Bilbao. Después de que los restantes partidos hayan aceptado la victoria del PNV y considerado que es a Iñigo Urkullu a quien corresponde ser investido lehendakari, el partido de Sabin Etxea puede centrarse en explorar posibles acuerdos y fórmulas que garanticen la gobernabilidad de la CAV. En tiempos de crisis, en un Parlamento tan fragmentado y ante la posibilidad de que desde la oposición se articulen mayorías de bloqueo contra las iniciativas del PNV si decidiera gobernar en minoría y con apoyos puntuales, la formación echará el resto en una ronda de negociaciones que arrancará hoy mismo con EH Bildu y PSE, y que continuará mañana con PP y UPyD. Una primera toma de contacto que podría alumbrar nuevos encuentros para afinar en una fórmula de gobierno o en otros entendimientos.
En concreto, el PNV se citará hoy a las 10.00 horas en Sabin Etxea con EH Bildu, y a las 12.00 con el PSE, mientras el turno de PP y UPyD llegará mañana, a las 10.00 y a las 12.00, respectivamente. La delegación del partido de Urkullu la integrarán el propio candidato a lehendakari, la secretaria del EBB Pilar García de Salazar, el presidente del GBB Joseba Egibar y el burukide Koldo Mediavilla. En cuanto a EH Bildu, y según ha podido saber este periódico, acudirán Laura Mintegi, el secretario general de EA Pello Urizar, y Hasier Arraiz por parte de la izquierda abertzale. No irán representantes de Alternatiba ni de Aralar, aunque no obedecería a ningún tipo de discrepancia. De hecho, si hubiera posteriores encuentros, la idea de Bildu pasaría por que todos los partidos de la coalición se fueran rotando en la delegación. En cuanto al PSE, asistirán Patxi López y los responsables territoriales José Antonio Pastor, Txarli Prieto e Iñaki Arriola.
Según fuentes jeltzales consultadas por DNA, el PNV presentará a sus interlocutores un solo documento que englobe el acuerdo por la crisis, la paz y el autogobierno. El epígrafe referido a la situación económica contemplará la alianza interinstitucional, según la cual los partidos se comprometerían a no obstaculizar la aprobación de los presupuestos en las instituciones gobernadas por sus firmantes. Un pacto de no agresión que, además de favorecer la estabilidad en tiempos de crisis, podría resultar atractivo a EH Bildu y PP, que gobiernan en Gipuzkoa y Araba. Sus votos afirmativos o sus abstenciones, por su parte, garantizarían holgadamente la aprobación de las cuentas del PNV en el Parlamento Vasco. El apartado sobre la crisis contemplaría otros asuntos que el partido, por respeto a sus interlocutores, prefiere no revelar aún.
Lo que sí dejan claro desde el PNV es que el documento constará de "principios básicos, muy generales y muy abiertos para que se pueda acordar con todos", y para que cada formación pueda añadir sus aportaciones. El partido de Urkullu promete ser "flexible". Además, aunque será un único texto el que englobe las tres áreas, y aunque la formación prefiera llegar a un pacto en las tres para huir de los acuerdos puntuales, no presentará su texto como un trágala, sino que contempla que cada partido ponga sus condiciones en cada uno de los tres ámbitos. "El documento no es inmutable", zanjan desde Sabin Etxea.
Una dinámica habitual en toda negociación política que evitaría que un partido se negara de entrada a negociar uno de los puntos por considerar inasumible su formulación. "Ninguno nos va a decir que acepta uno de los bloques y no los otros dos. Lo que van a hacer es poner sus condiciones a cada punto, y nosotros seremos flexibles", anticipan esas fuentes.
Gobierno de coalición En función de esas condiciones que planteen los partidos, y de la disposición a llegar a acuerdos de cada uno de ellos, el PNV profundizaría en las próximas semanas con las formaciones que deseen seguir negociando. Sería de esas futuras conversaciones de donde pudiera salir, en su caso, un Gobierno de coalición, un pacto de legislatura o un acuerdo de país con varios partidos contra la crisis y a favor de la paz y el autogobierno.
Los jeltzales no acudirán con ningún planteamiento inicial en ese sentido, sino que aguardarán al desarrollo de las negociaciones para analizar si procede o no extender una propuesta de Gobierno de coalición a alguno de sus interlocutores. No obstante, asumen que de la ronda de hoy y mañana, una primera toma de contacto sobre una propuesta más general, "no saldrá nada en claro", y que las negociaciones podrían alargarse.
Aunque desde Sabin Etxea no descartan ninguna alternativa, parece poco probable que el PNV opte por un gabinete de coalición o por un pacto de legislatura, dos fórmulas que obligarían a los jeltzales a ligar estrechamente su futuro a EH Bildu -parece complicado imaginar un pacto de ese tipo con su directo rival político-, al PSE -después de que el socialismo fuera el responsable del desalojo del PNV y tras una legislatura de reproches-, o al PP -inmerso en plena ola recentralizadora y de recortes-.
La balanza, así, podría decantarse hacia una tercera alternativa, basada en un Ejecutivo en minoría, pero con un pacto de país por la crisis, la paz y el autogobierno. El partido de Urkullu acudirá a la ronda con un planteamiento generoso para favorecer la conformación de la mayoría más amplia posible, que le ahorraría enfrentarse a una legislatura inestable marcada por eventuales mayorías de bloqueo de la oposición.