MADRID. Su secuestrador, un electricista de 44 años, retuvo a Natascha en un habitáculo de seis metros cuadrados bajo el sótano de su casa en ínfimas condiciones. Horas después de que su víctima lograra huir el hombre se suicidó arrojándose a las vías del tren.

Todo comenzó en marzo de 1998 cuando Natascha, con entonces 10 años, se encontraba de camino a la escuela y desapareció sin dejar rastro. Según relató una compañera de colegio y testigo de los hechos, la niña fue introducida por un desconocido en una camioneta y secuestrada.

Actualmente Kampusch comparte piso con varios jóvenes en Viena bajo la supervisión de un equipo de psicólogos.