Bilbao. Si el PNV accede al Gobierno, ¿confía en poder renovar el Cupo en condiciones no gravosas y en recuperar los 500 millones ante un PP en plena ola recentralizadora?
Por lo menos a lo que nos comprometemos es a pelear para que así sea, cosa que no ha hecho López. Su gobierno no ha movido un dedo para suscitar esta cuestión. Ahora es fácil decir que se enfrenta al ogro del PP, pero hasta hace pocos meses había un Gobierno de Zapatero, y podía haberlo intentado desde la simpatía de la misma familia socialista.
López endosa al siguiente la cuestión del Cupo, pero también solucionar el conflicto sobre la paga extra de Navidad de los funcionarios.
López va a dejar una herencia apocalíptica. No deja nada cerrado, los temas importantes se los pasa al nuevo gobierno sin haber movido un dedo, con los ajustes que dijo que no iba a hacer lo que ha hecho es pasarle la pelota al próximo cuando a lo mejor este gobierno, dependiendo de los resultados electorales, puede estar en funciones hasta diciembre. Vamos a perder tres meses porque él no quiere tomar medidas impopulares, pero sobre todo porque deja una herencia económica envenenada.
¿Y obligará a recortar?
Lo primero que tenemos que hacer es ver las cuentas, y a partir de ahí lo que sí tenemos claro son los temas que no se pueden tocar.
¿De dónde se puede recortar?
López ha hecho una gestión nefasta; ha gastado más en gasto corriente, en actos de representación y autobombo; ha crecido la nómina de asesores... Se va a poder resumir la nómina de altos cargos, porque llegaron con el eslogan de que la Administración tenía gigantismo, pero lo cierto es que, por cada puesto que cesaron al llegar, han fichado a tres.
¿El PNV baraja reducir consejerías?
Eso habrá que verlo en el futuro. Iñigo Urkullu ya le está dando vueltas al diseño del nuevo gobierno, pero tampoco debemos enzarzarnos en debates nominalistas porque, si quitas un departamento y luego creas 14 asesorías como López, el ahorro es negativo. La Administración lo que tiene que hacer es responder a unas líneas estratégicas de actuación. Como este gobierno no ha tenido programa, los cargos de designación oficial han ido creciendo como setas en primavera.
El consejero Aguirre ha especulado esta semana con entrar en un escenario de ajuste, y José Luis Bilbao abogó por una reforma fiscal que el PNV también plantea ante estas elecciones. ¿Se va a pedir más esfuerzos a los ciudadanos?
No es tanto pedir esfuerzos a los ciudadanos como ser conscientes todos, empezando por los representantes, de que la situación es muy delicada, de que han bajado mucho los ingresos públicos porque ha decaído la actividad económica, y de que tenemos que hacer frente a más necesidades con menos dinero. Habrá una parte de esas necesidades que podamos sufragar gestionando mejor, de manera más eficiente y austera de lo que ha hecho este gobierno; y habrá que pensar también en encontrar una nueva forma de gobernar para que, con menos recursos, garanticemos los niveles de bienestar y solidaridad, y la economía crezca, porque así habrá mayor recaudación.
Se da por sentado que van a subir los impuestos el año que viene...
El diputado general no habló de subir ni de bajar impuestos. Habló de la lucha contra el fraude, y de un IRPF mucho más sencillo, que facilitara las relaciones con los ciudadanos y que no parezca para expertos. También hablaba de un nuevo Impuesto de Sociedades que tuviera en cuenta la situación de las pequeñas y medianas empresas, y que ayudara a las empresas a crecer para que pueda crecer la recaudación. El debate no es más impuestos o menos impuestos. Es qué política fiscal tenemos para garantizar el nivel de gasto, y para ayudar al crecimiento. No nos obsesiona como a López tener más dinero para hacer más gastos, sino cómo concebimos que las empresas vayan mejor y eso repercuta en una mayor recaudación.
La apuesta del PNV por una auditoría externa de las cuentas de López ha sido bastante criticada.
Esa propuesta responde a una propaganda desaforada diaria del Gobierno Vasco negando la realidad. Nosotros no necesitamos hacer una auditoría externa. Desgraciadamente conocemos la realidad del Gobierno. Pero como parece que entre lo que decimos nosotros y lo que dice el Gobierno hay tanta diferencia, no tenemos ningún inconveniente en que venga un tercero y nos diga quién se acerca más a la realidad. ¿Por qué tiene miedo a la auditoría el Gobierno Vasco?
Urkullu ha dicho que, si accede al Gobierno, recurrirá las medidas que vulneren el autogobierno. ¿Y si el Tribunal Constitucional obliga a aplicarlas cautelarmente?
Utilizar todos los mecanismos del autogobierno para, si las medidas son injustas pero hay que cumplirlas, subsanarlas con otras medidas que compensen los efectos negativos de la medida. Y, desde luego, defender el autogobierno con uñas y dientes en todos los foros y por todos los medios. El PP de la CAV y el PSE se olvidan de que ellos forman parte de unos partidos que gobiernan en Madrid y tienen mayorías parlamentarias para cambiar las cosas y el TC. También a ellos les compete trabajar dentro de sus casas. Y no le hemos visto mover un dedo a López para que el PSOE defienda en el Congreso el autogobierno vasco en el copago o cualquier otra vulneración.
Artur Mas apuesta por dotar de estructuras de Estado a Cataluña. ¿Es aplicable a la CAV?
Ya tenemos estructuras de Estado. Artur Mas se estaba refiriendo a una hacienda propia, y eso ya lo tenemos gracias al Concierto. Nosotros en Think Gaur y Ados acuñamos la expresión Más Estado Vasco, que Euskadi necesitaba disponer de las herramientas que cualquier Estado moderno tiene para garantizar los servicios públicos y la pervivencia de la nación vasca. Ahí es donde estamos orientando los pasos del nuevo estatus de 2015.
¿Algún día veremos también en Euskadi una marcha multitudinaria a favor de la independencia, con siete partidos y presencia socialista?
Probablemente veríamos votantes socialistas. Lo que no veríamos serían dirigentes socialistas porque, en el fondo, tanto en el PP como en el PSE se sienten mucho más españoles que vascos. Esa es la diferencia fundamental entre una parte notable de los socialistas catalanes y los vascos: que el vasquismo del PSE es puro folclore, bailar el aurresku al son del oboe quince días antes de las elecciones, y poquito más.
El PNV criticó a PP y PSE por desalojarlo a pesar de ser la lista más votada. ¿Contemplan gobernar si no son la primera fuerza?
No contemplamos la hipótesis de no ser la primera fuerza. Nos presentamos para ganar porque nos duele Euskadi. No somos como López, que tres o seis meses después de las elecciones se va a marchar a Madrid.
Parece que el PNV está pensando en gobernar en solitario, pero llegando a acuerdos puntuales en materia de crisis, paz y autogobierno. ¿Ven difícil forjar una coalición?
Es muy pronto para hablar de este tipo de cosas, porque tan siquiera conocemos los programas del resto de partidos. Los resultados electorales también mandan mucho: no es lo mismo ganar con contundencia que ganar por la mínima, que los otros partidos puedan hacer ejes contra el mayoritario... No me cabe la menor duda de que PSE y PP, si les diera la suma, van a ir a torpedear una opción de Gobierno del PNV; y de que, si Bildu puede, también va a intentar debilitar las opciones de gobierno del PNV.
Entonces, tampoco descarta un Gobierno de coalición.
Las claves de la futura Euskadi van más allá de las fórmulas de gobernabilidad. Estamos viviendo en las tres diputaciones gobiernos monocolores en minoría. Los gobiernos en solitario son posibles, aunque te exigen una capacidad de acuerdo con los otros para sacar adelante las iniciativas. También es posible cualquier otro de los ámbitos de gobernabilidad: pactos de legislatura, gobiernos de coalición... La fórmula de gobierno será la que sea, pero hay tres cuestiones en las que debiera haber un consenso a poder ser entre todas las grandes familias vascas por encima de fórmulas de gobierno: la crisis, el tránsito de la paz a la convivencia y el nuevo estatus.
Un gobierno en minoría puede ser arriesgado con la que está cayendo.
Está de moda la geometría variable. ¿Por qué no? A los gobiernos de ahora en adelante lo que se les va a pedir son ideas, determinación y valores. Con esas tres cosas, cualquier fórmula es posible, porque luego en el Parlamento hay que hablar y llegar a acuerdos. El PNV tiene la mano tendida a todos para llegar a esos grandes acuerdos, pero también en el día a día. Eso no prejuzga que tengamos que ir a fórmulas del pasado. Hay que innovar en la política vasca. El PNV apuesta por un gobierno fuerte, sólido y con ideas, y por eso pedimos el máximo apoyo posible. Ya veremos al día siguiente de las elecciones cómo lo hacemos.
¿Descarta una fórmula de gobierno PNV-PSE, reivindicada por algunos de los dirigentes del PSOE?
Ni se descarta una fórmula ni se apuesta por otra. Hay que escuchar al pueblo el 21-O, y después se verá. El Gobierno de Bizkaia es un gobierno fuerte, y estamos en solitario.
¿Es más difícil esa coalición cuando el PSE ha perdido a sus referentes vasquistas?
No solo los referentes vasquistas, sino que en los últimos años la política del PSE fundamentalmente ha sido una política anti PNV más que pro PSE. Eso no se cambia de un día para otro. El PSE necesita un giro de 180 grados, y no solo en la relación con el PNV, sino en su relación con este país.
Si López marchara a Madrid tras las elecciones, ¿sería más fácil acordar?
Que se va a ir es seguro. Tampoco vamos a echarle a él la culpa de todo. Él simboliza una apuesta política fallida, que ha traído un desastre a Euskadi y un mal resultado para el PSE, pero detrás hay un rosario de nombres que también tienen que hacer una profunda autocrítica.
Rodolfo Ares ha dejado Interior sin aclarar el 'caso Cabacas'.
Detrás del ropaje con el que se pretendió vestir al adelanto electoral había un interés de no tener que hacer cosas. Una de ellas era no tener que aclarar el caso Cabacas, no someterse al debate de política general, no hacer frente a los recortes de Rajoy...
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