VITORIA. Esperadísimo sondeo electoral del Centro de Investigaciones Sociológicas el que se hizo público ayer. No tanto por el resultado final que revela -la victoria clarísima de Mariano Rajoy-, sino por cómo de aplastante puede ser la mayoría del PP y, sobre todo, cómo de profunda puede ser la sima a los pies de Alfredo Pérez Rubalcaba. Y las dos pueden ser enormes, a tenor de la encuesta del CIS elaborada entre los días 6 y 23 de octubre, es decir, que la mayor parte de las 17.236 entrevistas realizadas en el Estado -374 en Araba- lo fueron antes de conocerse el comunicado en el que ETA anuncio "el cese definitivo" de su actividad armada y además en pleno encadenamiento de datos desoladores sobre la evolución del desempleo.
Los datos del CIS dibujan un escenario electoral monocolor: Rajoy lograría entre 190 y 195 diputados, mayoría absoluta histórica por encima de los 183 que logró José María Aznar en 2000. Igual de histórico que el batacazo apocalíptico que el sondeo prevé para el PSOE: entre 116-121 escaños, por debajo del suelo histórico de Joaquín Almunia, en los niveles de las generales de 1979. De confirmarse esas cifras, la mayoría absoluta de Rajoy, la cuarta de la democracia, sería la segunda más amplia de la historia tras la que consiguió Felipe González en 1982. Más allá de las dimensiones de las victoria y las derrota que pueden vivir Génova y Ferraz el próximo día 20, lo realmente chocante de la encuesta llega al analizar la estimación de escaños que el CIS hace para la CAV y, concretamente, para Álava.
cav y álava
Romper con cualquier pronóstico
Según estos datos, los socialistas revalidarían su condición de primera fuerza en la comunidad autónoma con siete diputados, lo que supondría un retroceso de dos escaños localizados en Bizkaia y Gipuzkoa, los mismos dos escaños que ganan los populares (lograrían cinco) aunque en Álava y Bizkaia. Al PNV, la encuesta le deja sin grupo propio en el Congreso, con tres diputados -dos por Bizkaia y uno por Gipuzkoa-, apenas 12 décimas por delante en intención de voto estimada que Amaiur, que con tres escaños se quedaría sin representación en Araba y Navarra.
Y este escenario es chocante porque discrepa notoriamente de la referencia electoral más próxima, de apenas hace seis meses, lo que evidenciaría una recuperación del pulso en las filas socialistas que venían de firmar en mayo un batacazo incluso superior al del PSOE. En las forales, el PNV fue la primera fuerza con un 31,6% de los votos, seguida por Bildu -a la que ahora habría que sumar Aralar-, con un 25,9%; el PSE (17,1%) y PP (14,6%). Lógicamente, el voto se comporta de otra manera en unas generales. En el caso alavés, por ejemplo, es tradición que se sitúe como primera fuerza del territorio el partido que gana en Madrid. Así, el sondeo prevé para el PP dos diputados en Álava, y deja los otros dos para el PSE.
Esto supondría, en aplicación de la Ley D'Hondt, que populares y socialistas duplicarían de largo en sufragios a jeltzales y Amaiur. ¿Qué ocurrió en mayo en Juntas Generales? El PP ganó con 39.652 votos, por delante de PNV (36.224), Bildu (32.004) y PSE (24.912), un reparto de papeletas que ya resultó sorprendente entonces por lo holgado de las diferencias entre un partido y otro. Y es que la otra gran tradición electoral del territorio habla de una habitual igualdad en número de papeletas que hace complicado pensar que dos partidos puedan duplicar en votos a los dos siguientes.
En Gipuzkoa y Bizkaia las cuatro grandes opciones políticas lograrían representación. Los socialistas se mantendrían al frente en Bizkaia, tres escaños frente a los dos del PNV. Ambos perderían uno respecto a 2008, que irían a parar a PP (2) y Amaiur (1). En Gipuzkoa, Amaiur y PSE se disputan el liderazgo con dos escaños cada uno, por delante de PNV y PP, que lograrían cada uno un diputado.
No menos sorprendente resulta la proyección de aforados para Navarra. Para empezar, la encuesta del CIS pregunta por NaBai, coalición que en esta ocasión no concurre a las elecciones, en lugar de hacerlo por Geroa Bai. A partir de ahí, el sondeo prevé tres escaños para la alianza UPN-PP y dos para el PSN. En mayo, NaBai -entonces con Aralar- cosechó 49.827 votos y Bildu, 42.916. Regionalistas y populares, por separado, lograron un total de 135.025 sufragios. El PSN logró 51.238 papeletas. El CIS barre del reparto a las opciones nacionalistas, hipótesis, a la luz de los recientes comicios al Parlamento navarro, improbable.
El margen de error de la encuesta en Araba es del 5,17%, aproximadamente en el mismo rango que el que el estudio ofrece para los otros tres territorios. Para el conjunto de la muestra, el margen de error desciende al 0,76%. Y a esto hay que añadir eso que se llama vulgarmente cocina y que no es otra cosa que las correcciones que quien elabora la encuesta aplica para transformar los indicadores "intención de voto" e "intención de voto + simpatía" en una estimación de voto. "La aplicación a los mismos datos de otros modelos podría dar lugar a estimaciones diferentes", advierte el CIS.
debacle sin paliativos
El PSOE sólo logra mantenerse en Cataluña
Ampliando de nuevo el zoom, el Centro de Investigaciones Sociológicas deja pues sin batalla la pugna por La Moncloa. Los socialistas caen estrepitosamente en feudos como Andalucía, donde el PP les saca diez diputados de ventaja. La debacle de Castilla-La Mancha de las recientes autonómicas se consuma: los populares les duplican. El hundimiento socialista que dibuja el CIS es también brutal en Madrid.
Sólo en Euskadi y Cataluña parecen aguantar el tirón, situándose en esta última como primera fuerza (16 escaños) aunque muy lejos de los 25 que auparon a Rodríguez Zapatero hace cuatro años; con tres diputados más que CiU, que ensancharía su grupo parlamentario respecto a 2008. ERC mantendría sus tres escaños, mientras que ICV cosecharía en la caída socialista un par de diputados según el sondeo. Otros cuatro escaños de la erosión del PSC irían al PP, que con 12 diputados lograría unos excelentes resultados en Cataluña. ICV, junto con IU, sería una de las grandes subidas previstas para el próximo 20 de noviembre según el CIS: ocho escaños que le darían derecho a grupo propio, frente a los dos diputados que ha tenido en la última legislatura.
El sondeo plantea a los encuestados algunas cuestiones interesantes también a la hora de valorar los resultados. Por ejemplo, un 83,6% dice que seguro o casi seguro irá a votar el 20-N, cuando la participación hace cuatro años fue diez puntos inferior. Un 31% de los que dice que votará aún no se ha decidido: duda sobre todo (27,3%) entre PSOE y PP. Cuando se pregunta por la intención de voto directo, la ventaja de populares sobre socialistas es de 12,6. Respecto a la simpatía que despiertan uno u otro partido, el PSOE se adelanta por dos décimas (25,4). Si al encuestado se le da a elegir entre Rajoy y Rubalcaba como presidente, el 38,8% prefiere a Rajoy el 36,9%, a Rubalcaba. Unos márgenes más o menos amplios pero que se disparan cuando se observa la tabla de estimación de voto, con una ventaja del PP de 16 puntos.
UPyD, por ejemplo, se quedaría también fuera del objetivo de formar grupo propio, con tres escaños logrados en Madrid.