rubén es un mecánico de 41 años que posee un taller en Izarra. Gema, de 39, trabaja por su parte como esteticista en su propio salón de belleza de Vitoria. A esta intrépida pareja alavesa les une su ferviente pasión por el mundo del motor. Desde hace casi dos años, llevan preparando a conciencia la que, a buen seguro, será la experiencia más gratificante de sus vidas. Movidos por un espíritu solidario que hoy en día es digno de elogio con la que está cayendo, ultiman todos los preparativos para tomar parte en la quinta edición del Panda Raid 2013, un apasionante proyecto que mezcla cooperación y aventura concebido para escolarizar al mayor número posible de niños en Marruecos.

En la edición del año pasado, más de dos toneladas de material escolar, deportivo e informático fueron transportados por los participantes en sus vehículos hasta la escuela Moulay Youssef, ubicada al sur del país y una de las zonas más susceptibles de recibir ayuda. Al menos, 14 colegios de la región de Errachidia y más de 2.000 alumnos se vieron beneficiados. Mochilas, estuches, gomas, lápices, pinturas, instrumentos de geometría, cuadernos, calculadora... Cualquier cosa es recibida con los brazos abiertos dada la pobreza existente. Caype, una empresa vitoriana que suministra elementos de oficina a diversas empresas, ha brindado su apoyo a estos alaveses inmersos en una excitante cuenta atrás.

Rubén y Gema no han reparado en gastos para hacer realidad el objetivo de un puñado de niños necesitados. Entre tanto quebradero de cabeza para llegar a final de mes, cuando la mayoría no se plantearía algo así por nada del mundo e invertiría su dinero en otros menesteres, ellos no han dudado en aportar su granito de arena para una causa tan maravillosa que deja entrever su calidad como personas. "Llevamos año y medio intentando ahorrar. Sabemos que en España hay muchos niños que necesitan cosas, pero lo tienen un poco más fácil. En Marruecos, las cosas son mucho más complicadas. Estuvimos hace siete años y es terrible la pobreza que hay en las zonas donde vamos a repartir los kilos de material. Esta pequeña aportación que haremos nos ha supuesto romper un poco la hucha, pero al menos el material que vamos a donar permitirá que muchos niños puedan aprender a leer y escribir. Cuestión básica para que un país pueda evolucionar", confiesan.

una exigencia básica En un país como Marruecos que, sin ser de los más pobres de África, sufre serios problemas para dar respuesta a las necesidades de los más pequeños dentro de las escuelas, esta pareja ha decidido colaborar con la Asociación Camino al Sur, encargada de poner en marcha esta iniciativa con el propósito de que los alumnos dispongan, al menos, de los materiales indispensables para poder formarse en la vida y granjearse un futuro esperanzador. El puesto final en el que concluyan la competición amateur por equipos será lo de menos porque, además, las reglas dictan que cada participante podrá ir a la velocidad que estima oportuno. El trasfondo del asunto reside, a juicio de los protagonistas, en vivir "una experiencia humana extraordinaria", escapar de la pesada rutina y ayudar a los niños del sur de Marruecos.

"A los dos nos gusta mucho el motor, somos bastante aficionados y siempre hemos bromeado con poder participar en el Dakar. Hace dos años, un conocido que va a participar en la edición de este año, nos habló de esta carrera, nos picamos un poquillo y decidimos preparar la aventura", recuerda Gema. Y es que el Panda Raid 2013, una especie de Rally Dakar que se celebrará del 1 al 9 de marzo sobre un itinerario de ocho días y que estará dividido en varias etapas sobre la geografía de Marruecos, únicamente impone una exigencia a los alrededor de 130 inscritos en la prueba.

La travesía deberá realizarse a bordo de un Panda, eso sí, perfectamente acondicionado para superar los incontables obstáculos que les aguardarán durante el recorrido por las dunas y arenas del desierto. El vehículo utilizado por los alaveses será de segunda mano tras un cambio que hizo en su día Rubén. No se requieren grandes conocimientos de conducción, mecánica u orientación, únicamente espíritu de equipo, solidaridad y entusiasmo para fomentar unos valores humanos que no se encuentran al alcance de muchos. "No estamos haciendo una preparación intensiva. Esto es amateur y claro... nosotros trabajamos todos los días. Yo voy a ser la copiloto y guiaré a Rubén. No tengo muchas nociones de brújula ni de orientacion y no se me da demasiado bien...", bromea Gema.

Más que una carrera de velocidad, se trata de acreditar otras virtudes relacionadas con la resistencia física, la navegación o el sentido de la orientación. La preparación de los alaveses ha sido meticulosa, ya que nada puede quedar para la improvisación y debe cuidarse hasta el más mínimo detalle. Dentro del coche, recalcan, no podrán faltar, al menos, una brújula, un mapa de Marruecos, ingentes litros de agua para no deshidratarse y combatir la sed, varios mecheros, un botiquín, bengalas de emergencia en caso de avería, dos sacos de dormir y una tienda de campaña.

patrocinadores Las salidas y verificaciones tendrán lugar el 1 de marzo en pleno corazón de Madrid. A partir de ese momento, los equipos -formados exclusivamente por el piloto y el copiloto- se dirigirán por carretera hasta Algeciras para embarcar, vía ferry, hacia África. Será un viaje rumbo a lo desconocido, porque los alaveses apenas conocen detalles de las siete etapas que discurrirán por suelo marroquí. "El trayecto es secreto", desvela enigmático Rubén. Los emplazamientos de los campamentos, los itinerarios, así como las ciudades que visitarán, permanecerán bajo secreto de sumario cuan tesoro de oro hasta el mismo día de la salida. "Vamos rumbo a lo desconocido. Es un Dakar txiki, sólo sabemos que debemos estar el día 1 a las 11.00 horas de la mañana en el Santiago Bernabéu para verificar el coche. El Raid es amateur, pero te exigen que cumplas unas medidas de seguridad. Luego lo que venga, no sabemos más...", detallan los protagonistas.

Lógicamente, el gasto que implica su presencia en una carrera de esta envergadura no ha sido sufragado en su integridad por Rubén y Gema. El dinero de la inscripción en el rally, la compra y el seguro del vehículo, su preparación y puesta a punto, la gasolina, las herramientas, los repuestos y el propio material escolar ha procedido de varios patrocinadores solidarios como Caype, "La fresa Azul" -agencia de publicidad-, Seguros Bilbao - sucursal de Vitoria-, y otros colaboradores pequeños como Maestre -tienda de bicicletas ubicada en Vitoria-, la Pescaderia Itxasne, la carpintería Aguinaco de Izarra, la empresa de autobuses Jesus Berganza y la Casa Rural de Pobes. Tambien han prestado su colaboración en la preparación del Panda Berplas Gasteiz -ubicada en Izarra y dedicada a fabricar caldedería plástica- y Carrocerías LM de Orduña, que ha pintado el vehículo. De igual modo, amigos y familiares no han dudado en aportar su granito de arena con el fin de sufragar el presupuesto necesario para afrontar el Panda Raid. "Serán unas vacaciones aventureras. Si algo bueno tiene ser autónomos en estos tiempos, es que esta semana no pedimos permiso y nos marchamos sin tener que dar explicaciones a nadie", remarcan con buen humor.

¿Y la seguridad? En un desierto con ciertas similitudes al que acogía en su día el Rally Dakar -donde año tras año se registra alguna víctima mortal-, no es algo que les obsesione, ya que, a su juicio, ésta se halla más que garantizada."Disponemos de un camión médico y de un camión escoba. Como los GPS no están permitidos, la organización nos obliga a llevar un móvil, un smartphone y tener instalado un sistema de localización en el móvil. Ellos te recomiendan un programa que ya nos hemos descargado. Debemos aprender a manejar las coordenadas y saber leer las latitudes. Si tú te pierdes, tienes que activar el sistema de búsqueda para que ellos nos vengan a recoger", precisan. Lástima que no cunda el ejemplo en otros ámbitos donde más de uno debería avergonzarse.