MADRID. Así se desprende de un informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente del Ministerio de Sanidad, sobre "el riesgo asociado a la presencia de plomo en carne de caza silvestre en España".
La recomendación sanitaria para los adultos es limitar el consumo de estos productos a un máximo de una ración -aproximadamente 150 gramos- por semana, un grupo poblacional en el que los riñones son "los órganos más sensibles" a la exposición del plomo, que reduce además la capacidad para formar nuevas células sanguíneas.
El documento precisa que se ha identificado en adultos la presencia de concentraciones relativamente bajas de plomo en sangre asociadas a una elevada presión sistólica y a enfermedad renal crónica.
"La neurotoxicidad asociada al plomo en adultos afecta al procesado de información, causa síntomas psiquiátricos y perjudica la destreza manual", puntualiza el texto suscrito por una veintena de científicos.
En el caso de los niños, alega que "numerosas evidencias" han puesto de manifiesto que la toxicidad de este material afecta en mayor grado a los cerebros en desarrollo frente a los maduros.
Así, se asocian las concentraciones de plomo en sangre con una reducción del coeficiente intelectual y de las funciones cognitivas en menores de siete años y similares conclusiones son aplicables al caso de los fetos.
La AESAN considera que es necesario promover campañas de información dirigidas a los consumidores, sobre las precauciones a tener en cuenta en la preparación y cocinado de estas carnes a fin de disminuir al máximo la exposición al plomo.
Recuerda que, a la hora de preparar este tipo de carnes, se debe recortar y eliminar la que esté dañada por la munición así como la zona ubicada alrededor de la herida visible.
En el caso de la carne picada, indica que se debe limpiar la picadora frecuentemente, preferiblemente antes de su uso con cada animal, dado que el plomo, al ser un metal blando, puede ser triturado extendiendo la contaminación al lote completo.
En el informe, aprobado el 22 de febrero, se aboga por que se limite el uso de este tipo de munición a favor de otras balas que puede ser de acero o tungsteno.
El Comité se dirige fundamentalmente "a sus cazadores y a sus familias", cuya ingesta de este tipo de carnes no se restringe a la temporada de caza, de agosto a febrero, puesto que las piezas puede ser congeladas y consumidas a lo largo de todo el año.
No obstante, recalca que en la actualidad es cada vez más frecuente que estos productos se ofrezcan en restaurantes, supermercados y carnicerías, y apunta que, a menudo, se promocionan como una alternativa saludable frente a los animales criados de forma intensiva en granjas.