vitoria. Partidos, sindicatos, organizaciones de derechos humanos,... La crítica a la detención el pasado jueves de Aurore Martin por su pertenencia a Batasuna, pese a que ésta es legal en el Estado francés, donde fue arrestada, traspasó fronteras ideológicas y fue desde las organizaciones abertzales hasta incluso la conservadora UMP, la formación del expresidente Sarkozy, pasando por el socialismo que ahora dirige el país desde el palacio del Eliseo, cuyos dirigentes en el País Vascofrancés "condenaron" esta detención, se mostraron "consternados" por la entrega de Martin a España e incluso pidieron reunirse con François Hollande para tratar el asunto.
Los motivos de la crítica fueron fundamentalmente dos: que pertenece a una organización que es legal en el Estado francés, y que se trata de una actuación extemporánea e incomprensible en el actual contexto de búsqueda de la paz. Forma parte de un conjunto de "prácticas brutales contra el País Vasco que, acumuladas en el tiempo, pueden provocar tensiones", subrayaba el líder territorial de la UMP, Max Brisson, que pedía al Gobierno galo un cambio de actitud. "Hay que acabar con los instrumentos represivos de una situación de conflicto para abrir una era de normalización política y democrática", añadía desde la Batasuna gala su portavoz, Anita Lopepe, "sorprendida" e indignada por que el Ejecutivo francés decida ahora activar procedimientos que parecía que habían quedado ya superados.
Y, mientras el Gobierno español se felicitaba en solitario por este nuevo arresto y prometía más hasta que ETA se disuelva -aprovechando incluso para reiterar que EH Bildu se juega su legalidad si sigue cuestionando estas detenciones-, la crítica traspasaba la muga.
un "obstáculo" en el proceso Ajena a las amenazas, la portavoz de EH Bildu, Laura Mintegi, insistía en que estas actuaciones son una "barbaridad". La única instancia que "está impidiendo un proceso de paz" es el Gobierno español, ya que todos los demás agentes "estamos en otro campo", denunció. En este sentido, afirmó que "le encantaría" dialogar con el PP en busca de diagnósticos compartidos pero, lamentó, "no hay un Gobierno más intransigente, ni una derecha más recalcitrante que el PP español". Es "un obstáculo en el supuesto proceso que está en marcha de pacificación", apuntó Rebeka Ubera. "Se han pasado las lineas rojas de la lógica y la normalización", añadió desde Amaiur Jon Iñarritu devolviendo la pelota a Interior.
También el PNV se sumó a esta linea. Ojalá sea el último "coletazo" de la estrategia caduca del todo es ETA, apuntó Andoni Ortuzar, que dijo esperar que no se abra la puerta a nuevas ilegalizaciones. Con este discurso hace "el caldo gordo a los terroristas y a sus apoyos políticos", le contestó de inmediato el popular Antón Damborenea. Y la crítica se cerró con denuncias desde el ámbito sindical -ELA- o las Juntas Generales de Gipuzkoa a lo que tacharon de actuación meramente política.
Pese a todo, la Audiencia Nacional dictaba ayer prisión incondicional contra Martin acusándole de formar parte del "complejo político" de ETA y alegando "riesgo de fuga".