madrid. La apuesta del PP para bajar los índices de paro es flexibilizar las condiciones de empleo según los intereses de los empresarios y del mercado. Así se desprende del contenido del programa electoral que los populares colgaron ayer íntegramente en Internet.
Rajoy quiere que las condiciones de los trabajadores, como el horario o los salarios, se adapten mejor a la "evolución de los contextos económicos y de los mercados para evitar los despidos" y se negocien no desde la colectividad de un convenio sectorial que hace más fuerte al trabajador, sino en función de las realidades de cada empresa (lo que prima el interés de la patronal). En el mismo apartado, el PP aboga también por la creación de un fondo de capitalización individualizado para cada empleado, que incluiría la cobertura si se queda en paro y estímulos para la movilidad o la formación continua. De forma paralela, aboga también por rebajar impuestos a los emprendedores, a las pymes y a las empresas que generen empleo, entre otras rebajas fiscales.
Eso sí, Rajoy no especifica cuantías a la espera de ver qué se encuentra si llega a La Moncloa. Según el programa, durante el primer año de gestión, Rajoy hará una "revisión generalizada del gasto partida a partida para después marcar las prioridades".
En el apartado económico resulta novedosa la inclusión de la exigencia de responsabilidades a los gestores de las entidades financieras que "hayan incurrido en una administración desleal o negligente", o más aún, la de variar, según los resultados a largo plazo, las remuneraciones de los directivos de las entidades que necesiten ayudas del Estado. Esto lo quiere hacer el PP con una reforma del Banco de España para reforzar su papel como organismo "de vigilancia" frente al papel de regulador del mercado financiero.
teoría Sin sorpresas llamativas y fiel al estilo de evitar promesas altisonantes, el programa del PP se articula en dos principios ideológicos y coyunturales, el reformismo y la recuperación económica, y en seis ejes temáticos: el empleo, la educación, las políticas sociales, la administración y la regeneración democrática. Dentro de sus recetas destaca la obligación de toda la administración y todas las empresas públicas, incluidos los medios de comunicación, de guiarse por techos de gasto y de endeudamiento. En este aspecto, destaca su apuesta por privatizar televisiones autonómicas y locales.