Madrid. Tres chicas murieron y otras dos se encuentran en estado crítico a causa de una avalancha humana provocada por una bengala durante una fiesta de Halloween en Madrid. La tragedia se produjo alrededor de las cuatro de la madrugada de ayer en el recinto Madrid Arena, donde -según los testigos- se concentraron muchas más personas de las permitidas, se dejó entrar a menores sin control y los guardas de seguridad impidieron que los asistentes abandonaran el local incluso en los momentos de mayor peligro.
La avalancha humana que provocó la muerte por aplastamiento de tres jóvenes de 18 años -Katia Esteban, nacida el 4 de octubre de 1994 en Madrid; Rocío Oña (14 de julio de 1994 en Madrid), y Cristina Arce (13 de marzo de 1994)- se originó tras el lanzamiento de una bengala en uno de los nueve vomitorios de acceso al recinto, según reconoció ayer la empresa organizadora del Thriller Music Park, Diviertt, lo que motivó el pánico y la consiguiente "estampida". De acuerdo con la Jefatura Superior de Policía, además de una bengala parece que se tiraron varios petardos, cuyas detonaciones pudieron hacer creer a los asistentes que se trataba de disparos.
Aunque tanto el Ayuntamiento de Madrid como los organizadores de la fiesta afirmaron que no se había sobrepasado el aforo máximo y que, según la información facilitada por la empresa, se vendieron 9.650 entradas de las 10.600 disponibles, los testigos afirman que las condiciones eran de "hacinamiento" y que había unas 15.000 personas que acudieron para ver al célebre DJ Steve Aoki.
Los testimonios de algunos asistentes coinciden en destacar el caos y el pánico que se produjeron en el recinto y que, según explicaron, hizo que la situación se "fuera de las manos". Según estas declaraciones, la gente estaba muy asustada, aseguraron que se agolparon unos con otros al producirse la estampida y que "no se podía respirar". Sobre el aforo, dijeron que "era prácticamente imposible bajar a la pista" por la cantidad de personas que allí se encontraban.
doble de lo permitido Las hermanas Isabel y Ana Aparicio, de 21 y 18 años, que asistieron a la fiesta de Halloween del Madrid Arena, aseguraron a Efe que en el interior del recinto había menores y que en ningún momento les pidieron el DNI ni les registraron antes de entrar. Subrayaron que las personas que controlaban el acceso al interior del Madrid Arena tampoco registraron a los asistentes, algunos de los cuales -afirmaron- introdujeron botellas de alcohol. Estas jóvenes están convencidas de que la fiesta superaba el aforo permitido y afirmaron que el pasillo en el que se arrojó la bengala que provocó el pánico entre la gente "estaba lleno de gente y era difícil moverse con normalidad". "En un momento el DJ dijo que éramos más de 15.000 personas", comentó Ana.
La empresa organizadora del Thriller Music Park aseguró, sin embargo, que el aforo, "certificado por la empresa externa de control de acceso, estaba por debajo del exigido para este evento" e insistió en que la fiesta "cumplía todas las normativas del Protocolo de Seguridad exigidas por la Delegación del Gobierno".
Sin embargo, según varios medios de comunicación, durante la fiesta llegó a haber hasta 20.000 personas en el interior del Madrid Arena, casi el doble del aforo permitido. Asimismo, varios testigos declararon a la prensa que sólo la puerta principal permanecía abierta, mientras que los demás accesos se mantenían bloqueados. La Policía interrogó ayer a algunos asistentes y al personal de la fiesta para conocer las circunstancias en que se produjeron los hechos.
la fiesta siguió Fuentes de la investigación han precisado que la Policía comenzó a recibir llamadas procedentes del interior del recinto hacia las 4.30 de la madrugada, alertando de una avalancha en el local. Al llegar al lugar, los agentes comprobaron que alguien había lanzado una bengala en un pasillo que comunica la pista con las escaleras de acceso a una planta superior, y debido a la estampida producida a continuación se produjeron tres víctimas mortales por aplastamiento y dos heridas muy graves.
La Policía precedió entonces a desalojar "con total normalidad, aunque muy lentamente" el Madrid Arena, que no quedó totalmente vacío hasta cerca de las siete de la mañana del jueves. Las cinco víctimas se encontraban en un pasillo cuando se produjo la avalancha. Posteriormente fueron trasladadas a distintas zonas del local e incluso al exterior del mismo para ser atendidas por parada cardiorrespiratoria provocada por aplastamiento. Dos de ellas fallecieron en el recinto y la tercera, durante su traslado al hospital. Las dos heridas, que están hospitalizadas en estado crítico, son María Teresa Alonso y una menor de 17 años.
A pesar de la tragedia registrada en el interior del recinto, la fiesta de Halloween se prolongó hasta el cierre del lugar, según relataron varios jóvenes.