Vitoria. No es la primera y, previsiblemente, no será la última. El caso es que los concejales de las tres formaciones de la oposición en el Ayuntamiento gasteiztarra -PNV, Bildu y PSE-EE-, que conforman la mayoría del Consistorio, han vuelto a unir sus fuerzas para evidenciar la soledad del alcalde, Javier Maroto, y de la formación a la que pertenece, el Partido Popular, en sus líneas de recortes en las políticas sociales y, especialmente, en aquéllas que tratan de remediar los efectos de la desesperación en los perfiles sociales que se encuentran a un paso de la exclusión más absoluta.
En concreto, los citados tres grupos respaldarán con sus votos en el próximo Pleno municipal, que tendrá lugar el lunes, una moción en la que se insta al primer edil a remediar una de sus decisiones más polémicas: la de excluir a los usuarios del comedor social de las Desamparadas que no puedan justificar un empadronamiento mínimo de seis meses en vigor o un contrato de alquiler de alojamiento. El caso es que tales condicionantes han provocado la disminución de usuarios en el centro, pero el agravamiento de la situación vital de decenas de personas que no pueden justificar los requerimientos en cuestión y que, por ende, se han quedado sin acceso a su línea de subsistencia.
Pese a la situación creada, denunciada desde el ámbito asociativo, que se tiene que multiplicar para sustituir la inacción municipal, desde el equipo de gobierno se ha llegado a alardear de la eficacia de sus políticas que, a su juicio, han logrado la reducción de los usuarios de Desamparadas, con el consiguiente ahorro para las arcas públicas. En concreto, las medidas han provocado la reducción en el número de vales concedidos para Desamparadas. En lo que va de año, de los 1,4 millones de euros presupuestados a tal efecto, apenas se ha gastado medio millón. Y eso, en una situación de crisis sin igual que ha colocado ya a casi el 20% de la población gasteiztarra por debajo de la línea de pobreza. Por ello, la moción de PNV, Bildu y PSE reclama también a los populares que ejecuten el global de la partida y que asigne cantidades suplementarias si resultara necesario.
La justificación al respecto es concisa. Según los proponentes, es poco menos que una aberración que se obligue tales requisitos a gente que, por unas condiciones o por otras, se encuentra en una situación límite. No en vano, la citada infraestructura asume su labor con perfiles humanos que van desde los sin techo, hasta inmigrantes irregulares, personas que están a la espera de recibir la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), jóvenes procedentes de ambientes desestructurados o transeúntes, entre otros. Es decir, personas sin recursos para poder subsistir por su cuenta y, por lo tanto, sin otras opciones.
La moción en concreto, a la que ha tenido acceso este diario, es muy dura. Tanto que descalifica la actuación del alcalde y le reclama un inmediato cambio de paso en políticas sociales. Al respecto, las formaciones que firman la iniciativa instan a Maroto a eliminar los nuevos requisitos para acceder al comedor social. "El Ayuntamiento ha endurecido las condiciones de acceso a ese servicio, lo que ha reducido de forma considerable el número de usuarios y el montante económico destinado a ello. El problema, sin embargo, continúa y va en aumento, y son muchas las organizaciones privadas que están haciendo un ingente esfuerzo por dar de comer a esas personas", indicaron las tres formaciones políticas a través de un comunicado.
Sea como fuere, lo cierto es que la situación que se vive en Vitoria se ha convertido en una especie de rara avis en el Estado. No en vano, la capital alavesa ha obviado por completo su carácter solidario para convertirse en la única del medio centenar de ciudades analizadas en un estudio sobre el funcionamiento de los comedores sociales en las que el Ayuntamiento "deja sin comer" a todo el que, a pesar de su situación de necesidad, no pueda acreditar una antigüedad en el Padrón superior a seis meses y un contrato de alquiler de una habitación, según denunció la Plataforma Círculos del Silencio.
Ejemplos en la CAV Tales conclusiones provocan "vergüenza" por vivir "en la ciudad más insolidaria". Según indicó Círculos de Silencio, en San Sebastián existen dos comedores sociales; en Bilbao, tres, en Getxo, uno y en Barakaldo, otro. En ninguno de ellos, tal y como se indica, se exige empadronamiento para obtener un vale de acceso al comedor "y mucho menos" se pide un contrato de alquiler de habitación.