GINEBRA. La OMS fija en un máximo de 20 microgramos por metro cúbico (µg/m3) la media anual de PM10 -partículas contaminantes de menos de 10 micras de tamaño en espacios exteriores e interiores- el nivel por encima el cual el aire es perjudicial para la salud.

Según la primera base de datos mundial sobre calidad del aire que ha publicado hoy en Ginebra, de las 28 ciudades del Estado que incluye, solo aprueban Santiago con una media de 18 µg/m3, Logroño con 19 µg/m3, y Badajoz justo en el límite de 20 µg/m3.

Superando ligeramente el límite establecido por la OMS aparecen Gasteiz, con 21 µg/m3, Palma y Valladolid, con 22 µg/m3, y Donostia, Burgos, Iruñea y Toledo, con 23 µg/m3.

En el siguiente escalón se sitúan las ciudades de Marbella, Madrid y Salamanca, con 26 µg/m3, Móstoles, Mataró y Oviedo, con 27 µg/m3, Santander, con 29 µg/m3, Bilbao, con 30 µg/m3, Jérez de la Frontera y Córdoba, con 31 µg/m3, Málaga, Cádiz y Jaén, con 32 µg/m3, Albacete, con 33 µg/m3, y Torrejón de Ardoz, con 39 µg/m3.

Por encima de los 40 µg/m3, aparecen como las de peor calidad de aire Granada, con 40, Sevilla, con 45 y Zaragoza, con 45.

María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, explicó que esta base de datos no pretende ser un "ránking" de ciudades más y menos contaminadas, y consideró que, en líneas generales, en el Estado se ha avanzado mucho en esta materia.

"En España se han hecho grandes progresos en medición de calidad del aire, que es fundamental y era una obligación en el marco de los compromisos de lucha contra el cambio climático", dijo Neira a Efe.

No obstante, consideró que como en el resto de países europeos las situaciones particulares "dependen mucho de cada ciudad, de su liderazgo político o de la presión que hagan los ciudadanos".

"Depende también de la situación geográfica, no cabe duda. No es lo mismo una ciudad de montaña, que una de mar o una industrial, pero creo que empieza a haber una concienciación importante de los ciudadanos para que se mejore la calidad del aire", argumentó.

En este sentido, destacó que en el Estado "ya asocian mucho la calidad del aire a los casos de asma que están viendo todos los días o de las enfermedades respiratorias crónicas".

Neira consideró que la información es fiable pese a que los grupos ecologistas han acusado a algunos Gobiernos locales en España de situar estratégicamente las estaciones de medición de contaminación para ofrecer un resultado "más limpio".

"No tenemos la información acerca de donde están situadas las estaciones, pero tenemos la manera de ver si la información que nos ofrecen y publican las ciudades se corresponde o no con la zona geográfica en la que se encuentra", afirmó la responsable de la OMS.

Neira explicó que en esta base de datos no se han incluido los llamados "hot spots", las zonas de mayor contaminación en las ciudades "porque no hubiera sido representativo de la zona".