París. Los partidos políticos franceses comenzaron ayer a tomar posiciones para la segunda vuelta de las elecciones legislativas, después de que se consolidara el giro a la izquierda en Francia en la primera ronda del domingo. Según los resultados definitivos, el Partido Socialista y el resto de las formaciones de izquierda se impusieron con el 46,77 % de los votos, frente al 34,07% de la derecha. Por su parte, el Frente Nacional se situó en tercera posición, con el 13,6% de los sufragios. Los socialistas franceses celebran su victoria y esperan lograr en la segunda vuelta la mayoría suficiente para aplicar sus reformas.
Mientras, la derecha y la extrema derecha ultiman su estrategia para retomar posiciones al tiempo que alertan del peligro de poner "todos los huevos" en el cesto de la izquierda.
De esa imagen se sirvió el secretario general de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean-François Copé, para advertir a los ciudadanos de que "la gravedad de la situación actual" no hace recomendable la hegemonía del Partido Socialista en la Asamblea Nacional.
"Nos dirigimos a los franceses para decirles: atención, no pongamos todos los huevos en el mismo cesto", indicó en conferencia de prensa tras una reunión de las instancias directivas de su partido. Copé, que dijo que su agrupación tiene la vocación de actuar con ánimo "constructivo", aseguró además haber escuchado el mensaje del 13,7% de la gente que votó al ultraderechista Frente Nacional (FN), pero advirtió de que respaldarle en la segunda vuelta supondría beneficiar a la izquierda.
"En caso de duelo entre el FN y un candidato de izquierda, nuestra postura es perfectamente clara: no es cuestión de votar al FN, pero tampoco a un candidato socialista que ha optado por aliarse con la extrema izquierda", dijo el representante de la UMP, en lo que se conoce como actitud "ni-ni". Por su parte, Martine Aubry, primera secretaria del PS, llamó a los suyos a apoyar a la derecha moderada en sus duelos a dos con el partido ultraderechista.
Problemas para Royal El PS, que obtuvo el 34,4% de los votos, se enfrenta a la polémica causada por los problemas de la excandidata presidencial Ségolène Royal para conseguir un escaño en la Asamblea Nacional. La candidata por la circunscripción de Charente-Maritime, (oeste) se enfrenta al disidente socialista Olivier Falorni, quien amenaza las posibilidades de hacerse con el acta de diputada a Royal, cuyo nombre es el que más suena para presidir la Asamblea Nacional. Aubry pidió a Falorni que retire su candidatura en la segunda vuelta y le advirtió de que Royal "no es una candidata cualquiera", al tiempo que le recordó que "no es aceptable" que se llegue a derrotar a la excandidata presidencial de 2007 "con los votos de la derecha".
La tendencia de los apoyos que se redistribuyan en la segunda vuelta es clave en muchas circunscripciones y el FN de Marine Le Pen ya adelantó el domingo que, donde no se presente, analizará a cuál de los candidatos en liza dará su respaldo. Además, Le Pen anunció su intención de mantener sus candidaturas en las 61 circunscripciones en las que alcanzó la segunda posición. La abstención rondó el domingo en torno al 42% de los electores.