Santa Cruz de Tenerife. Ayer, nueve días después del inicio del incendio en La Gomera, 4.123 hectáreas, alrededor del 11 % de la superficie de la isla, habían resultado afectadas por las llamas, que además han obligado al desalojo preventivo de más de 5.000 personas, una cuarta parte de la población. De la superficie afectada, unas 750 hectáreas corresponden al Parque Nacional de Garajonay, el 25 % de su extensión, y allí se ha quemado masa forestal que hacía un siglo que no ardía.
En la madrugada del domingo al lunes, casi un millar de personas fueron evacuadas en dos barcos desde Valle Gran Rey a San Sebastián de La Gomera, la capital de la isla, al quedar aislados por tierra después de que las llamas bajaran con rapidez por el barranco y quemaran a su paso treinta viviendas.
"Las condiciones meteorológicas son favorables para una propagación rápida de las llamas y son muy malas para su extinción", advirtió el jefe de servicio de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, Humberto Gutiérrez, quien descartó un control del incendio a corto plazo. Los técnicos calculaban ayer que si se mantuvieran las condiciones meteorológicas, con temperaturas de entre 30 y 38 grados y humedad en torno al 12 %, las llamas alcanzarían Vallehermoso el miércoles. No obstante, se espera que remita la ola de calor y empiece a soplar el alisio, lo que ayudaría al control de las llamas.
En el frente de Vallehermoso se concentran todos los medios aéreos, un total de siete helicópteros y cuatro hidroaviones, y se espera que un quinto que vuela desde la península se incorpore hoy. El problema en esa zona de los altos de Vallehermoso es que los medios terrestres no pueden acceder debido a la difícil orografía y a la potencia del fuego, de manera que aunque desde el aire se consigue rebajar la intensidad del fuego no hay brigadas sobre el terreno para rematar la actuación.
El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, consideró que los medios que se han dispuesto para luchar contra el fuego son los necesarios, e insistió en que lo primero es la seguridad de las personas. "El daño que se produzca en la naturaleza es recuperable, la pérdida de una vida humana no lo es", dijo Rivero. No obstante, el presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, insistió en la necesidad de que se aporten más hidroaviones y más helicópteros, "porque sólo así se conseguirá frenar el fuego".
Críticas El ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, respondió por su parte a las quejas sobre el tiempo que ha tardado el Estado en movilizar hidroaviones alegando que, en ocasiones, se pidieron a última hora de la noche. En cualquier caso, explicó que el 25% de los hidroaviones de gran capacidad se encuentran en Canarias. La buena noticia llegó ayer desde el norte de Tenerife, donde el incendio que se declaró el viernes por la noche quedó prácticamente estabilizado, lo que permitió rebajar el nivel de emergencia y que la dirección de las labores de extinción pasaran de nuevo del Gobierno de Canarias al Cabildo de la isla. El incendio de Tenerife ha afectado a 269 hectáreas y los 255 vecinos desalojados esperaban poder volver a su casas. Los primeros indicios apuntan a que fue provocado.
Precisamente, tal y como se conoció ayer, en lo que va de año los incendios han arrasado 132.299,89 hectáreas de superficie forestal, lo que supone más del triple que en el mismo periodo de 2011, cuando habían ardido 39.573,73 hectáreas, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a fecha del 5 de agosto por lo que esos datos no incluyen los incendios del Parque Nacional de Cabañeros y en Uceda (Guadalajara), en Ger (Girona), en O Barco de Valdeorras (Ourense), en Torremanzanas (Alicante) y en La Gomera y Tenerife.
Por último, las primeras hipótesis apuntan a que una llamarada originada por la explosión de varias bolsas de aire pudo ser la causa que provocó la muerte de un brigadista y de un agente medioambiental, así como otros dos heridos, también profesionales relacionados con las tareas de extinción, durante los trabajos que realizaban para tratar de controlar el fuego declarado este domingo en Torremanzanas.