación en el Parlamento. Aunque aún no haya fecha, lo más probable es que la cita tenga lugar el martes de la próxima semana, o bien este viernes. EH Bildu no ha confirmado ni desmentido su presencia en el encuentro, por lo que desde Lakua trabajaban ayer con la hipótesis de que acudirá al encuentro, donde se abordarán cuestiones más sensibles y susceptibles de alumbrar desencuentros como la política fiscal. El PSE, asimismo, ha condicionado su apoyo a los Presupuestos de Urkullu a un acuerdo sobre los impuestos, de modo que las fricciones también parecen garantizadas por ese flanco. El PNV aspira a incluir a los socialistas en un pacto de estabilidad que encontraría su tercer pilar en el PP, aunque para ello deberá reconducir las relaciones entre ambas partes.