Bilbao. La Ponencia para la Paz y la Convivencia del Parlamento Vasco acordó ayer un texto común suscrito por todos sus integrantes -PNV, PSE, PP, Ezker-Anitza y los tres parlamentarios expulsados de Aralar- para sentar las bases de la convivencia en Euskadi ante el escenario de ausencia de violencia. Desde su constitución el pasado 23 de abril, uno de los principales objetivos del grupo de trabajo era diseñar una hoja de ruta que sirviera de base para consensuar los principios que regirían las actuaciones en materia de pacificación. Este objetivo, el más teórico de la ponencia, se ha cumplido con la elaboración de un documento que recoge siete principios encaminados a lograr una paz con memoria. En primer lugar, se acuerda reconocer la responsabilidad de cada cual en el pasado y las consecuencias relativas a las vulneraciones de los derechos humanos. También se establece que se evitará una verdad a medias, reprimida o amnésica; que se articulará una memoria colectiva no neutral y activa contra la quiebra de los derechos humanos; y que todas las rupturas de dichos derechos se dieron porque grupos de personas antepusieron otros objetivos a la dignidad humana. Del mismo modo, se remarca que se procurará que la memoria sea un medio para aliviar el sufrimiento injusto de las víctimas y que se trabajara desde la reconstrucción de lo sucedido para cerrar las puertas de un pasado doloroso. El documento recoge un último compromiso: se considerará que la memoria constituye una herramienta esencial para la deslegitimación ética, política y social del terrorismo.

El texto elude hablar de víctimas del terrorismo o de víctimas de ETA y se limita a hablar de víctimas o, en su caso, vulneración de derechos humanos. Este último compromiso es la única excepción, ya que se habla de deslegitimar ética, política y socialmente el terrorismo. Según explicaron ayer fuentes parlamentarias, los representantes de los partidos en este foro -Joseba Egibar (PNV), José Antonio Pastor (PSE), Antón Damborenea (PP), Aintzane Ezenarro (Aralar) y Mikel Arana (Ezker Anitza-IU)- aceptaron introducir esta mención por empuje del PP, que exigió una mención expresa a las víctimas del terrorismo a cambio de mostrarse favorable a buscar la memoria de los casos donde se produzca cualquier conculcación de los derechos humanos.

Tres compromisos más Además de estos siete principios, los representantes políticos en el grupo de trabajo del Parlamento adoptaron tres compromisos para la "garantía de no repetición" de lo sucedido en Euskadi. En primer lugar, que la vida será siempre superior y anterior a cualquier causa o idea política. Como segundo axioma, el compromiso democrático con la pluralidad de la sociedad vasca. Por último, los firmantes del texto redoblan su apuesta por el valor de la palabra y recalcan que ni la violencia ni la imposición sirven para resolver las diferencias.

Hasta aquí llegaría el trabajo de base de los partidos que conforman la ponencia, del que solamente se han desmarcado EA, Aralar y UPyD, aunque por motivos opuestos. Los dos primeros entendían que la ausencia de la izquierda abertzale vaciaba el contenido del grupo de trabajo, mientras que UPyD se autoexcluyó de la ponencia al entender que el verdadero objetivo era asumir la agenda de la antigua Batasuna. El resto de partidos con representación parlamentaria -que sí han tomado parte-, se han reunido al menos una vez por semana de manera pública o privada desde hace cuatro meses. Tras sentar ayer estas bases, el recorrido de la ponencia se centrará ahora en tres ámbitos: la memoria, la política penitenciaria y la convivencia.

En el área de la memoria las posiciones de los partidos están bastante avanzadas y todos coinciden, en mayor o menor grado, que el Instituto Vasco de la Memoria jugará un papel determinante. En materia de política penitenciaria todavía no se han producido grandes avances mientras que las dinámicas de conciliación comenzarán a abordarse en el mes de septiembre. Paralelamente al texto consensuado, Lokarri hizo público también ayer las conclusiones del informe de primavera del Observatorio Social del Proceso de Paz, un trabajo que revela que casi siete de cada diez vascos (68%) opina que existen hoy más oportunidades de alcanzar la paz que hace un año. Según recoge el estudio, que se ha desarrollado en base a las respuestas de 838 personas, "si en invierno de 2012 el 81 por ciento de las personas participantes creía que había más oportunidades que un año antes para conseguir la paz, en primavera ha descendido hasta el 68 por ciento".