Donostia. "Protocolos que han fallado", "falta de seguridad", "no se hicieron las cosas como se debían de haber hecho", "un cúmulo de órdenes sin sentido" o "incumplimiento de los protocolos internos de actuación". Los sindicatos de la Ertzain-tza ErNE, Euspel, SiPE y ESAN coicindieron ayer en censurar el dispositivo de seguridad que responsables del Cuerpo previeron para el Euskal Selekzioa-Bolivia que se disputó el sábado en Anoeta y que se saldó en lo extradeportivo con dos detenidos (de 15 y 25 años de edad) y 14 agentes heridos, siete de los cuales han causado baja médica.
Las centrales sindicales incidieron en tres aspectos. Por un lado, en que hubiera quien acudiera al partido de fútbol pertrechado de bengalas y otros objetos; en que el dispositivo de seguridad de Anoeta, responsabilidad que asumió ayer la Federación Vasca, no estuvo a la altura y, en tercer lugar, en que tampoco lo estuvo el operativo del Cuerpo autonómico.
"La falta de medidas de seguridad en los accesos al campo posibilitó que se introdujera todo tipo de utensilios, bengalas, petardos, bombas de humo", aseguró ErNE, para quien "grupos de hinchas radicales, perfectamente organizados los utilizaron contra los agentes que fueron acosados, rodeados, agredidos con todo tipo de objetos".
Tras reclamar al Departamento de Seguridad (antiguo Interior y que ayer expresó su "apoyo a la Er-tzaintza en relación a los incidentes registrados durante el partido") "que aclare la situación", ErNE advirtió de que en la noche del sábado "se estuvo muy cerca de la tragedia".
Preguntas Euspel, por su parte, lanzó varias preguntas "después de oír a los compañeros que estuvieron allí": "¿Quién ordena que no se pongan los cascos? ¿Quién ordena que aguanten? ¿Por qué no se apoya a los compañeros cuando están siendo agredidos? ¿Quién está al mando y por qué no se interviene? ¿Por qué donde se tiran petardos, bengalas y demás proyectiles de todo tipo no hay ningún efectivo controlando? ¿Y el Protocolo de Actuación?". A su entender, lo ocurrido en Anoeta "no es más que un reflejo de donde está yendo a parar la Ertzaintza; a un túnel sin salida". La misma central sindical, que pidió "depurar responsabilidades", denunció también que "da la sensación" de que se quiso "primar la imagen a la seguridad, de unos trabajadores que tienen encomendadas unas labores muy específicas y es evidente que el resultado ha sido francamente desastroso, poniendo en grave peligro las vidas de los ertzainas participantes en la actuación, al mismo tiempo que dando un lamentable espectáculo de toda una institución como la Ertzaintza".
Más allá, SiPE exigió a la nueva consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, que inicie "el procedimiento correspondiente" así como la orden de "destitución del responsable de Instituciones" del Cuerpo, "personaje que tenía que poner su toque en cada cosa que pisa" y que dio "el paso definitivo para cubrirse de gloria".
Según SiPE, el responsable cambió "todos los indicativos para este operativo, con lo que la mayoría de los ertzainas no sabía, de inmediato, en qué parte del campo se encontraban los compañeros que realizaban las comunicaciones, entre ellas las de pedir apoyo ante el ataque de los radicales".
Después de solidarizarse con los heridos, al igual que los otros sindicatos, desde ESAN quisieron denunciar el dispositivo policial y "la actitud de los 500-1.000 impresentables, que acudieron a Anoeta con el único fin de provocar altercados, tanto dentro como fuera del estadio".
Al respecto, ErNE declaró que "el ambiente de esa zona del campo (el fondo sur) estaba claro con las pancartas y expresiones que se utilizaron durante todo el partido", mientras que SiPE aseguró que la Guardia Municipal "ya había informado de numerosos incidentes protagonizados por hinchas borrachos y radicales, y sobre el tipo de pancartas y expresiones que utilizaban estos últimos".
ESAN explicó que el responsable del operativo policial ordenó inicialmente a los agentes no llevar puesto "el casco antidisturbios. Los especialistas de antidisturbios, incumpliendo los protocolos internos de actuación, fueron separados y obligados a vestir un vestuario que no es el suyo cuando acuden a realizar sus funciones laborales, se impidió que se portasen escudos antidisturbios y dejaron todo este material en un lugar muy alejado" de donde estaban.
Según ESAN, "cuando se producen los mayores incidentes, se manda a 14 ertzainas a enfrentarse contra mil personas que se encontraban en esa grada del estadio, provocando que fuesen apaleados y se viesen obligados a retirarse para salvar su vida".
responsabilidades Lo sucedido el sábado en Anoeta dio pie a preguntarse quiénes tienen la responsabilidad de la organización. Desde la Federación Vasca asumieron ayer su responsabilidad como promotores del evento. En primera instancia, la Real Sociedad evitó pronunciarse respecto de un tema que entienden que no es competencia suya: "Nosotros usamos el campo, pero el sábado era la Federación Vasca quien se encargaba de la seguridad. Es cierto que muchos trabajadores fueron los mismos que en los partidos de la Real, pero es la Federación quien contrataba sus servicios".
El presidente de la Federación Vasca, Santiago Aróstegui, se mostró preocupado ante los incidentes, pero no rehuyó la responsabilidad de lo sucedido dentro del recinto deportivo. "El dispositivo realmente es compartido, pero la responsabilidad de lo que sucedió dentro del estadio es nuestra. Nos haremos cargo de los desperfectos porque somos la entidad organizadora. Todos los años nos cuesta alrededor de 30.000 euros la reparación de los daños que se originan", explicó Aróstegui a este diario.
El dirigente quiso censurar "dura y severamente" lo ocurrido, aunque aseguró que pusieron especial énfasis en la seguridad, por lo que no se explica lo sucedido: "Si hay algo que intentamos cuidar previamente es la seguridad. Realizamos una junta con la dirección de Juegos y Espectáculos y con la Ertzaintza para arbitrar un dispositivo para evitar esto".
Aróstegui reconoció que lo ocurrido es "gravísimo" y entendió que habrá que seguir realizando pedagogía para que la imagen proyectada no sea la misma que la del pasado sábado: "Si queremos que nos tomen en serio, debemos ser serios". Además del ámbito sindical y del organizativo, del ámbito político también hubo dos reacciones. Por un lado, el presidente del PP, Antonio Basagoiti, aseguró mediante Twitter que su grupo pedirá a la consejera explicaciones de lo ocurrido el sábado. Por otra parte, el dirigente de la izquierda abertzale, Joseba Permach, se limitó a señalar en la misma red de microblogging que "la Ertzantza de Urkullu lleva a cabo su primera carga en el partido de la Euskal Selekzioa" ya que, aunque aseguró que él no justifica nada "y menos romper sillas, es una barbaridad cargar dentro del campo".