arranca el nuevo gobierno vasco >
Urkullu tiende puentes
w En su primera semana en Lakua, el PNV ha asumido una postura conciliadora con la que pretende gestionar su minoría parlamentaria w Ha lanzado guiños a la oposición y ha dialogado con Madrid
Míriam Vázquez
Bilbao. Una semana después de que Iñigo Urkullu jurara su cargo como lehendakari, el Gobierno del PNV, aún en estado embrionario y pendiente de cerrar su organigrama en las consejerías, ya ha tenido que afrontar algunas gestiones urgentes. Se ha reunido con representantes del Ejecutivo español para fijar postura ante la ola recentralizadora y los recortes, y se ha manifestado ante posicionamientos controvertidos de otras instituciones y partidos, entre los que destacan la ausencia de la portavoz de EH Bildu Laura Mintegi durante la jura en Gernika, o el intento de algunas instancias europeas de apartar a las cajas vascas del control de Kutxabank. El gabinete del PNV ha dejado entrever en la gestión de esas situaciones una postura alejada de la confrontación. Un proceder que facilitaría al equipo de Urkullu abrir su círculo de interlocutores en una complicada legislatura que arranca en minoría, y en la que también tendrá que cuidar su relación bilateral con el Ejecutivo español para intentar encajar sus reivindicaciones.
Los jeltzales quieren revestir de un halo conciliador y de respeto interinstitucional a su mandato, reconduciendo la práctica del anterior Ejecutivo de los socialistas, enfrentados a las diputaciones de Bizkaia y Araba y a la asociación de municipios vascos Eudel durante el mandato de Jokin Bildarratz, e instalados en su pacto con el PP -hasta que caducó- sin cuidar su interlocución con otros partidos de la oposición. Según fuentes consultadas por DNA, durante la primera fase de su mandato el PNV intentará no tomar decisiones que puedan confrontarlo abiertamente con los socialistas. El Gobierno buscará la estabilidad en tiempos de crisis, en un Parlamento fragmentado, y en un mapa institucional marcado por el reparto de las tres diputaciones entre tres partidos diferentes que habrán de ponerse de acuerdo.
los funcionarios Su primera semana en Lakua y, en concreto, su primer Consejo de Gobierno, celebrado el martes, comenzó con un gesto hacia los funcionarios, lo que dejaría entrever que Lakua no solo busca engrasar su relación con los partidos, sino también con los agentes sociales. En esa cita, el Ejecutivo exploró vías para tratar de paliar los efectos de la decisión del Tribunal Constitucional de suspender el abono de la paga extra navideña. El PNV se había propuesto minimizar el agravio adelantando la paga de junio a enero pero, ante el riesgo de que los dilatados trámites parlamentarios impidieran llegar a tiempo y retrasaran el pago hasta febrero, decidió pisar el acelerador y tratar ese asunto en su primer consejo de Gobierno. Días después ha trascendido que, en el segundo consejo, previsto para mañana, el PNV redactará su anteproyecto de ley para aprobarlo en el Parlamento el 28 o el 31 de diciembre.
Con el mismo ritmo respondió a la queja de los ertzainas sobre el error en las nóminas por parte del anterior Ejecutivo. La nueva responsable de Seguridad Estefanía Beltrán de Heredia trató de atemperar los ánimos el miércoles pidiendo perdón, y habilitando un procedimiento para que los agentes puedan solicitar este mes el cobro de los pluses adeudados. Aunque tardó 24 horas en responder a la queja de la Policía vasca, el viernes se enfrentó a una primera concentración de los ertzainas, que fue interpretada más como un gesto de fuerza para exhibir músculo ante los nuevos gestores que como una auténtica reprimenda.
El jueves le tocó exhibir sus cartas al lehendakari, Iñigo Urkullu, quien ofreció su primera entrevista a la radiotelevisión pública vasca desplegando un discurso muy medido y rechazando entrar en el cuerpo a cuerpo incluso en las preguntas más directas sobre episodios como la ausencia de Laura Mintegi en su jura del cargo. Sobre la portavoz de EH Bildu, que no acudió al acto por encontrarse en el foro de paz de Baiona, Urkullu se limitó a decir que hubo "alguna persona que pudo faltar al respeto institucional", pero que no la "echó de menos", y que Mintegi "ya se disculpó". Cuando fue interrogado por las críticas de los socialistas al traspaso de poderes entre Juan José Ibarretxe y Patxi López, rechazó arrojar más leña al fuego, y ofreció una escueta respuesta con la que únicamente se limitó a expresar su confianza en las gestiones realizadas por el que fuera jefe del Gobierno tripartito.
En cuanto a su relación con el Ejecutivo español, el Gabinete de Iñigo Urkullu, aun marcando claramente sus líneas rojas, ha asumido una postura más posibilista y negociadora que las comunidades autónomas del PSOE. Esos territorios han basado su postura en pedir la retirada de las reformas del PP a sabiendas de que, ante la mayoría absoluta de Mariano Rajoy, esa opción se presenta remota.
Aunque el PNV rechaza de plano cualquier invasión competencial, parece que ha decidido exprimir las opciones de diálogo con los populares, reconducir sus postulados y acercar posiciones en la medida de lo posible. Además, esa vía permite a los jeltzales ahondar en su relación bilateral con el Estado -la que corresponde en virtud del Concierto económico-, en lugar de diluirse en el frente de autonomías que postula el socialismo.
conflictos competenciales Un ejemplo pudo verse en la reunión del miércoles entre los consejeros autonómicos y el ministro de Educación José Ignacio Wert. En un encuentro cordial, la responsable del área en el Gobierno Vasco, Cristina Uriarte, lanzó un mensaje contundente en contra de la involución en materia lingüística, pero reclamó al popular una relación bilateral que respete las competencias vascas de tal forma que el euskera sea una materia troncal y no específica, como establece el anteproyecto de Madrid.
No solo desde el Gobierno, sino también desde el Congreso, el PNV puso sobre la mesa el debate sobre la gestión de Kutxabank. El presidente español Mariano Rajoy se mostró sensible a sus reivindicaciones y coincidió en que las cajas vascas puedan mantener el control de la entidad. Ambas partes acordaron abrir una línea de trabajo para defender esa posición conjuntamente ante la Comisión Europea.
El tercer caso llegó el jueves en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrado en Madrid, donde el consejero vasco de Salud, Jon Darpón, tuvo ocasión de reiterar su rechazo al copago de la ministra Ana Mato en un debate que se centró en el uso de las ambulancias. Aunque insistió en proteger a los colectivos desfavorecidos, en asegurar que el copago generalizado no es una solución, y en que la CAV cuenta con competencias en la materia, dejó un resquicio al mostrar su disposición a colaborar para mejorar el proyecto, que Lakua no acepta tal y como está formulado. Así, precisó que, aunque cabe racionalizar el servicio, debería analizarse quién usa las ambulancias y para qué.
También en el propósito de rebajar la confrontación o la inestabilidad se encuadraría la apuesta por el pacto presupuestario, por el que los partidos de la CAV se comprometerían a no impedir la aprobación de las cuentas en las instituciones gestionadas por sus firmantes. En consonancia con su apuesta, en los últimos días el PNV se ha decantado por la abstención en las diputaciones de Gipuzkoa y Araba -en esta última, las enmiendas a la totalidad de Bildu y PSE han conducido a la prórroga presupuestaria-, y por negociar en profundidad con la oposición allí donde gobierna, como sucede en el ente foral de Bizkaia.
abierto al debate Desde el mismo discurso de investidura, por otra parte, Urkullu optó por adelantar las propuestas clave de su mandato con enunciados muy abiertos. Unos principios generales con los que favorecía que ningún partido se descolgara de los acuerdos, mientras se mostraba dispuesto, además, a abordar debates como el de la Ley de Territorios Históricos, una de las cuestiones que tanto los socialistas como la izquierda abertzale han puesto sobre la mesa. Dejaba clara su apuesta por continuar con el sistema institucional, pero no descartaba analizar eventuales deficiencias. Tampoco fue anecdótica su apelación al PSE, con quien dijo que el PNV tenía "mucho en común", y ante quien trató de apagar los fuegos del enfrentamiento de la pasada legislatura.
Sus primeras decisiones han pasado por gestionar el conflicto de la paga extra y las nóminas de los ertzainas
Ha rechazado polemizar con Mintegi por su ausencia en la jura, o con López por sus críticas
al traspaso de 2009
El lehendakari Iñigo Urkullu y sus ocho consejeros, tras la toma de posesión del Gobierno Vasco del PNV. Foto: AFP