Madrid. El carné por puntos, que entró en vigor el 1 de julio de 2006, ha contribuido en estos seis años de andadura a reducir a la mitad el número de víctimas mortales en la carretera, pero sobre todo, ha cambiado los hábitos al volante de los cerca de 26 millones de conductores españoles. Hace ahora seis años, fueron muchos los que mostraron sus dudas sobre el efecto positivo que tendría su aplicación, pero ahora, las estadísticas son tercas.
A falta de la publicación del anuario estadístico de Tráfico correspondiente a 2011, el año pasado perdieron la vida 1.338 personas en accidentes en vía interurbana frente a las 2.601 víctimas mortales de 2006, siempre según el Indicador rápido de accidentalidad elaborado por la DGT, que no incluye las víctimas en ciudad ni las fallecidas tras 24 horas.
En cifras redondas, la siniestralidad se ha recortado en un 50% desde que se puso en marcha el permiso, aunque en este tiempo también se han implantado otras medidas de calado como la reforma del Código Penal que castiga con penas de cárcel las conductas temerarias al volante.
Debate Informes científicos, como el publicado en 2009 por el Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA), apuntaban ya a que el carné por puntos estaba salvando dos vidas cada día, unos 50 muertos menos al mes. El sexto aniversario del carné por puntos se produce en pleno debate sobre los límites de velocidad que el Gobierno ha acordado reducir en las carreteras convencionales y estudia incrementar en determinados tramos de autopistas y autovías. Un exceso de velocidad que es, precisamente, el principal motivo por el que los españoles pierden puntos.
En estos seis años, cinco millones de conductores de los veintiséis que hay en España han cometido alguna infracción que acarrea la pérdida de algún punto, y casi la mitad de ellos ha sido por correr demasiado.
De los casi siete millones de sanciones impuestas y los más de 21 millones de puntos retirados desde 2006, la principal infracción sigue siendo la velocidad excesiva (42% del total), seguida del cinturón de seguridad (un 13%), y el uso del teléfono móvil y el consumo de alcohol, ambos con un 9%.
Más de 1,3 millones de conductores han cometido dos o más infracciones, a 57.823 les queda la mitad del saldo; a 91.000 cuatro puntos; 28.700 conductores tienen tres, a 47.000 les quedan dos y 15.000 sólo conservan uno. Además, casi 2.400 conductores han perdido la vigencia del permiso en más de una ocasión.
Por el contrario, seis de cada diez conductores, 16 millones no han perdido ningún punto y el próximo 1 de julio sumarán uno más a su saldo.
Controvertido La implantación en España del permiso por puntos, siguiendo el modelo de países como Francia, donde había cosechado un enorme éxito, no ha estado exenta de debates encendidos. Por su parte, las víctimas de accidentes creen que el permiso, unido a la reforma del Código Penal, ha sido uno de los "elementos esenciales" para la reducción de la siniestralidad. "Ha sido una medida que ha dado unos resultados positivos", afirma el presidente de la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes de Tráfico, Francisco Canes, que alerta de que aumentar ahora los límites de velocidad en las autovías puede tener un impacto negativo.
No hace un balance positivo el presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), Mario Arnaldo, que considera que el carné por puntos es "un fracaso" y sigue adoleciendo de "muchas lagunas y anomalías" sin corregir. Considera que el sistema ni se aplica con igualdad ni tiene en cuenta seis años después que delitos graves como conducir bajo los efectos del alcohol conlleve pérdida de puntos.
La directora general de Tráfico, María Seguí, hace un balance positivo, aunque reconoce que existen "áreas de mejora". Propone que el examen teórico se realice con ordenador en todas las jefaturas de Tráfico para evitar la repetición de los test, y apunta la posibilidad de que los conductores que ya hayan sido sancionados no tengan que "esperar a perder más puntos" para acogerse a programas de formación.