BARCELONA. Tras firmar este mediodía el decreto de convocatoria de las elecciones del 25 de noviembre en Cataluña, Mas ha comparecido en la galería gótica del Palau de la Generalitat para ofrecer oficialmente su primera valoración preelectoral.
Mas ha salido al paso de las, a su juicio, "amenazas" lanzadas desde el Estado a quien quiera poner en marcha un proceso independentista: "No se puede hacer callar a un pueblo a base de introducir el miedo. Eso es de otros tiempos, ahora no toca, afortunadamente estamos en otro mundo", ha remarcado, convencido de que quedaron muy atrás las épocas en que había un "Estado dictatorial".
Sin hacer mención explícita de declaraciones como las del vicepresidente del Parlamento Europeo Alejo Vidal-Quadras, quien sugirió al Gobierno que prepare "un general de brigada de la Guardia Civil" para que tome el control de la situación en Cataluña, Mas ha subrayado que en el contexto europeo no es imaginable una respuesta militar a las pretensiones soberanistas de Catalunya.
Según Mas, "nadie puede utilizar unilateralmente las armas, en sentido figurado", para ir "contra la voluntad de un pueblo, decidida democrática y pacíficamente y con amplias mayorías".
Además de las tres décadas de democracia que acumula España, otra de las garantías que ha esgrimido Mas para poder pensar que no podrá recurrirse a la fuerza para frenar el proceso independentista es la "tradición democrática" del club europeo, por lo que espera que el Estado reaccionará con "madurez y responsabilidad".
"Estamos en una España democrática, en una UE que consagra el principio de la democracia como sagrado, y dentro de estos marcos todo debe ser posible plantearlo y decidirlo si hay las mayorías suficientes", ha reflexionado Mas, convencido de que la comunidad internacional también estará muy atenta a cómo el Estado reaccione: "El mundo está mirando a España", ha avisado.
Para asegurar la legitimidad del proceso y ganarse el respeto internacional, ha recalcado, será imprescindible que cada paso que se dé sea un ejemplo de "pulcritud democrática, actitud pacífica, constructiva y cívica".
De entrada, Mas espera que en las elecciones del 25N se registre una alta participación, para abrir una nueva etapa que debe llevar "en los próximos cuatro años" a que los catalanes puedan "pronunciarse sobre su futuro como nación".
"Que la gente decida libremente, sin coacciones, sin amenazas, sin miedo", ha proclamado Mas, que ha avanzado que, si es reelegido presidente, una de las primeras iniciativas que se tomarán será retomar la ley de consultas populares que estaba tramitando el Parlamento catalán.
En su momento, ha detallado, deberán ser el Parlament y el gobierno de la Generalitat los que decidan qué pregunta se formula para que el pueblo catalán ejerza su derecho de autodeterminación.
Mas, que aspira a liderar esta nueva etapa con "una mayoría importante y rotunda" -sin aludir de momento a la mayoría absoluta-, ha tratado de desbaratar una de las "amenazas" vertidas contra la vía independentista: se ha negado a dar por hecho que Cataluña deba abandonar automáticamente la UE si se independiza de España, porque "en ninguna parte está escrito" que deba ser así.
Para tranquilizar a los mercados exteriores ante la posibilidad de constituir un Estado catalán, ha destacado que si Cataluña, sin disponer de "instrumentos de Estado", ha sido capaz de convertirse en una de las economías europeas con mayor potencial, aún podría ser más fuerte, a medio o largo plazo, si "se emancipa".