Estambul. La búsqueda de supervivientes entre los escombros de los edificios que se desplomaron en el terremoto del domingo en el este de Turquía continuaba ayer con un número creciente de víctimas, que, al caer la noche, había alcanzado los 279 muertos y unos 1.300 heridos. Así lo certificó Bülent Arinç, uno de los tres viceprimer ministros turcos.
En declaraciones a la cadena NTV, Nasuh Maruki, presidente de la Asociación Búsqueda y Rescate (AKUT), agregó que "en unos días" se habrán retirado todos los escombros para recuperar más cadáveres y posibles supervivientes.
Pero los expertos consideran que es primordial acelerar las tareas de búsqueda, pues el servicio estatal de meteorología pronostica temperaturas por debajo de los 0ºC en la zona del desastre, además de lluvias hoy y nevadas a partir de mañana.
Existe también el peligro de más réplicas, como las más de 200 que ya se han producido, algunas de ellas de 5,7 grados, que los expertos prevén seguirán al menos durante dos semanas más.
Besir Atalay, otro de los viceprimer ministros, indicó que hay grandes daños en las viviendas de las aldeas afectadas pero que "al haber ocurrido el seísmo durante el día, la situación es relativamente positiva en cuanto a la vida de la gente". Agregó que se han comenzado a enviar tiendas de campaña y mantas a los pueblos y a evacuar a los heridos.
Esto contrasta con la información recabada por Efe entre los equipos de rescate, que se quejan de la falta de material y de que la ayuda recibida -a pesar de la solidaridad mostrada por todo el país- no basta para suplir las necesidades básicas de los supervivientes.
"Quizá se haya llegado a todos los lugares, pero no se han cubierto todas las necesidades", explicó una representante de la ONG IHH.
A pesar de esas aparentes carencias, el Gobierno turco ha declinado por el momento la ayuda ofrecida por los países de la Unión Europea, Estados Unidos e Israel.
Según explicó el ministro de Asuntos Europeos, Egemen Bagis, la llegada de ayuda internacional está supeditada a los esfuerzos de coordinación para "evitar que haya duplicidad y descoordinación".
Así lo explicó una fuente de la Embajada de España en Ankara, que confirmó que Turquía rechazó la participación de un equipo de bomberos español que se desplazó a la capital turca.
Mientras, en la zona devastada, Emine, una joven de 20 años que quedó atrapada en el hueco de la escalera de un edificio de 5 plantas, se convirtió en el primer "milagro", al ser rescatada con vida ayer por la noche.
También se han dado casos de personas que no recibieron ayuda de los equipos de rescate y tuvieron que ser liberadas por sus amigos y familiares.