OSLO. Breivik, que se mostró tranquilo y sonriente, llegó escoltado por dos policías y esperó a que le quitasen las esposas para saludar con el brazo extendido, y luego estrechó las manos de los psiquiatras que lo han examinado con anterioridad y que se acercaron adonde él estaba sentado.
La primera jornada del juicio, que durará diez semanas, incluirá la lectura de la acusación y las intervenciones introductorias de las dos partes, y no está previsto que Breivik declare hasta mañana, aunque hoy deberá responder si se declara culpable o inocente.