vitoria. Roberto Manrique recuerda cada día el atentado de Hipercor del que fue víctima hace un cuarto de siglo. Nada ni nadie puede evitar ese miedo. A principios de año los recuerdos llegaron con más nitidez de la habitual. La carta que uno de los activistas procesados por este crimen le remitió en enero devolvió a su mente, una vez más, los dramáticos instantes de aquel 19 de junio. En la misiva que ayer publicó El Mundo, Rafael Caride reconoce el "daño y sufrimiento" que la acción terrorista provocó en personas como Manrique, exresponsable de la Oficina de damnificados por el terrorismo en Cataluña.
Este periódico se puso en contacto con Manrique a través de una llamada en la que la víctima reconoció el impacto que le causó la carta de Caride, trasladada a través de Lokarri. "Pese a no pedir perdón, que espero que lo haga en una próxima carta, existe un reconocimiento del daño causado, de lo que sucedió. Creo que es un hecho insólito si exceptuamos a otro miembro de ETA como Sueskun", apunta Manrique, quien añade que al ser preguntado por si le perdonaría, responde tajante: "Primero que me pida perdón".
Si el perdón que solicita se convierte en realidad, el exresponsble de la Oficina de víctimas está dispuesto a mantener un encuentro con Caride, aunque el ciudadano catalán tiene claro que este acercamiento no debe suponer ningún beneficio penitenciario para el exactivista. Él fue condenado como autor material por la Audiencia Nacional a 790 años y medio de cárcel junto al exdirigente etarra Santiago Arróspide Sarasola, Santi Potros, del atentado perpetrado por ETA el 19 de junio de 1987 en el Hipercor de la avenida Meridiana de Barcelona, en el que murieron 21 personas y otras 44 resultaron heridas.
La sentencia consideró probado que Santi Potros autorizó la colocación de la bomba, dentro del objetivo de la organización terrorista de atentar contra empresas de capital francés, y proporcionó los medios necesarios para que Caride Simón, junto con Domingo Troitiño y Josefa Ernaga cometieran el atentado.
En el atentado a Hipercor la totalidad de los muertos fallecieron por por asfixia y quemaduras de segundo y tercer grado que les afectaron en el 60 y el 80% de sus cuerpos. Otras 45 personas resultaron heridas de distinta consideración y se produjeron numerosos daños.