vitoria. Con diferentes formas, pero idéntico fondo, EH Bildu y PSE trasladaron ayer al lehendakari a través de sus respectivos jefes de filas un emplazamiento para que el Gobierno Vasco haga frente a la política de recortes que impera en Madrid y adopte una estrategia diferente con "acuerdos de país" ante los varapalos de la crisis. De lo contrario, el PNV tendrá difícil conseguir el apoyo de cualquiera de estas dos bancadas en la puesta en marcha del proyecto de Presupuestos de este año.

Laura Mintegi y Patxi López fueron los encargados de poner ayer el punto y final a la ronda de contactos con el arco parlamentario activada por el lehendakari, a falta del encuentro que reunirá hoy en Vitoria a Urkullu con su sucesor al frente del Euzkadi Buru Batzar, Andoni Ortuzar. En ambos casos, los líderes de la coalición soberanista y del PSE manifestaron su preocupación por el destino de la tijera que Urkullu se verá obligado a meter en unas cuentas con una reducción de 1.200 millones con respecto al pasado ejercicio, y coincidieron a la hora de afirmar que el lehendakari no les había trasladado qué partidas se verán damnificadas por estos ajustes.

Y es que, a falta de un mes para que el Gobierno Vasco apruebe su proyecto de cuentas, los departamentos aún no han cerrado sus respectivos proyectos dentro de una contabilidad donde se peleará por cada euro, según admiten desde la propia Administración.

En EH Bildu quieren que este celo por optimizar la distribución de las arcas autonómicas no quede resumido en una mala copia de la estrategia emprendida por Mariano Rajoy desde su llegada a La Moncloa. Por eso, Mintegi destacó durante su intervención ante los medios de comunicación cómo le había trasladado a Iñigo Urkullu la necesidad de que el Ejecutivo vasco no sea una "correa de transmisión" de las políticas que se ejercen en Madrid.

Para impedirlo, EH Bildu apuesta por "acuerdos de país" que deriven el problema a su origen. "Hay que llevar el problema donde se ha generado, a Madrid", apostilló la dirigente abertzale.

Por su parte, Patxi López volvía a Lehendakaritza con un mensaje encabezado por la reforma fiscal que intentó impulsar desde el Gobierno Vasco. Consciente de la situación minoritaria de los jeltzales en el Parlamento, el exlehendakari situó en esta demanda la primera condición para que los socialistas apoyen, o por lo menos no impidan, la aprobación de los que serían los primeros Presupuestos del Gabinete Urkullu.

Ahora bien, López no desveló sus intenciones en la comparecencia que protagonizó ante los medios de comunicación, según él, porque Urkullu no le transmitió cuáles serán las líneas que seguirá el Ejecutivo jeltzale a la hora de meter tijera a las Cuentas. El dirigente socialista recordó que hasta ahora el PNV ha hecho hincapié en la reducción de las partidas destinadas a la inversión como vía de ahorro, pero añadió que estos fondos solo suponen una tercera parte de los 1.200 millones que el lehendakari deberá rebajar en el proyecto que tiene previsto aprobar el 12 de marzo.

Hasta entonces, López mostró su disposición a "arrimar el hombro" en la búsqueda de un acuerdo "de país" para el que solicitó a Urkullu la habilitación de reuniones bilaterales -preguntada por esta iniciativa Mintegi negó que el Gobierno Vasco hubiera planteado una propuesta similar con EH Bildu- que permitan desbrozar las diferencias que a fecha de hoy impiden que ambos partidos compartan un proyecto común frente a la crisis.

En este foro estará presente, al igual que lo estuvo ayer en el encuentro de Urkullu con la portavoz de la coalición soberanista, la postura que Euskadi debe adoptar ante las políticas de Madrid. Y, también al igual que Mintegi, López demandó al lehendakari que haga frente a esas directrices, en este caso para impedir que la puesta en marcha de lo que hoy es un proyecto conocido como la ley Wert o la implantación del copago farmacéutico vulnera las competencias que el marco normativo concede a las instituciones de la CAV. "El Gobierno Vasco debería ser más beligerante", enfatizó el secretario general del PSE.

reforma fiscal La escasa concreción de las partes a la hora de analizar si tras estos contactos el acuerdo está más lejos o más cerca sitúa el foco mediático hacia una próxima cita parlamentaria que podría resultar trascendental, con el permiso del Consejo Vasco de Finanzas que hoy se celebrará y el Pleno ordinario, con la creación de la ponencia de paz de por medio, que la Cámara vasca acogerá mañana. Se trata del Pleno monográfico sobre fiscalidad que tendrá lugar el Parlamento Vasco este viernes, una buena ocasión para comprobar si la distancia entre PSE y PNV en este ámbito es insalvable o no, según apuntan fuentes socialistas, aunque no la única.

Ante este escenario, López anticipó ayer que frente a la negativa que el PNV mantuvo en la pasada legislatura a abordar este giro -al menos en los términos que los socialistas proponían-, la nueva etapa política denota que ahora "hay voluntad" para revisar planteamientos hasta ahora "inamovibles".

Solo una reforma fiscal que satisfaga a los socialistas parece la llave para convencer a los antiguos inquilinos de Ajuria Enea en la búsqueda de aliados presupuestarios, aunque hoy por hoy el PNV sigue defendiendo la competencia foral en esta materia, frente al deseo de los socialistas de derivar parte de este peso en la toma de decisiones hacia el Gobierno Vasco.