El pasado mes de octubre, los ciudadanos vascos oyeron hablar por primera vez del fracking con motivo de la visita del lehendakari López a Dallas, donde están ubicadas las empresas que van a invertir en el proyecto de exploración del gas esquisto en el territorio. Sin embargo, los contactos para desarrollar esta técnica de extracción de hidrocarburos en Álava comenzaron mucho antes, en 2006. Desde entonces, las reuniones entre la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi, Shesa; Heyco y Cambria fueron frecuentes, y en ellas se negociaron todos los aspectos relacionados con el proyecto, incluida la visita de los representantes políticos a Texas. DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA ha tenido acceso a las actas confidenciales de las deliberaciones en las que el proyecto fue tomando forma.
tramitación de los permisos
Los americanos tienen prisa
Heyco y Cambria quieren "acelerar los trabajos todo lo posible" para poner en marcha cuanto antes la fase de exploración en Subijana de Álava, y de hecho es lo primero que plantean en su primera toma de contacto telefónica, en noviembre de 2006. Desde un principio se decide empezar a trabajar en los informes medioambientales -este extremo ya lo aclaró Shesa en sede parlamentaria- para adelantar el periodo de autorización administrativa. En todo caso, a los americanos les preocupa lo farragoso del procedimiento administrativo español. "George Yates -presidente de Heyco- expresa su inquietud sobre las partes del programa que están fuera de nuestro control y su alcance", rezan las actas, en las que se refleja que Shesa apuesta por contactar con las autoridades para tratar de acelerar el procedimiento, y se considera que "sería de una gran ayuda invitar a las autoridades públicas a un viaje sobre el terreno a las plataformas de gas no convencional de Estados Unidos". A estas alturas -enero de 2008- los socios ya han consensuado cuatro posibles localizaciones para los pozos exploratorios.
En este mismo encuentro se constata que no se podrá perforar el subsuelo alavés antes de la mitad de 2009, en un escenario optimista, o en 2010, bajo un prisma más realista. Estas previsiones revelan que el proyecto del fracking ha sufrido importantes retrasos para disgusto de los socios estadounidenses, preocupados además por la posibilidad de que sea necesario elaborar declaraciones de impacto ambiental de los proyectos, "lo que significaría un retraso de dos años". Desde el Gobierno se les explica que "el número de áreas protegidas en España ha proliferado a lo largo de los años", y se recuerda que "Repsol ha estado esperando cuatro años para poder perforar en las Islas Canarias, y en el Mediterráneo no obtuvieron permiso para perforar hasta el último minuto". Heyco y Cambria insisten, preguntan si sería posible reducir el periodo entre la petición de la concesión y la aprobación, y Shesa replica con el mismo argumento; su capacidad para influir en el ritmo de los trámites administrativos es nula. Entonces, George Yates plantea la posibilidad de perforar pozos de producción como si fueran de exploración, mientras se espera a que se apruebe la concesión, una apuesta "arriesgada", responde Shesa, ante la posibilidad de que la concesión sea denegada. Sin embargo, en las Juntas Generales alavesas, esta misma primavera, los responsables de la sociedad dependiente del EVE aseguraron que la legislación permite vender el gas que se extraiga en la fase de exploración y que así se hará, pues la única alternativa a meterlo en la tubería es quemarlo. "Probablemente los costes de la perforación y la estimulación se pueden recuperar vendiendo el gas producido, si se consigue una autorización administrativa", explicaron los responsables del Ejecutivo a los inversores americanos en enero de 2007.
Por otro lado, Yates apuntaba ya un año antes a la necesidad de tramitar los permisos por separado, uno de los aspectos más polémicos del plan, por cuanto los opositores al fracking y los técnicos medioambientales de las instituciones alavesas consideran que se debe evaluar el impacto de los pozos en su conjunto.
montes de vitoria y acuífero
Seguridad contra productividad
"George Yates pregunta si hay algún elemento medioambiental del que debiera preocuparse, como humedales, pájaros o acuíferos", recogen las actas correspondientes a enero de 2007. Según Shesa, "el único elemento significativo es la futura regulación para proteger los Montes de Vitoria y, otro asunto, pero menos importante, es la presencia de un acuífero en la zona, las Calizas de Subijana". Los responsables del Gobierno Vasco creen que alguno de los pozos perforará este almacén subterráneo de agua, y que en ese caso se planificaría un programa de protección del sondeo mediante el uso de cemento. Eso sí, cementar "conduce a una clara pérdida de productividad", y por ello se plantea la posibilidad de cementar un pozo exploratorio y completar otro sólo con una carcasa protectora "para testar las diferencias". De forma paralela, se planifica una toma de contacto con el Ayuntamiento de Vitoria para "alcanzar un acuerdo" que permita la exploración en la zona de Subijana.
En enero de 2008 se debate sobre el tipo de carcasas que se pueden utilizar para blindar los sondeos. Se apuesta por un diseño simple para aquellas zonas donde no hay que pinchar el acuífero, uno más reforzado para las áreas donde se atraviesa el acuífero y "una fina capa cretácica superior encima del objetivo", y otro modelo para los lugares donde se cruza el acuífero y una capa cretácica más gruesa.
En abril de 2009 John Underwood, director de Exploraciones de Heyco, ya tiene un plan de desarrollo del proyecto de explotación. Prevé instalar 33 plataformas de extracción, con un pozo cada 40 acres (0,16 kilómetros cuadrados). En esta reunión, Rene Kuijper (Heyco) pregunta "si se puede esperar algún hundimiento bajo la ciudad que pudiéramos producir a través de los pozos desviados" al subsuelo de Vitoria. Todos los socios acuerdan apelar a "una cultura de la seguridad" que evite episodios como ése. "Con suerte", dicen, "el grupo estaría en condiciones de declarar la viabilidad financiera después de solo dos test y podría empezar con el proyecto de ingeniería para el desarrollo del yacimiento".
atando el respaldo político
El viaje a Texas
Fue George Yates el primero que, en abril de 2007, sugiere Dallas como "el mejor sitio para mostrar a las personas involucradas en las administraciones vasca y española el ámbito y el potencial de un proyecto como el que estamos tratando de desarrollar en el área Enara".
Un año más tarde la idea está más desarrollada. Se planifica un primer viaje con representantes de los departamentos vascos de Industria y Economía, una segunda tanda con representantes del Gobierno central y un último viaje con autoridades medioambientales. "Todo el mundo coincide -rezan las actas- en que el apoyo de las autoridades locales de Industria y Medio Ambiente al proyecto es crucial para su éxito. El mensaje que hay que transmitir -sigue la transcripción- es el gran potencial de este tipo de recurso gasístico, que ha permanecido sin explotar hasta hace muy poco, debido a la ausencia de una tecnología certera de perforación y estimulación". Sin embargo, hay un "un problema" que solventar. "Tanto la autoridad local como la central deben cambiar ese año pues hay elecciones generales en España y la posibilidad de regionales", señalan los socios.
Ya en 2009, tras los comicios autonómicos, Shesa tranquiliza a los inversores americanos. "El personal técnico visitado -ya se habían iniciado contactos con la administración- no cambiará, sólo los jefes de las agencias, que requerirán una segunda visita". La Sociedad de Hidrocarburos había realizado una selección de 9 los 23 agentes implicados en el proyecto -instituciones, grupos ecologistas, etcétera- a quienes se giraron visitas personales. Se programa una segunda ronda de contactos "una vez que el nuevo Gobierno tome posesión" y se constata que "probablemente la reunión más difícil" será la prevista con "el Departamento de Biodiversidad", según reflejan literalmente las actas. John Underwood pregunta si es posible negociar la Declaración de Impacto Ambiental con los políticos y expresa su preocupación por el crecimiento urbano de Vitoria, que puede comprometer el proyecto de exploración. Shesa asegura que puede obtener los planes urbanísticos del Consistorio para adelantarse a la situación y minimizar el impacto.