Vitoria. El pulso planteado por el Gobierno de La Rioja a Osakidetza suma nuevos capítulos. Mientras cientos de vecinos de Oion, Laguardia y otras localidades alavesas próximas a Logroño siguen recibiendo atención especializada en los hospitales de Vitoria debido a la decisión unilateral de la comunidad vecina de cancelar un servicio que prestaba desde la época del Insalud, las negociaciones entre ambas administraciones se mantienen estancadas y la tensión, en aumento. En este contexto, el consejero de Salud de La Rioja, José Ignacio Nieto, insistió ayer en que su Gobierno no variará la postura que tomó hace ya más de dos meses si el Departamento vasco de Sanidad no se sienta con él para entablar una negociación y, a posteriori, le compensa económicamente por la atención a los riojanoalaveses. Aunque en los últimos días ha salido a la palestra la cantidad de siete millones de euros, Nieto evitó ayer dar ninguna cifra. Osakidetza la ha cifrado en 4,5 millones, por los 2,3 que gasta por atender a los pacientes riojanos.

Nieto advirtió de que el equipo de Rafael Bengoa aún no le ha solicitado un encuentro formal para solventar la crisis tras unas reuniones previas en las que "no se llegó a nada" y hasta que no se alcance este escenario La Rioja mantendrá, por tanto, su posición de fuerza. Nieto, con todo, se mostró "dispuesto" a colaborar con Euskadi en materia sanitaria como lo venía haciendo, pero siempre fijando "en qué condiciones" se podría hacer. Debería ser, según adelantó, mediante un acuerdo distinto al que próximamente la comunidad vecina formalizará con Navarra, dado que La Rioja y Euskadi no disponían de un convenio previo como sí lo tenían ellas.

A la espera de nuevos acontecimientos, la comunidad vecina mantiene su decisión de desoír los requerimientos que el Ministerio de Sanidad le ha trasladado en los últimos días, a los que sigue sumándose día a día una cascada de declaraciones de representantes políticos en plena campaña electoral. El secretario general de Sanidad, Alfonso Jiménez solicitó en la carta que remitió el pasado lunes a La Rioja que vuelva a dar citas "de manera inmediata" a los pacientes alaveses, según desveló ayer Efe, como paso previo al necesario "diálogo" entre ambas administraciones.

Cuestionado al respecto, Nieto también lanzó un dardo en dirección a Madrid, tildando de "fugaces" los contactos con el equipo de Leire Pajín en esa labor de mediación que dice haber iniciado. "No se ha sentado a hablar con La Rioja y a oír lo que tiene que decir", censuró el consejero de Salud riojano, quien también advirtió de que el Ministerio no ha actuado con "demasiado acierto" en este asunto. La escalada de tensión amenaza con subir hoy varios grados de intensidad porque el presidente riojano, Pedro Sanz, tiene previsto ofrecer una rueda de prensa en Logroño donde dará a conocer su postura sobre los últimos acontecimientos.

De las manifestaciones políticas escuchadas ayer en torno a la crisis sanitaria, que fueron muchas, destacaron las de otro hombre fuerte del todavía presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero. Se trata de José Bono, todavía presidente del Congreso de los Diputados, quien se mostró "harto" de los patriotas "de lata" -en alusión a Sanz- y también exigió una solución inmediata al conflicto. "Estoy harto de planteamientos secesionistas en los servicios y de los gritos unionistas en los desfiles militares", censuró.

También se posicionó sobre el contencioso el popular Leopoldo Barreda, candidato por Bizkaia al Congreso, que pidió al gobierno riojano -de su mismo color- "que sea razonable poniendo fin a una situación que no tiene ningún sentido". Por su parte, el jeltzale Emilio Olabarria cargó con dureza contra Sanz tildando de "bastarda" su actitud en este conflicto.