EL día 21 de septiembre, quizás antes de que tengan que dejar el gobierno y seguro que antes de la campaña electoral, tuvimos la inauguración de la nueva cárcel ¿Norte 1? No ¿Zaballa? No. La nueva cárcel "Araba/Álava". A primera vista puede parecer que el desaguisado ya ha concluido. Hay vencedores y vencidos... Ya no hay vuelta atrás?

Sin embargo, algunos pensamos, que la cosa no ha hecho más que empezar. Por? Narices, caiga quien caiga, se ha construido una cárcel en el peor sitio posible. ¿En quién se ha pensado a la hora de hacerla ahí? En nadie? Era un mal sitio, pero era un sitio, pertenecía a los nuestros, no habría problemas? el señor Alcalde no ponía pegas? ¿Para que te vas a liar buscando algo mejor?

Y resulta que llega la inauguración y al señor diputado general le parece de primera, pero cuando llega allí y ve el nombre de la cárcel? Se le cambia la color? No le gusta nada. Nada el nombre. ¡Con todo lo que se podría decir sobre los Montes de Vitoria, el Parque Natural?!

El señor alcalde de Iruña Oka quiere la vieja cárcel para iniciativas turísticas. ¡Dios mío! ¿Pero querrá meter a alguien allí los fines de semana? De todas formas, mucho mejor que una residencia para ancianos que propuso en un primer momento. Pero señor alcalde, que se la den pronto, que si vienen los otros? Quizás... ¡Menuda disculpa va a tener!

Doña Mercedes dice que el CIS será en Vitoria? Y el señor alcalde, esta vez el de Vitoria-Gasteiz, se mosquea y dice que de eso nada de nada. Que gane quien gane? No. Y llega la traca final. Ya ha aparecido en el BOE que la cárcel vieja está (¿está?) cerrada. Cerrada menos la Sección Abierta, los pabellones de los funcionarios y todo lo que Instituciones Penitenciarias necesite. Es decir, sigue abierta sin fecha de cierre. ¿Iniciativas turísticas, señor alcalde? Y con todos estos acontecimientos? ¿En quién se está pensando? ¿En quién se ha pensado para construir una cárcel así y ahí?

¿Qué pasará con los internos? Es en los que se dice que se ha pensado. Se ha dicho que no van traer más internos de los ya existentes en la vieja -vamos a empezar a llamarla así- Nanclares. Entonces, ¿para qué 872 celdas con dos camas cada una, dos mesas cada una, dos armarios cada una, y una ducha (previsiblemente la única mejora en un complejo de 115 millones de euros)? ¿Verano e invierno? Más cámaras, más seguridad. Más castigo, menos tratamiento.

¿Qué pasara con una madre, hermana, padre -con escasos recursos- que venga en autobús desde Vitoria, en tren desde Miranda, para ver a su hijo, marido, padre y no tenga cómo subir hasta allá arriba? ¿Ir por la carretera? ¿Cuándo tendremos el primer muerto? ¿Qué pasará con los internos que tienen que volver el viernes, el sábado o el domingo a la cárcel y el autobús les deja en el centro de Nanclares? ¿Subirán por la misma carretera o tirarán campo a través? ¿Cuánto tardará el primer accidente?

¿Y cuando no pueda subir la cuesta, por hielo o nieve, uno cualquiera de los autobuses que trasladan internos de un centro a otro? ¿Los bajamos a recoger a pie? ¿O que los dejen en el pueblo hasta que se pueda subir? ¿Qué pasará si a uno le dan la libertad a las 17.30 horas o más tarde? Si no ha venido nadie a buscarle, ¿cómo lo hace? ¿A Vitoria andando por la N-I? ¿Por la N-102?

¿Y con los que quieren volver a su tierra, a Bilbao? ¿Para qué construir un CIS en Vitoria-Gasteiz y gastarse 6 ó 9 millones -perdón pero es que soy de letras-? Pongan cuatro pisos, pongan educadores y tendrán suficiente y de sobra para Vitoria. El CIS debe estar en Bilbao, de donde son, o quieren ser, la mayor parte de los internos que hoy habitan la cárcel de Nanclares. ¿Y con todas las ONG que entran, entramos, en el centro? Bueno, que les dé dinero la Diputación, el Gobierno Vasco? Y no molesten mucho? ¿Qué pasará con los funcionarios? Tampoco han importado nada. Pero, de todas formas, éstos son los únicos que cobran.

Ya tienen, ya tenéis, ya tenemos la nueva cárcel. "Un hotel de cinco estrellas" dicen unos (probablemente estén pensando en amueblar su salón con el nuevo estilo Araba-Álava). Una jaula, quizás de oro, pero jaula a fin de cuentas, pensamos otros. Más seguridad, más cámaras, más expedientes, más presos y mucha menos humanidad. Ha ganado el castigo y, una vez más, ha perdido la reinserción.