Barcelona. Los propietarios del restaurante El Bulli, Ferran Adrià y Juli Soler, deberán sentarse en el banquillo del juzgado de Primera Instancia número 2 de Barcelona a finales de octubre, según confirmaron ayer fuentes judiciales.

Según avanzó Cadena Ser, declararán como imputados tras una demanda de los hijos del exsocio Miquel Horta, que les acusan de aprovecharse de la enfermedad mental de su padre para comprarle las acciones que poseía del restaurante desde 1994.

Precisamente será en octubre también cuando Adrià tiene previsto explicar cómo funcionará durante su primer año El Bulli Foundation, una institución dedicada a la investigación y creación gastronómica.

Según las fuentes judiciales, el juicio por esta demanda civil contra de Adrià y Soler se ha señalado para los días 29, 30 y 31 de octubre.

Jofre y Sergi Horta, los hijos del mecenas Miquel Horta, presentaron en junio de 2008 una demanda en contra de Adrià y Soler porque entendían que su padre fue engañado, ya que tanto Adrià como Soler, según su versión, le ocultaron al mecenas, antes de que les vendiera sus acciones, los beneficios y las actividades paralelas a través de sociedades interpuestas de restauración.

Los demandantes buscan la nulidad de la compraventa del año 2005 porque estiman que Miquel Horta no tenía entonces capacidad legal, al padecer un trastorno psiquiátrico y porque fue engañado sobre el verdadero valor de las acciones.

En una vista previa celebrada hace unos días, el juzgado de primera instancia número 2 de Barcelona acordó señalar el juicio para finales de octubre y concretar entonces las pruebas y declaraciones que se tendrán que llevar a cabo.