TRÍPOLI. Solo los libios verdaderamente ancianos podrían recordar una jornada similar. Hace 60 años votaban en unas elecciones nacionales. Ayer, casi tres millones de votantes registrados hicieron largas colas, algunos lloraron mientras aguardaban a votar para elegir una asamblea de 200 diputados que tendrá la misión de nombrar un nuevo Gobierno y preparar elecciones legislativas en 2013, después de que sea redactada una nueva Constitución de Libia. No han faltado, pese a que el 94% de los colegios electorales han podido abrir sus puertas, altercados en algunas ciudades del país, descontenta con la atribución de escaños que le corresponde en la asamblea. El más grave ocurrió en Ajdabiya, donde un hombre que intentaba robar una urna murió tiroteado. Varios locales electorales tuvieron que ser cerrados en el este del país debido a que sufrieron ataques de federalistas y de simpatizantes del antiguo régimen de Muamar al Gadafi, según confirmó el presidente de la Comisión Electoral, Nuri al Abbar, en la capital, Trípoli. Los hechos se registraron en Brega, Adyabiya y en algunos barrios de Bengasi. Sin embargo, Al Abbar subrayó que en el 94 % de los distritos los comicios se realizaron sin problemas. Algunos colegios electorales permanecieron cerrados por problemas logísticos, ya que durante la pasada noche se seguían enviado papeletas impresas a Libia, según fuentes del aeropuerto de El Cairo, donde hizo escala un avión libio.

entusiasmo pese a todo Pese a todo, las primeras elecciones legislativas nacionales democráticas en más de 40 años se celebraron acompañadas del entusiasmo de la población. Frente a los colegios electorales de Trípoli se formaron desde primera hora largas colas. Las mujeres celebraban con gritos y repartían golosinas y chocolates, mientras los conductores tocaban las bocinas de los coches y la gente se saludaba por las calles. Haciéndose eco del lema revolucionario ¡Levanta tu cabeza, eres un libio libre!, muchos votantes se fotografiaban a la salida de los locales de votación con su dedo manchado de tinta y gritaban: ¡Levanta tu dedo, eres un libio libre!"

El portal de noticias Qurayna informó que en Gaminis, 45 kilómetros al oeste de Bengasi, fueron destruidos tres locales electorales. El viernes opositores a las elecciones habían derribado asimismo un helicóptero que llevaba material electoral en Bengasi.

gobierno de transición Unos 2,7 millones de libios estaban convocados para elegir un parlamento de 200 diputados, de los que 120 mandatos serán otorgados de forma directa y 80 irán a los candidatos de las alianzas políticas. Hay unos 2.500 candidatos a las bancas que se reparten por voto directo y 1.202 en las listas de las agrupaciones. El Congreso Nacional sustituirá al Consejo de Transición que se formó durante la revolución el año pasado. Los diputados nombrarán un gobierno de transición y prepararán las elecciones para una Asamblea Constituyente.

El jefe de gobierno de transición, Abdel Rahim al Kib, declaró a la prensa al emitir su voto: "El mundo entero se sorprendió del éxito de la revolución libia, y del mismo modo se sorprenderá del éxito de estas elecciones". Al ser interrogado sobre las protestas, añadió que "cada uno tiene derecho a tener su opinión". Los federalistas afirman que la zona este del país es discriminada y exigen una amplia autonomía. También han llamado al boicot de los comicios grupos del este que se quejan de un desigual reparto de los mandatos en el Parlamento. La región occidental, incluida Trípoli, tendrá 106 escaños, mientras que la este, donde está Bengasi, la segunda ciudad del país, contará con 60. El resto serán para la zona sur de Libia, escasamente poblada.

En un país en el que se han desmantelado desde los cimientos las estructuras del Estado, y donde las milicias son dueñas del terreno en varias ciudades e imponen a veces violentamente su autoridad a la del Gobierno central, se producen cambios tan repentinos como fundamentales. Pocas horas antes de que se abrieran las urnas, el Consejo Nacional de Transición (CNT), el organismo que ha dirigido Libia el último año y medio, despojó a la asamblea que ahora se elige de la competencia para redactar la carta magna.

Los resultados de estas elecciones se conocerán el lunes, pero pocas dudas caben de que, como en los comicios en Egipto y Túnez, los partidos y políticos con señas de identidad islamistas se harán con gran parte de los escaños. El partido creado por los Hermanos Musulmanes, Al Watan -dirigido por Abdelhakim Belhaj, uno de los comandantes más importantes de la revuelta- y un tercer grupo de corte salafista disputarán los escaños al partido que dirige el ex primer ministro Mahmud Yibril, de corte liberal. Sin embargo, los pronósticos se tornan muy complicados porque de los 200 parlamentarios, 120 se eligen entre candidatos independientes, que responden a volubles lealtades tribales, regionales o locales.