PARÍS. "Aplicamos subidas fiscales justas", aseguró el ministro de Finanzas, Pierre Moscovici, en declaraciones a la prensa a la salida del Consejo de Ministros que adoptó un proyecto de ley que modificará el presupuesto de este ejercicio.
Moscovici consideró que "es normal que se exija más a los más ricos", y advirtió de que si no se hubiera corregido el presupuesto "espontáneamente" el déficit al final del año hubiera sido del 5 % del PIB.
El dispositivo más importante en términos de recaudación es la supresión de exenciones en el impuesto sobre la fortuna (ISF), con el que se esperan 2.300 millones de euros.
Como otras medidas, significa dar marcha atrás a reformas impositivas llevadas a cabo durante el mandato del anterior presidente francés, el conservador Nicolas Sarkozy.
Entre las más significativas de esas reformas está la anulación de la subida del IVA, que debía haber entrado en vigor en septiembre para compensar una reducción de las cotizaciones que pagan las empresas y los trabajadores, con la que Sarkozy pretendía incrementar la competitividad de las compañías francesas.
De las empresas, precisamente, tendrá que salir el 47 % del dinero que el Ejecutivo quiere conseguir con los incrementos de impuestos, en primer lugar (1.000 millones de euros) con el fin de las exenciones en las cotizaciones al pagar las horas extraordinarias, salvo en las de menos de 20 asalariados.
Se crea una tasa del 3 % sobre los dividendos que pretende penalizar a los grupos que reparten beneficios entre sus accionistas en lugar de dedicarlos a invertir, lo que reportará unos 300 millones de euros en 2012 y entre 800 y 1.000 millones anuales a partir de 2013.
El tipo de la contribución social que habrá que pagar por las opciones sobre acciones ("stock options") y sobre las acciones gratuitas pasará del 22 % al 40 %.
Igualmente se incrementa, del 0,1 % al 0,2 % la tasa sobre las transacciones financieras y del 0,25 % al 0,5 % la relativa a las entidades financieras "sistémicas".
Otro impuesto, éste de carácter excepcional, gravará las reservas petroleras con un 4 % (550 millones en 2012) y afectará a los grandes grupos del sector, pero también a la distribución, que venden buena parte del combustible a los particulares.
En la línea de hacer pagar a los más privilegiados, el umbral de las exenciones fiscales en las donaciones y en las sucesiones pasará de 159.325 a 100.000 euros.
El Ejecutivo ha previsto la congelación de 1.500 millones de euros de gasto público para poder cumplir los objetivos de déficit, pero no ha querido precisar hasta ahora recortes precisos, y en particular no ha querido dar cifras sobre reducción en empleos en las administraciones.
El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, había revisado ayer las previsiones de crecimiento tanto para este año (0,3 % en lugar del 0,7 % estimado anteriormente) y para 2013 (1,2 % en lugar del 1,7 %).
Con ese nuevo escenario, la deuda pública superará este año el umbral simbólico del 90 % hasta el 90,6 % a fines de diciembre frente al 89,7 % doce meses antes.
Si se cumplen las metas de déficit público (3 % del PIB en 2013, 2,25 % en 2014, 1,5 % en 2015, 0,75 % en 2016 y 0 % en 2017), la deuda pública tendría que disminuir al 82,4 % en 2017, al término del mandato de Hollande.