Roma. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha manifestado recientemente que "las vigentes leyes educativas no respetan los acuerdos Iglesia-Estado en cuanto a la asignatura de religión" y que, por eso, entre otras cosas, se está elaborando una reforma. "La religión, según esos acuerdos, no puede ser considerada una maría, y debe tener el mismo rango que otras asignaturas fundamentales", declaró el ministro. Estas palabras fueron pronunciadas por el ministro en un coloquio sobre Religión y Espacio Público celebrado el pasado miércoles 27 de febrero en la Embajada de España ante la Santa Sede en Roma, aunque hasta ayer no se tuvo conocimiento de ellas.
A su juicio, en España hoy en día no se puede decir que exista persecución religiosa sino "indiferentismo, increencia, pero no persecución". "Otra cosa es la abdicación de las propias creencias. Conozco el Parlamento, y puedo decir que cuando se han aprobado determinadas leyes ha existido abdicación de las propias creencias, o increencia, pero no persecución. Si el 75% de la población española que se declara católica actuase en coherencia, determinadas leyes nunca se habrían aceptado", aseguró.
Además, consideró necesario defender la presencia pública de la religión en el espacio público y las propias creencias con argumentos racionales, que sirvan también para el que no cree. "Si nos oponemos al matrimonio entre personas del mismo sexo, no podemos usar argumentos confesionales. Existen argumentos racionales que dicen que ese matrimonio no debe tener la misma protección por parte de los poderes públicos que el matrimonio natural. La pervivencia de la especie, por ejemplo, no estaría garantizada", explicó.
El ministro enmarcó la cuestión de la libertad religiosa y de la presencia pública de la religión como "un derecho reconocido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, y cree que en el diálogo político a veces se olvida esto. En su opinión, es compatible la existencia de estados confesionales con la libertad religiosa.
"En el siglo XXI, con la coartada de lo políticamente correcto y la coartada de la defensa de la libertad de expresión, no se respeta en muchos ámbitos políticos y judiciales la libertad religiosa. Como botón de muestra está la sentencia que decía que los graves incidentes contra quienes participaban en la JMJ no eran escarnio, sino simples expresiones ingeniosas propias de la libertad de expresión", advirtió.