vitoria. Las elecciones autonómicas del pasado domingo en la CAV arrojaron un resultado lo suficientemente abierto como para dar paso a una legislatura con múltiples combinaciones posibles a la hora de conformar mayorías. Apenas un puñado de votos, la diferencia de un solo escaño que hubiera caído del lado, por ejemplo, del PP o de EH Bildu, ha impedido alcanzar un escenario mucho más clarificador, en el que la balanza podría haberse decantado de un lado o de otro de forma más evidente. La consecuencia inmediata es que habrá que redoblar esfuerzos para lograr unos acuerdos ineludibles e igual de trascendentes que los retos que esperan a los parlamentarios. En cualquier caso, se trata de una etapa ilusionante, a juicio de tres expertos consultados por este diario, con una agenda presidida por la superación de la crisis económica, la profundización en el autogobierno y el logro de una paz definitiva.
El periodista Koldo Ordozgoiti lo define de forma contundente. "Estamos ante el primer Parlamento post-ETA. Hemos entrado en la etapa del final de la violencia que habíamos soñado durante tanto tiempo, con una Cámara plenamente normalizada en la que están las cuatro fuerzas que representan a este país; el Parlamento del siglo XXI", asegura.
El profesor de la UPV/EHU Txema Ramírez de la Piscina coincide en valorar que "va a ser una legislatura apasionante", en la que prevé que "el PNV gobernará en minoría con acuerdos puntuales". Y el periodista Gorka Landaburu afirma que no le preocupa demasiado la geometría variable de la Cámara: "ETA ha desaparecido, ya no hay violencia ni amenazas y es la hora de la política". Dice esperar que "todos los partidos estén a la altura de las circunstancias" y subraya que "somos un país que está acostumbrado a los acuerdos". "Tenemos experiencia, debemos aprovecharla y ojalá funcione en esta legislatura", zanja.
Una de las certezas que dejó la cita con las urnas es la posición hegemónica que ha adquirido el PNV con sus 27 escaños. Según Ordozgoiti, este partido "se sitúa en un centro político muy importante y no tiene enfrente a ninguna fuerza política que le pueda bloquear". Explica esta idea, la de la imposibilidad de un "frente de bloqueo" como el que existió en legislaturas pasadas, señalando que "si el PP hubiera obtenido un escaño más, once, Antonio Basagoiti podría haber salido diciendo que es determinante. Y si EH Bildu hubiera tenido 22, los 16 escaños del PSE se hubieran convertido en una posibilidad de bloqueo". Muy al contrario, del 21-O salió, según su parecer, "un panorama abierto en el cual nadie puede bloquear en última instancia y se tienen que dar juegos de fuerzas".
Respecto al papel que deberá desempeñar la formación liderada por Iñigo Urkullu, Landaburu le otorga más que un voto de confianza al apuntar que, pese a la dificultad de tener que lograr acuerdos diferentes durante cuatro años, "ahí está la habilidad del PNV, es un partido pactista que es capaz de sentarse y acordar. Tiene mimbres suficientes para gobernar sin hacerlo en coalición y buscar pactos puntuales".
Por contra, Txema Ramírez asevera que, tras sus buenos resultados, al PNV "le va a tocar definirse en cuestiones importantes como la soberanía, eran muy significativos los gritos de independentzia que se oían en la noche electoral en la sede de su propio partido". Todo ello mientras "el mensaje adoptado por el propio Urkullu durante la campaña ha sido muy prudente, sin querer mojarse respecto a estas cuestiones". El profesor agrega que "los aires de soberanía que imperan en Europa también están llegando a Euskal Herria, y eso de alguna forma va a hacer moverse al PNV".
En lo que al resultado electoral cosechado por el PNV se refiere, Gorka Landaburu y Txema Ramírez de la Piscina expresan valoraciones diferentes. Tras apuntar que "han obtenido un resultado mejor de lo que esperaban", el primero reconoce que "han sabido movilizar al electorado y han hecho una campaña excelente, sin entrar al fondo de los temas, que eso ya lo hará el nuevo lehendakari".
Rechaza que la gestión del Gobierno Vasco del PSE haya beneficiado a los jeltzales y admite, en cambio, que sí lo ha hecho "un voto del miedo porque EH Bildu podía acercarse y ganar. Por eso, mucha gente que vota al PSE esta vez ha votado al PNV". En cualquier caso, considera que "el PNV siempre ha obtenido más o menos excelentes resultados, es el partido hegemónico a nivel electoral en el País Vasco con sus bajadas y subidas".
Muy al contrario, Txema Ramírez destaca que "paradójicamente, el perfil de Iñigo Urkullu no es el del líder histórico que parece que está exigiendo el pueblo en este momento. Me refiero a que no es el más carismático de los últimos lehendakaris que ha tenido el PNV, como por ejemplo Ibarretxe".
Respecto a los resultados propiamente dichos, coincide en que la concurrencia electoral de EH Bildu puede haber desviado votos a la formación jeltzale, y valora que el PNV "ha recuperado la centralidad, ese talante situado entre la izquierda abertzale y los partidos nacionalistas españoles que siempre ha tenido y que había perdido en los últimos tres años y medio tras quedar fuera del Gobierno Vasco".
"Aventurismo político" Otra consecuencia de la cita con las urnas es, a juicio del periodista Koldo Ordozgoiti, que el nuevo Parlamento Vasco supondrá "el final del aventurismo político de Patxi López, del PSE y el PP". Como prueba de ello, afirma que la suma de los votos de PSE, PP y UPyD en estos comicios, 360.000, supone 20.000 sufragios menos que los obtenidos por el PNV.
Si se suma tan solo el resultado de socialistas y populares, la formación jeltzale estaría 40.000 votos por encima. "Es lo que en su día dijo Núñez Feijóo muy gráficamente, que los partidos que nacen contra las urnas mueren en las urnas. Lo recordó el lehendakari Ibarretxe en su última intervención en el Parlamento Vasco, y efectivamente los resultados de eso están aquí, es lo que las urnas han dictado", asevera.
Analizando los resultados por partidos políticos, hay opiniones para todos los gustos. En el caso del PSE, que ha perdido nueve escaños -ha pasado de 25 a 16-, Txema Ramírez de la Piscina, que también dirige el grupo de investigación HGH (Hedabideak, Gizartea eta Hezkuntza), cree que "el PSE ha sufrido una debacle debido a su gestión en el Gobierno Vasco".
En este punto, recuerda que los socialistas accedieron al Ejecutivo "en unas elecciones en las que una de las principales fuerzas políticas no estaba representada". Como consecuencia de ello, define su mandato como "un cúmulo de despropósitos en la mayor parte de las cuestiones, empezando por EITB y culminando con lo que ha ocurrido en el Consejo Vasco de Finanzas".
También en referencia al Partido Socialista, Gorka Landaburu opina que "no me ha sorprendido demasiado ese bajón electoral, lo que pasa es que es el tercero en menos de un año y medio". Respecto a las razones para ese retroceso, apunta, entre otras, que "todavía creo que hay un efecto Zapatero entre la población". El periodista concluye que "el PSE tiene que hacer una reflexión de por qué hay mucha gente que le votaba y que no le ha votado, en qué situación está y qué es lo que va a proponer".
Respecto al PP, Txema Ramírez añade al "desgaste derivado de la gestión de la crisis por parte del Gobierno de Rajoy, con los múltiples recortes que está llevando a cabo a todos los niveles" una campaña electoral con "un mensaje tan antinacionalista, tan de cara a su parroquia que les ha acabado pasando factura". Landaburu matiza que "el PP ha logrado el resultado que más o menos obtiene siempre en el País Vasco. Está donde tiene que estar, representa efectivamente esos diez, doce o trece escaños; ahora ha bajado un poco entre otras circunstancias por la llegada de la izquierda abertzale".
Precisamente sobre EH Bildu, Koldo Ordozgoiti cree que "sus resultados son buenos en tanto en cuanto le convierten en la segunda fuerza". Pese a ello, destaca que se ha frustrado "su intento de convertirse en la fuerza hegemónica del nacionalismo", ya que se ha situado "a una distancia importante del PNV, a seis escaños". Apunta además que, en las autonómicas de 1998, EH obtuvo 14 parlamentarios y EA seis, lo que ofrece una cifra similar a los 21 parlamentarios de la coalición EH Bildu.
Txema Ramírez cree que la izquierda abertzale "tiene motivos suficientes para estar muy satisfecha por cuanto que son los mejores resultados que ha obtenido en unas elecciones autonómicas, con un incremento del voto significativo en Bizkaia y en Araba". Admite, eso sí, el retroceso en Gipuzkoa, que atribuye a "un desgaste significativo por el último año al frente de la Diputación", lo que deberá llevar a esta coalición a reflexionar.
Por último, Landaburu cree exitosa esta andadura de EH Bildu, ya que "son el principal partido de la oposición". Se pregunta, eso sí, "¿cuánto tiempo va a durar esta coalición? ¿Qué va a pasar cuando nazca Sortu?". Sobre el sabor agridulce que le ha quedado a la izquierda abertzale por su resultado, señala que "estaban tan confiados que esperaban estar mucho más cerca del PNV e incluso poder ganarle. Creo que la clave ha sido Gipuzkoa, donde le ciudadanía le ha sacado una tarjeta amarilla a Bildu".
López, un lastre El periodista Koldo Ordozgoiti agrega que, toda vez que Patxi López ha anunciado que se presentará a la reelección como secretario general del PSE, "su continuidad en el nuevo Parlamento podría suponer un problema para el PSE, ya que es un peso que le puede dificultar los acuerdos que se tienen que plantear entre todas las fuerzas políticas".
Txema Ramírez opina que, además del propio resultado arrojado por las urnas, "la ola que viene de Catalunya ha afectado de alguna forma al PSE y el PP, les ha dejado desorientados y en bastante mal lugar".
Para finalizar, y de nuevo mirando al futuro, Ordozgoiti destaca el hecho de que "estas elecciones cierran un periodo electoral y abren un tiempo de casi tres años en los que no va a haber citas electorales en Euskadi". La consecuencia de ello es que "este Parlamento va a tener posibilidades para trabajar durante la parte fundamental de su vigencia en tejer esos acuerdos que son vitales".
Mientras Txema Ramírez cree que el PNV debe posicionarse sobre la soberanía, Landaburu no lo ve prioritario
Ordozgoiti considera que el largo periodo sin elecciones a la vista facilitará que la Cámara trabaje con normalidad
Un ciudadano ejerce el derecho al voto en las elecciones autonómicas del pasado domingo. Foto: Pablo Viñas