madrid. La recepción oficial con motivo del 34 aniversario de la Constitución, que reunió ayer en el Senado a buena parte de la clase política, sirvió este año para reavivar el debate sobre una posible revisión del texto constitucional de 1978. Mientras el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, defendió la plena vigencia de la Constitución, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, propuso su reforma para que la sanidad pública sea un derecho fundamental como la educación. Pero, quizá, el discurso más significativo por su dureza fue el de presidente del Congreso, Jesús Posada, quien mostró bien a las claras la cerrazón del PP ante posibles reformas de la Constitución, sobre todo, si proceden de peticiones de las comunidades autónomas que reclaman de forma mayoritaria más dosis de autogobierno.

Posada alertó de que una situación de crisis económica como la que atraviesa el Estado español "no es el momento de plantear aventuras revisionistas de dudoso resultado", ni de ahondar en las discrepancias "aunque existan", sino de fomentar el entendimiento.

Como ya viene siendo habitual, las formaciones nacionalistas como el PNV, Amaiur, Geroa Bai, CiU o ERC se ausentaron del acto institucional, al igual que Izquierda Unida, cuyo coordinador general, Cayo Lara, subrayó que no había nada que celebrar.

La jornada evidenció que PP y PSOE también se encuentran distanciados en este aspecto. En una conversación informal con los periodistas, Rajoy señaló que una reforma del texto debe tener muy claro su objetivo, contar con un amplio consenso y además ser oportuna. Del otro lado, Rubalcaba abogó por cumplir primero la Constitución y después "adecuarla a los tiempos" porque, a su juicio, no hay "mejor forma de defenderla". En este sentido, propuso incluir un artículo 27 bis a la Carta Magna para que la sanidad sea considerada un derecho fundamental "al lado de la educación" y deje de ser únicamente un "principio orientador" como es en la actualidad. Desde el PP, María Dolores de Cospedal, señaló que, si hubiera que hacer alguna reforma, considera prioritaria una revisión sobre la sucesión a la Corona, de forma que no prevalezca el varón sobre la mujer.

Lejos de Madrid, en Vitoria, el Delegado del Gobierno español, el popular Carlos Urquijo, advertía de los riesgos que para la democracia implica "zarandear" la Carta Magna e intentar "desbordarla", en un acto al que asistieron autoridades policiales, militares y judiciales. Por su parte, ante una desafección mayoritaria en el arco vasco, la izquierda abertzale daba el actual marco por "agotado".

Rajoy y García-Escudero aplauden en presencia de Posadas, ayer. Foto: efe

Una nuevo texto de EGI para Rajoy

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y su homólogo francés, François Hollande, son dos de los líderes políticos que podrán conocer de primera mano la Constitución Política de los Territorios Vascos Unidos de Euskadi, elaborada por EGI. Al igual que ellos, Iñigo Urkullu, Laura Mintegi, Patxi López, Antonio Basagoiti, Gorka Maneiro y Yolanda Barcina, también recibirán una copia del texto redactado por las juventudes del PNV y que fue presentada ayer en Donostia, coincidiendo con el día de la Constitución española. "El pueblo vasco o Euskal Herria es un pueblo con identidad propia en el conjunto de los pueblo de europa, depositario de un patrimonio histórico, social y cultural singular, que se asienta geográficamente en 7 territorios, actualmente articulados en tres ámbitos jurídico- políticos diferentes ubicados en dos estados", explican. La Constitución que propone EGI, a modo de reivindicación, se sustenta sobre tres principios básicos: un "pacto social" basado en la foralidad; la "nación" vasca para la que defienden "su propio Estado", y el "derecho a decidir".