MADRID. El último rifirrafe de Zapatero y Rajoy en la sesión de control del pleno del Congreso ha sido utilizado por el líder del PP para criticar con dureza la gestión socialista y mirar hacia el futuro: "Ahora todos los españoles tendremos que hacer un gran esfuerzo, pero estoy absolutamente convencido de que España es un gran país y que por tanto va a superar esta situación".
Zapatero ha querido también ratificar su confianza en el país y en su capacidad de luchar contra la crisis, pero ha lanzado una advertencia al presidente del PP convencido de que "la inmensa mayoría de los ciudadanos quieren responsables políticos, líderes, que ofrezcan algo, que no solo ataquen y den confianza y futuro a España".
El presidente del Gobierno ha asumido su responsabilidad en la situación actual, pero ha instado a los populares a no olvidar que en esta legislatura el mundo ha sufrido la crisis más grave desde hace ochenta años, que ha obligado a "un combate durísimo".
Ante sus palabras, Rajoy ha preferido hablar de las "lecciones de futuro" que deja el Ejecutivo del PSOE, como que hay que hacer un buen diagnóstico económico y "no engañar", y que "hay que gobernar con un plan, no con ocurrencias, improvisaciones y rectificaciones".
LA REFORMA DE LA CARTA MAGNA, "IMPECABLE" El presidente del Gobierno ha asegurado que el procedimiento seguido para aprobar la reciente reforma constitucional ha sido "impecable" y ha insistido en que era necesaria por la "grave" situación económica.
En su última sesión de control, y en respuesta a la diputada de Nafarroa Bai, Uxue Barkos, que ha reprochado al presidente que no se haya convocado un referéndum sobre esta reforma, Zapatero ha señalado que dicha consulta popular no era necesaria en este caso porque no afectaba ni a principios ni a derechos fundamentales.
El jefe del Ejecutivo ha recordado a Barkos que la ley permite reclamar un referéndum a diputados y senadores si así lo hace el 10 por ciento de cualquiera de las dos Cámaras, pero la diputada de NaBai le ha recordado que la "disciplina férrea" impide a varios socialistas unirse a la petición y no será posible conseguir el número mínimo exigido (26 senadores o 35 diputados).
Barkos ha advertido a Zapatero de que esta reforma supone una "victoria pírrica" y un "mal broche" a la legislatura, y le ha reprochado que en su primera sesión de investidura, en abril de 2004, prometiese una democracia más participativas y ahora haya renunciado a sus "puntos básicos".
Frente a la disciplina de partido a la que aludía Barkos, Zapatero ha hablado de "compromiso político" y "sentido de la responsabilidad" de los parlamentarios para esta reforma que ha sido "impecable".
Zapatero también ha lamentado que la diputada haya invocado "de pasada" la crisis como si fuera un "argumento menor", cuando se trata de la más grave de los últimos ochenta años, que en la zona del euro ha provocado la ayuda a tres países para financiarse.
Ha sido una crisis, ha continuado el presidente, "grave y extraordinaria", y la reforma de la Carta Magna consagra "la estabilidad de la estabilidad", y marca una tendencia que se va a consolidar en la gran mayoría de los países del euro, para mantener en el futuro dicha estabilidad financiera y una moneda fuerte.
Las explicaciones de Zapatero no han convencido a Barkos, para quien esta reforma podía haber sido sometida a referéndum aunque la ley no lo exija.
"La norma no exige pero tampoco prohíbe ni constriñe la voluntad política, no vale el argumento legal", ha señalado la diputada de NaBai, para quien tampoco se justifica el rechazo al referéndum por la "urgencia" o la "excepcionalidad".