Vitoria. La situación impuesta por el Gobierno central del Partido Popular (PP), con una nueva subida impositiva que amenaza con colapsar el consumo, dificultar la vida de gran parte de la ciudadanía y provocar el despido de cientos de trabajadores y el cierre de comercios y tiendas, ya ha tenido consecuencias inmediatas. Justo unas horas antes de la subida del IVA -entraba en vigor el sábado-, varias gasolineras del territorio histórico quedaron desabastecidas ante un clima cercano al de histeria colectiva propiciado por los continuos recortes sociales y por la rebaja sustancial de sueldos y calidad de vida.

Entre el escepticismo y el derrotismo generalizado, miles de conductores quisieron apurar el último día con los precios sin la subida del tributo -que pasa del 18% al 21% en el tramo general y del 8% al 10% en el reducido- y se acercaron hasta los surtidores repartidos por la provincia para repostar sus depósitos durante la jornada del pasado viernes. A última hora de la tarde, las aglomeraciones que se habían producido -tal y como ya explicó este diario- facilitaron que los expedidores de diesel normal y gasolina de varias gasolineras se quedasen vacíos. Y eso que en algunos casos se habían abastecido la misma jornada por la mañana.

El caso es que la psicosis generada por la nueva situación llevó a miles de conductores a la misma conclusión: mejor antes y más barato que después y más caro. "Desde las cinco de la tarde no me queda diesel ni gasolina. Es el día con más trajín que recuerdo", indicaba una empleada de la estación de servicio Galp en Agurain. Allí, un cartel pedía disculpas a los usuarios por no poder surtirles con gasóleo normal. La misma situación se repitió en la gasolinera Eroski de El Boulevard y en las que operan bajo la enseña de la empresa Onaindía en distintos puntos de la capital alavesa. "He tenido que llamar a mi compañera, que no le tocaba trabajar, para poder ir al baño. Hoy ha sido como nunca", explicaba un empleado.

Todo ello sucedió pese a los diferentes anuncios emitidos por petroleras como Repsol, que indicó a sus clientes que asumiría la mitad de la nueva subida de impuestos. Sin embargo, los llamamientos no lograron ocultar una realidad en la que decenas de miles de alaveses van a tener que pagar, por ejemplo, productos de papelería hasta 17 puntos más caros que hace unos días.

De hecho, las familias medias llegarán a pagar 437 euros más al año por la subida de IVA y por la decisión del Ejecutivo de Mariano Rajoy de cambiar algunos productos de grupo, como el material escolar, que pasará de tributar al 4% a hacerlo al 21%. De la misma forma, más de diez productos y servicios como el cine o las peluquerías dejarán el grupo de IVA reducido y empezarán a tributar al 21%, trece puntos más.