MADRID. Fuentes del órgano de gobierno de los jueces han señalado a Europa Press que existe una fuerte de voluntad de llegar a un acuerdo y superar así las dificultades existentes entre los diferentes grupos en los que esta institución parece haberse fracturado tras la salida de Carlos Dívar por el escándalo de los viajes de fin de semana.

Añaden que es necesario que el Consejo de imagen de "firmeza" y "seriedad" después de que el Ministro de Justicia, Alberto-Ruiz Gallardón haya presentado una reforma para la institución que no gusta a nadie, que pasaría por dejar únicamente al Presidente en dedicación exclusiva y en redefinir las competencias, y que no descartan que antes o después acabe recurrida ante el Tribunal Constitucional.

De hecho, fuentes del Consejo han recordado este martes la fueron los vocales salientes del CGPJ de 1985 los que recurrieron ante el tribunal de garantías la reforma inicialmente planteada por el ministro Fernando Ledesma que tuvo como consecuencia el actual modo de designación parlamentaria de los vocales de este órgano.

No se descarta tampoco que las asociaciones de jueces se movilicen contra los planes de Justicia y sean éstas a las que acudan al Constitucional.

El actual presidente en funciones, Fernando de Rosa, convocó el Pleno de mañana después de que los vocales Félix Azón, Inmaculada Montalbán y Margarita Robles presentaran la urgente convocatoria del cónclave.

Los tres vocales, designados a propuesta del PSOE, forman parte del grupo que instó la dimisión del anterior presidente, Carlos Dívar, tras conocerse que habría cargado al presupuesto de la institución parte del coste de 32 viajes en fines de semana largos, de hasta 4 días, una veintena de ellos a Marbella (Málaga).

Se trata de resolver la actual bicefalia en la cúpula del Poder Judicial, ya que el Consejo está presidido en funciones por él, al ser el vicepresidente, mientras que en alto tribunal está siendo representado por el presidente de Sala de más edad, que es Juan Antonio Xiol Ríos.

En su escrito, los tres vocales del denominado "sector progresista" del Consejo exigían la inmediata celebración de un Pleno señala que "son numerosos los magistrados y magistradas del Tribunal Supremo que reúnen la idoneidad, el mérito y la capacidad necesaria para ostentar tan alta representación, por lo que resulta incomprensible el retraso en la convocatoria de Pleno extraordinario para la elección de presidente".

QUINIELAS

No obstante, y pese las intenciones compartidas por todos, cuando se ponen nombres sobre la mesa las cosas no parecen tan fáciles. Uno de los que más suenan es el del magistrado de lo Penal y ex fiscal general del Estado Carlos Granados, que goza de gran prestigio por haber "pacificado" el Ministerio Público tras el paso por la Fiscalía General de Eligio Hernández. Además, Granados está a punto de jubilarse, y la presidencia del alto tribunal sería un buen broche para su carrera.

No obstante, otro sector del Consejo no vería con buenos ojos a Granados, dada su adscripción a la asociación de magistrados Francisco de Vitoria y preferiría dar con otro nombre del Tribunal Supremo, como podría ser el magistrado emérito José Ramón Ferrándiz, de la Asociación Profesional de la Magistratura (AMP).

Una tercera vía, que será propuesta mañana en el Pleno por otro sector del Consejo, pasaría por desmarcarse de la idea de encontrar un magistrado del Supremo que concite el consenso de todos y buscar un jurista de reconocido prestigio al que sea muy difícil decir que no. En este perfil encajarían personalidades como Landelino Lavilla, según las fuentes consultadas.

Encontrar a la persona adecuada no parece fácil si se tiene en cuenta el tiempo que ha costado recientemente alcanzar el acuerdo necesario para cubrir vacantes como las de la Sala de lo Penal o la Sala de lo Militar, que ha superado los dos años.

Además del propio Xiol, de tendencia progresista moderada y con aspiraciones a ocupar plaza en el Tribunal Constitucional en el turno que corresponde renovar al propio CGPJ , suenan nombres como el del presidente de lo Contencioso-Administrativo, José Manuel Sieira, o el del propio De Rosa.

No obstante, no son pocos los que descartan a este último por no tener categoría de magistrado del Tribunal Supremo. Otros apuntan la posibilidad de que, durante el año y medio que queda de mandato, el CGPJ pueda ser presidido por algún magistrado del Supremo emérito o próximo a la jubilación que disponga de la confianza de una mayoría de este órgano y del Consejo. En esta quiniela suenan los nombres de los magistrados Jesús Corbal o Roberto Henríquez.

VOTACION

El candidato para presidir ambas instituciones debe lograr al menos 12 votos en el Pleno de mañana y todos parecen coincidir en que, de encontrarse candidato, éste debe ser de consenso y lograr una mayoría mucho más amplia. No nombrar a nadie mañana supondría frustrar la expectativa creada y ahondar en la imagen de desprestigio de la institución.

El Pleno que tardó menos en nombrar presidente fue el que el en 2001 desginó a Francisco Hernando, actualmente magistrado del Tribunal Constitucional, y que tardó apenas unos minutos en formalizar la designación. El Pleno coincidió con el asesinato del magistrado de la Audiencia Provincial de Vizcaya José María Lidón en Getxo (Vizcaya).

Si se llega a un acuerdo y se encuentra presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, su designación será firmada por el ministro de Justicia y sancionada por el Rey antes de ser publicada en el BOE. Una vez se produzca esta formalidad el presidente acudirá a Zarzuela y posteriormente tomará posesión ante el Pleno del Tribunal Supremo.