Vitoria. El dinero de plástico, aquel que desde hace tiempo sustituyó al cash o dinero en metálico, sigue dando numerosos sustos a muchos ciudadanos vascos a tenor de las informaciones registradas por la Sección Central de Delitos contra el Patrimonio de la Unidad de Investigación Criminal y Policía Judicial (UIC-PJ) de la Ertzaintza. En total, esta unidad contabilizó 2.588 denuncias relacionadas con delitos con tarjetas de crédito en Euskadi en 2011.

En dicha sección están en "permanente contacto con Europol", compartiendo informes "trimestralmente" sobre este tipo de delitos lo que les permite "cuantificar y estudiar cada caso que hay", según explica Koldo, jefe de la citada sección.

Las catalogación de las denuncias se divide en varios criterios. En primer lugar estarían las tarjetas de crédito perdidas/sustraídas, cuya evolución respecto a las denuncias recibidas desde 2009 hasta el año pasado ha ido en descenso. En 2009 se registraron 591, al año siguiente 510 y el año pasado 485.

Especial mención merece el criterio de tarjetas falsificadas ya que apenas se han registrado casos en los últimos años. En 2009 hubo dos denuncias, igual que en 2010 y descendió a una en 2011. Sin embargo, en la modalidad de no presentada, es decir, en aquellos casos que se realizan compras a través de "correo, Internet o teléfono" sin la presencia física o a la vista de la tarjeta las denuncias han aumentado espectacularmente. De las 777 denuncias recogidas en 2009, se pasó a las 1.302 en 2010 y posteriormente a las 1.508 de 2011. "En dos años se han duplicado los casos", explica Koldo.

Los casos de tarjetas solicitadas pero no recibidas por el usuario y que han sido "pedidas por otra persona para hacer pagos no autorizados", catalogados como no recibida, se "mantienen estables" en estos últimos tres años llegando a las 68 el pasado año, "una estabilidad similar al de las aplicaciones fraudulentas con 48 denuncias", según reflejan los datos registrados por la Ertzaintza.

'Skiming' o "copia de la banda magnética y traslado de la información a un soporte magnético". Esta modalidad de fraude ha sufrido un gran descenso desde 2009 cuando se registraron 1.359 denuncias; al siguiente 1.267 y el año pasado, 478. En este sentido, las falsificaciones de tarjetas de crédito se redujeron un 60 % en Europa entre marzo de 2009 y marzo de 2011 gracias a la introducción de los chips en ellas y por el numero secreto, según el estudio realizado por el proveedor tecnológico FICO. Sobre esto, Txetxu, agente de la misma unidad, hace una diferenciación. "En la falsificación copian todos datos en una tarjeta virgen, en cambio, en el skiming te copian los datos de tu banda magnética y tu clave y la introducen en otra tarjeta", detalla.

El duplicado de la banda magnética, el timo de la silicona, del lazo libanés, el cepo..., son algunas de las trampas que desarrollan los delincuentes para cazar a sus presas. Además, éstas alcanzan un mayor grado de sofisticación cuando se trata de bandas provenientes del extranjero. "El fraude del lazo libanés, por ejemplo, tiende a desaparecer y cada vez se da menos. Lo que realmente hay son casos de tarjeta no presentada por el auge de Internet y el uso de tarjetas a través de la red", indica Txetxu al tiempo que agrega: "cada vez se utilizan más para realizar compras de todo tipo. Lo más recomendable es emplear siempre páginas seguras, aunque, a veces, no es suficiente", reconoce. Por si fuera poco, asegura que "se puede dar el caso de que sin hacer una compra por Internet con una serie de programas informáticos te localicen el rango de la tarjeta -los últimos cuatro números- que son los que varían dependiendo de la entidad bancaria. Si consiguen dar con tu rango hay otro programa que también busca el código trasero de la tarjeta sin necesidad de haber introducido estos datos antes". Sin duda, un fraude "muy complicado" de detectar según los agentes. Asimismo, uno de los métodos para luchar contra estos perjuicios lo puso en práctica una conocida entidad vasca. "Impulsaron un sistema anticopia en el que en el momento que metías la tarjeta en el cajero, en la siguiente operación te iba cambiando un número, -corriendo un dígito-, de tal manera que aunque la copiasen ya no servía", recuerda.

Nuevos fraudes Uno de los timos o fraudes de "nueva generación" y que preocupa a las autoridades es el del "cepo" en el que se simula la ranura y con cinta adhesiva evita que salgan los billetes porque se quedan pegados. "El año pasado se registraron unos cuantos casos en Gipuzkoa y Bizkaia, la mayoría llevados a cabo por gente de nacionalidad extranjera", argumentan. El secreto del 'éxito' es que la mayoría de personas no se queda después esperando al ver que no han salido los billetes puesto que la tarjeta le vuelve a salir. Los delincuentes llegan seguido, al estar vigilando, y retiran el dinero. En el caso de los métodos que cuentan con una tecnología avanzada, detrás hay una infraestructura que vende la información. "Suelen hacer varios cargos muy rápido antes de que den de baja la tarjeta, puesto que si se realizan varios a la vez desde distintos puntos geográficos los bancos la dan de baja inmediatamente. "La clave es localizar el punto de compromiso donde está el último cargo realizado por el titular", concluyen.