Gasteiz. Acarrea con resignación un dolor de espalda que le acompaña desde hace un par de semanas. ¿Será la proximidad de la campaña? Lo niega, rotundo, habituado a la trinchera política. El exdiputado general de Álava vuelve a la carretera. La caravana electoral le espera como primer espada de la plancha elegida para este territorio, "que es de donde soy", avisa a navegantes.
Seis meses después de la convulsa constitución del Araba Buru Batzar, ¿qué ambiente se respira entre la militancia jeltzale?
En estos procesos de elección se generan tensiones, pero una vez superado el proceso todos los alderdikides estamos volcados en la campaña electoral, que es el reto que tenemos a corto plazo.
Superadas todas las rencillas, entonces.
Siempre queda gente agraviada, pero esa voluntad de militancia hace superar esas situaciones para afrontar en las mejores condiciones posibles ese reto que tenemos.
¿La autoexclusión de la ejecutiva de los afines al anterior presidente del ABB, Iñaki Gerenabarrena, ha allanado la elaboración de la plancha electoral?
Yo no diría que es simplemente que la allanara. Este partido es absolutamente democrático y la nueva ejecutiva es fruto de una decisión mayoritaria de la Asamblea Territorial de Álava, refrendada por la Comisión de Garantías y Control y el propio Tribunal Nacional del partido.
¿Cómo hubiese valorado que Iñigo Urkullu fuera el cabeza de lista por Álava?
No me hubiera parecido ni bien ni mal, pero nosotros casi siempre hemos tenido el candidato a lehendakari como cabeza de lista del territorio al que pertenece. Supongo que me lo pregunta por lo que hemos visto en la lista socialista, donde el lehendakari en funciones encabeza la plancha por Álava. Él, que siempre ha ejercido de vizcaíno de pro. Es una decisión tomada porque no quiere que se evidencie la diferencia de votos que podría tener con el candidato Iñigo Urkullu si se presentara por Bizkaia.
¿Usted se hubiera sentido ninguneado?
Aquí no se trata de ninguneos. Aquí se trata de plantearse una realidad. Iñigo Urkullu encabeza la lista vizcaína porque es vizcaíno y yo he entrado en la lista de Álava porque soy alavés. La decisión de otros partidos probablemente obedezca a otra serie de circunstancias: una es la que ya le he apuntado y otra no sé si obedecerá a los problemas que hayan podido tener al confeccionar la lista, pero eso es un tema interno de partido en el que no quiero entrar.
¿Cómo ve que el menor número de votos que resulta necesario 'abarate' los escaños alaveses frente a los de los demás territorios?
Así es y es una forma de valorar el criterio de los alaveses. La composición del Parlamento Vasco obedece casi a un diseño confederal. Los alaveses estamos representados en igualdad de condiciones que vizcaínos y guipuzcoanos. Es cierto que un escaño en Álava puede costar la cuarta parte de lo que puede costar en Bizkaia, por lo que creo que es un reconocimiento al territorio alavés por parte del país. Eso también favorece que partidos no mayoritarios logren participación en Álava, como vimos con UPyD o, en su momento, con Unidad Alavesa.
¿Es por eso que todos los líderes intensifican su campaña en torno a Vitoria?
Nosotros estamos haciendo una precampaña con un peso absolutamente equilibrado en todos los territorios. Ahora, es verdad que Álava y, en concreto Vitoria es decisiva a la hora de conformar determinadas mayorías en el Parlamento Vasco.
Urkullu ha visitado Álava cuatro veces en apenas dos semanas. Algo no muy habitual sin que aún haya comenzado la campaña, ¿no cree?
Aquí habrá estado cuatro veces, otras cuatro en Gipuzkoa y no sé cuántas en Bizkaia. En el partido somos muy celosos de repartir bien esas presencias.
¿No hay un especial interés del PNV por volcarse en el voto alavés al considerarlo clave para inclinar la balanza?
No sé si especial interés, pero sí hay una intención de volcar todos los esfuerzos que podamos, porque no solo en éstas, sino en casi todas las elecciones este voto es decisivo.
¿Teme que las voces críticas de vizcaínos y guipuzcoanos con el reparto de la representatividad actual en la Cámara vasca ganen enteros?
Desde el inicio de esta llamada democracia, desde aquellas primeras elecciones en el año 80, se demuestra la generosidad, probablemente de todos, pero muy especialmente del PNV, que traslada en alguna medida ese modelo confederal. Si hay iniciativas revisionistas a ese respecto se plantearán en su día, pero lo que nos ocupa y preocupa ahora es la próxima campaña electoral, que va ser con 25 escaños por cada territorio histórico.
¿Se debe reducir el número total de parlamentarios en pro de la austeridad?
En épocas de crisis los políticos somos los primeros que debemos dar ejemplo y creo que lo hemos hecho. La posibilidad de reducir escaños puede estar ahí, aunque nadie que yo sepa lo ha planteado de manera formal. Tampoco sería algo impensable, pero en este momento no está en el debate. En muchas campañas electorales escuchamos más ocurrencias que propuestas. Si llega el momento, debatiremos seriamente el adelgazamiento de las instituciones.
Patxi López ha destacado el impulso que su gobierno ha dado a Álava frente al olvido al que ha estado sometida históricamente.
Es el sonsonete clásico y casi histórico tanto del PSE como del PP respecto de los gobiernos nacionalistas. Se ha demostrado con datos que eso no es así. Lo único que le preguntaría es por qué plantea esto en campaña y no se ha volcado durante los últimos tres años de gobierno en los que, como alavés y vitoriano, yo no he visto ninguna atención especial a este territorio.
Los comicios marcarán su tercera etapa en la Cámara vasca. ¿Qué diferencias encuentra con respecto a las dos anteriores y cómo afronta este paso?
Por distintas circunstancias nunca he estado una legislatura completa ni nunca he ido en puestos cabeceros. La primera vez fue para sustituir a Emilio Olabarria, que fue elegido para el Congreso de los Diputados, y la segunda para sustituir a Javier Balza, al ser elegido consejero. Ahora afronto el nuevo paso con responsabilidad, con preocupación por la situación que vivimos, pero con esperanza. Siempre tiendo a mirar la botella medio llena y si hemos sido capaces de superar otras crisis, también muy duras, nos costará, habrá que hacer sacrificios, pero entre todos la vamos a superar.
Urkullu ha puesto sobre la mesa una revisión fiscal, un capítulo en el que cada formación parece tener su propia receta para afrontar los próximos ejercicios.
El problema que hoy tenemos es que el nivel de recaudación ha descendido a niveles del año 2006 y las necesidades son bastante superiores. Lo que hay que intentar es garantizar ese equilibrio entre recaudación y gastos. Yo no conozco el programa electoral de los demás partidos, pero sí el nuestro, donde aparecen 607 propuestas y 177 compromisos, entre otros, de orden fiscal. Luego oigo voces que dicen que tenemos un programa oculto, cuando somos los únicos que lo hemos publicitado negro sobre blanco. Es necesaria una reforma fiscal con una revisión profunda del Concierto Económico, hay que buscar más equidad en el IRPF y también revisar el Impuesto de Sociedades para propiciar que el tejido industrial que tiene este país tenga mayores posibilidades. También apostamos por la revisión del sistema de inspección fiscal, con un nuevo sistema de sanciones y mayor información para evitar en alguna medida que pueda haber las fugas que a día de hoy existen.
Inmerso también en el debate fiscal, el Gabinete López ha abogado por compartir con el Gobierno Vasco una capacidad recaudadora que hasta ahora ostentan en exclusiva las diputaciones.
Una cosa es revisar parte de tu sistema fiscal y otra muy diferente que las competencias que pertenecen a las diputaciones forales pasen a manos del Gobierno Vasco.
¿Si el PNV alcanza el Gobierno Vasco habrá recortes?
Lo primero que tendrá que hacer el PNV es tener una foto real de cuál es la situación económico y financiera que se encuentra en el Gobierno Vasco. Se ha hablado mucho de esa petición que hemos hecho de realizar una auditoría cuando lleguemos, con gran escándalo por parte del candidato del PSE, y mantenemos que creemos en los funcionarios y en el Tribunal Vasco de Cuentas, pero ante la disparidad de datos que nosotros conocemos y que desde el actual Ejecutivo se están dando queremos que venga un tercero y nos diga realmente cuál es la situación. A partir de ahí, habrá que ver qué tipo de medidas hay que poner en práctica. Sabemos que va a haber que hacer sacrificios, pero lo que sí vamos a intentar salvaguardar bajo todos los conceptos son la sanidad, las políticas sociales y la educación.
¿Cuántos escaños firmaría?
Las encuestas dan una cierta opción al PNV, pero pueden ser un arma electoral. Además, todos decimos lo mismo pero yo la única encuesta que me creo es la de las nueve de la noche del 21 de octubre. En Álava los partidos mayoritarios siempre solemos estar en un pañuelo y podemos estar en el 6, 6, 6 y 6 (escaños). A lo que aspiro es a ser la primera fuerza en el territorio.
¿Considera que la mayoría aber-tzale que presagian la encuestas podría trasladar a Euskadi el impulso independentista catalán?
Unos dicen que podría venir ese impulso desde Catalunya y otros que llegó precisamente a Catalunya desde Euskadi. Nosotros somos corredores de maratón y sin renunciar a nada sabemos que lo urgente ahora mismo es luchar contra la crisis económica. Luego hay diferentes formas de relación; una puede ser la subordinación y nosotros apostamos por una relación entre iguales.
Viceconsejero, presidente del partido en Álava, parlamentario, diputado general... ¿Si tuviera que elegir uno cuál escogería?
Como alavés llevaré siempre en el corazón haber sido diputado general.