Bilbao. El presidente del EBB Iñigo Urkullu vistió ayer por primera vez el traje de candidato a lehendakari. Tras haber apelado a la prudencia y haber guardado silencio para respetar al máximo los procesos internos de su partido, su proclamación oficial como aspirante a Ajuria Enea ha liberado a un jeltzale que ofreció su primer discurso en calidad de candidato ayer mismo y ante un abarrotado Teatro Campos. El burukide dedicó su intervención a reivindicar el modelo de gestión "que ha funcionado durante treinta años"; y cargó con dureza contra el "trienio negro" del Gobierno de López, sustentado en un pacto PSE-PP cuyo "fracaso" habría quedado en evidencia. "El pacto del Partido Socialista y el Partido Popular ha fracasado. La estrategia que compusieron juntos en España para Euskadi ha fracasado. España ha fracasado en Euskadi", sentenció.
El partido ha puesto fin a un proceso interno que comenzó a finales de abril, cuando abrió un periodo de consultas con las bases para que los afiliados, a título personal, hicieran llegar sus apuestas al Euzkadi Buru Batzar. La comisión conformada en el seno del EBB al objeto de designar a un aspirante tomó en consideración la opinión de los militantes y, en consonancia, abogó por Iñigo Urkullu por unanimidad. La decisión fue ratificada por toda la Ejecutiva del PNV, y por el 99% de los batzokis. Urkullu volvió a recibir un nutrido respaldo en la última parada del proceso: la Asamblea Nacional reunida ayer en el teatro bilbaíno lo designó candidato por unanimidad.
El jeltzale franqueó las puertas del recinto acompañado por los miembros de su Ejecutiva y entre los sonoros aplausos de la audiencia, que ya había colmado el teatro treinta minutos antes de la hora prevista para el arranque del acto. La formación no quiso hacer esperar a los militantes y dio comienzo a la comparecencia con cinco minutos de antelación. Urkullu pronunció un discurso de candidato, marcadamente institucional y de cariz económico, en el que deslizó algunos de los valores que guiarían a un eventual Ejecutivo jeltzale tras las próximas elecciones. "Quien quiera medrar, enriquecerse, tener notoriedad o ventaja personal a costa del interés público, sobra en nuestro proyecto", avisó.
Por primera vez desde que arrancara el proceso, Urkullu dejó ver cómo ha asistido, a nivel personal, a su proclamación como candidato. "Mi decisión de aceptación final ha sido una decisión meditada, valorada. Difícil. Muy difícil, por razones obvias, como también propias. Ha sido una decisión compartida. Con mi familia, con mi entorno vital. Con el entorno de compañeros y compañeras que han acompañado mi militancia", confesó, para comprometerse después a "decir la verdad a la ciudadanía" y a poner fin a la "opacidad" si es investido.
El burukide puso en valor el legado de los anteriores lehendakaris del PNV -citó a Aguirre, Leizaola, Garaikoetxea, Ardanza e Ibarretxe, a quienes consideró un modelo a seguir-, y llamó a "recobrar la fe en un proyecto que ha funcionado durante treinta años". El jeltzale incidió en el perfil gestor del PNV, y atribuyó el nivel de bienestar que diferencia a la CAV del resto de los territorios a los años de "trabajo, rigor, siembra y previsión" de su formación.
Los partidos vascos son conscientes de que buena parte de la pelea electoral se librará en el ring de la crisis económica, y es en ese punto donde la formación de Sabin Etxea recurre a sus treinta años al frente del Gobierno vasco, y a la experiencia en la "construcción día a día" que habría acreditado en los distintos niveles institucionales de la CAV. Una gestión que Urkullu volvió a reivindicar ayer frente al modelo de endeudamiento que habría instaurado el pacto constitucionalista, pero sin descuidar la segunda pata del ideario jeltzale, que pasa por la defensa del autogobierno. Se mostró contundente al recordar que el nuevo tiempo de paz posibilita que todos los proyectos puedan materializarse, incluida la apuesta por convertir a Euskadi en una nación europea. "Hemos sido capaces de conseguir que avance el autogobierno desde la oposición. Seremos capaces de abrir un nuevo horizonte cuando la sociedad vasca nos ponga al frente de la principal institución de este país", proclamó Urkullu.
"Los valores de Euskadi" El candidato mostró su preocupación por el legado del PSE y, tras aludir al endeudamiento y al paro, dio por fracasada la entente de socialistas y populares. Frente a esa estrategia, "compuesta en España", el PNV apeló a los "valores" de Euskadi y a la necesidad de recuperar un modelo socioeconómico propio para los vascos. En este sentido, apeló al valor de la educación, a la solidaridad -"una sociedad en la que, quien tenga dificultades, encuentre el apoyo de las instituciones para no perder su dignidad"-, y al trabajo de los emprendedores -apostó por generar empleo y por abrir nuevas rutas a las exportaciones-.
Para el jeltzale, no es momento de hacer campaña, sino de trabajar. "Este país no necesita campañas publicitarias millonarias que fomenten el autobombo. Este país nos pide cambio", zanjó. Además, abogó por sumar esfuerzos para capear la crisis, y pidió "un gran acuerdo de estabilidad en el empleo". Urkullu defendió ese mismo espíritu de acuerdo para actualizar el autogobierno a través de un nuevo acuerdo constituyente, y también para instaurar una paz "duradera y justa".